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Entrevista con josé rodriguez-spiteri

"Cuando haya consenso acabará el problema del Valle de los Caídos"

"El presupuesto del Museo de Colecciones Reales se verá reducido en un veinte por ciento", asegura el presidente de Patrimonio Nacional

José Rodríguez-Spiteri, nuevo titular de Patrimonio Nacional.
José Rodríguez-Spiteri, nuevo titular de Patrimonio Nacional.LUIS SEVILLANO

José Rodríguez Spiteri, nacido en Madrid en 1945, es el nuevo presidente del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, la institución de titularidad estatal con fines culturales y representativos, que administra los bienes históricos de los que dispone la Corona. Al frente de 1600 funcionarios y laborales, con un presupuesto anual de 121 millones de euros en 2011, regenta uno de los departamentos de la Administración española con más amplitud de cometidos, ya que gestiona desde un legado inmueble suntuario de 19 palacios o sitios reales, conventos y monasterios, entre otros El Escorial, Aranjuez y La Granja, que atesoran en conjunto más de 135.000 obras de arte, hasta bosques, ríos y jardines cuya extensión supera las 22.500 hectáreas. Diplomático de carrera desde 1972, desempeñó cargos en la India y México, así como las jefaturas de misión en Portugal y Alemania, donde fue embajador entre 1999 y 2004. Previamente había sido en 1986 jefe de Medios Operativos de la Presidencia del Gobierno, así como Director General de Política Exterior para Europa, Asia y América del Norte y asesor encargado de relaciones con la Santa Sede en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Presidente de la Fundación Pablo Palazuelo, que lleva el nombre de su tío el artista abstracto fallecido en Galapagar en 2007, José Rodríguez Spiteri es un hombre tranquilo y aplomado, andarín y lector impenitente de libros y de Prensa escrita, además de comprador privado de obra contemporánea de artistas jóvenes. Está casado y tiene dos hijas.

Pregunta.  Es Usted el cuarto miembro de la Carrera que encabeza la institución; parecería que, en el cargo que desempeña, priman más las funciones representativas que las culturales.

Respuesta. No lo creo. Pienso más bien que han sido situaciones circunstanciales las que han llevado a tales designaciones. Y tampoco creo que las funciones de representación sean más importantes que las demás. En mi caso, considero que probablemente ha influido mi trayectoria de servicios al Estado.

P. De su experiencia diplomática, ¿qué pautas extrae para  aplicar en su nuevo cometido al frente de Patrimonio Nacional?

R. Las de observar paciencia en las negociaciones y fijar claramente los objetivos. Hay que tener muy claro a dónde queremos llegar y actuar de modo que se impida la improvisación y la decisión precipitada. En una institución como Patrimonio Nacional, cualquier decisión tiene calado y arrastre.

P. ¿Tiene Patrimonio Nacional algún legado de Arte Abstracto?

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R. Durante varios años se compraron algunas obras, pero no son muy numerosas.

P. ¿Contemplaría dotarse de ellas o incrementarlas?

R. Trataré de este asunto cuando se serenen las aguas presupuestarias.

P. ¿Siguen bajando turbias?

R. Complejas y preocupantes.

P. ¿En qué estado interior y contextual ha encontrado Patrimonio Nacional al asumir su presidencia? ¿Le satisface lo que ha hallado?

R. En general, sí. Lo cierto es que me siento como cuando preparaba mis oposiciones: llevo mes y medio en el cargo y no paro de estudiar. Cada presidente de Patrimonio Nacional desarrolla una manera propia de ejercer su tarea. Ahora tenemos una nueva gerente, Alicia Pastor, que procede del Museo del Prado. Aquí se desarrolla una gestión muy variada que abarca desde palacios y obras de arte hasta bosques.Tenga en cuenta que tenemos 300 funcionarios y 1300 laborales. Estamos tratando de reordenar los efectivos de personal con los que contamos, para optimizarlos, tarea que llevará cierto tiempo. No he encontrado nada especialmente adverso.

P. ¿Piensa introducir modificaciones en personal, en el organigrama y en los métodos o más bien seguirá una línea de continuidad?

R. Nada muy especial, de momento. Vamos a ver cómo trabajamos con lo que tenemos. Quizás algún ajuste, pero no hay nada decidido. Patrimonio Nacional cuenta con un catálogo de puestos de trabajo con gente de extraordinaria competencia. Pero a veces, hay áreas infra-dotadas de personal y otras, por razones que se me escapan, con un número desproporcionado de efectivos. Creo que con la plantilla actual podemos hacer muy bien el trabajo encomendado. Además, tengo buenas relaciones con los sindicatos y entiendo que eso es fundamental.

P. ¿Qué tienen que ofrecer los palacios, jardines, monasterios y conventos de Patrimonio Nacional a los madrileños y visitantes?

R. Ofrecen una reflexión sobre el valor que hoy día tiene nuestra historia. El Palacio Real, El Escorial, Aranjuez y la Granja debe llevarnos a la reflexión de lo que hemos sido y a la obligación de todas las generaciones de preservar este legado, que es parte de nuestra formación humana, de nuestra formación como ciudadanos.

P. ¿Cuáles van a ser las ideas-fuerza de su mandato?

R. Prefiero llamarlas objetivos: terminar el Museo de Colecciones Reales; mantener el nivel de las exposiciones temporales y la calidad de la oferta cultural de los bienes históricos; por supuesto, el servicio que Patrimonio Nacional le presta a la Corona; y la gestión del Valle de los Caídos.

P. El Valle de los Caídos, en su configuración actual, es percibido por una parte importante de la población y de la clase política como un monumento cuando menos, problemático, más precisamente más como símbolo de confrontación ideológica y política entre españoles que como símbolo de reconciliación. ¿Qué opina Usted como presidente del organismo estatal que lo administra?

R. A Patrimonio Nacional le corresponde gestionar el Valle de los Caídos. Es algo atípico dentro de lo que son los bienes muebles e inmuebles que gestiona. Esta es una realidad legal que no va a tener cambio. Nos encontramos en un momento que evidencia que este asunto no reúne consenso. El único consenso existente al respecto es que no hay consenso. En línea con el informe de la comisión nombrada al efecto, como repitió la vicepresidenta del Gobierno en comparecencia del 7 de febrero, no se debe o puede hacer nada sin consenso. Hay cuestionamientos teóricos, hasta religiosos y políticos. Es una realidad que el Valle de los Caídos despierta muchas sensibilidades, todas ellas encontradas pero absolutamente respetables. Nuestra tarea, desde Patrimonio Nacional, consiste en ver qué podemos hacer desde un punto de vista técnico. Según nuestros informes, presenta importantes carencias de mantenimiento. Eso se recoge en el informe de la comisión oficial y se establece como prioridad. Hay cuestiones estructurales, como importantes filtraciones de agua que se remontan a la construcción, y otras derivadas de la necesaria restauración de los grupos escultóricos de los Evangelistas y las Virtudes. La zona de la abadía también requiere atención, así como el recinto boscoso de 1300 hectáreas que circunda el valle y que compone un espacio ecológico único…Como ve, el Valle de los Caídos tiene un catálogo innumerable de tareas.

P. ¿Cómo y cuándo piensa acometerlas?

R. Poco a poco. Vamos a empezar a restaurar el via Crucis para que pueda ser utilizado en esta Semana Santa. Con los técnicos de Patrimonio Nacional estudiaremos a qué concederemos prioridad en función de las disponibilidades presupuestarias: una de ellas es, por supuesto, la de las filtraciones de agua, que tuvo su origen cuando el arquitecto del complejo, Diego Méndez, recubrió la bóveda de la cripta excavada en la montaña con tres estratos de hormigón, acero y granito, pese a lo cual resultaron perforadas por el agua.

P. ¿Qué sucede con los grandes grupos escultóricos?

R. Sucede que fueron hechos con materiales muy distintos, desde piedra a restos de escombro de la propia obra revestidos, cuya evolución sigue distintos cursos en función de su propia naturaleza y su interacción, también con respecto a agentes externos como el sol o la lluvia.

P. ¿Hay riesgo para el público bajo los Evangelistas o las Virtudes?

R. No, porque el acceso al público lo mantenemos cerrado. Así no lo puedo abrir. Probablemente ahora mejoremos la seguridad del grupo escultórico de La Piedad -en el dintel de entrada- , pero no se va a desmontar ni a colocar en su lugar una reproducción. Prefiero gastar más dinero en ver cómo acabamos con las filtraciones de agua.

P. ¿Han afectado las filtraciones a los enterramientos?

R. Sí, se han visto muy, muy afectados, tanto, que algunos restos no permiten su identificación. Está escrito en los informes.

P. ¿Hubo negligencia para llegar a ese estado?

R. Creo que no, porque las filtraciones datan del origen mismo de las obras, pero su hallazgo y sus efectos sobre los enterramientos a izquierda, derecha y a lo largo del eje de la basílica es reciente.

P. Entonces, en su origen, se proyectó mal.

R….

P. Francisco Franco no puede ser considerado caído en la Guerra Civil. ¿Cómo se explica su sepultura en el Valle?

R. La única explicación reside en el momento histórico en el que tuvo lugar su muerte, momento en el que no hay consenso en torno a qué hacer. La abadía es soberana sobre todo lo que ocurre en el Valle.

P. ¿Por qué?

R. En virtud de los acuerdos firmados con la Iglesia católica.

P. Son preconstitucionales.

R. Fueron ratificados con el Vaticano en 1979. En todo caso, no es el momento, quizá más adelante se pueda abordar. Lo cierto es que se han producido situaciones de una tensión extraordinaria.

P. El abad admitió, a preguntas de este diario, que si la familia de Franco no se oponía, ni él ni su comunidad impugnarían la salida de los restos del dictador de la basílica y del Valle de los Caídos. ¿Contempla esa posibilidad?

R. En el momento en que haya consenso, alguien tendrá que tomar la iniciativa contando con la familia y con la comunidad benedictina. Si hay consenso, se acabó el problema: la vicepresidenta Saénz de Santamaría fue muy explícita en su comparecencia ante el Senado.

P. ¿Cuál es hoy su opinión al respecto?

R. La idea de Patrimonio Nacional es que vamos hacia una normalización de la situación en el Valle de los Caídos y que más adelante estudiaremos otras cuestiones siempre con la palabra consenso como referencia.

P. Usted sabe que consenso total sobre este asunto es imposible.

R. Es complicado, pero no lo descarto. Lo importante es ver hasta dónde quieres llegar.

P. ¿Hasta dónde quiere llegar Usted en este asunto?

R. Eso no se lo voy a contar ahora. Quizá más adelante.

P. ¿En qué situación se encuentran las obras del Museo de Colecciones Reales? ¿Cómo puede afectarles la súbita desaparición del arquitecto recién fallecido Luis Moreno Mansilla?

R. Conocí a Moreno Mansilla en dos ocasiones y pude comprobar su extraordinaria calidad humana y profesional, como gran arquitecto. Siempre echaremos en falta su insustituible criterio: Pero el proyecto va a seguir adelante. La relación con su socio el arquitecto Emilio Tuñón es excelente. Las obras del museo cuentan con un equipo muy competente. En este momento, está adjudicada la tercera fase que consiste en las obras de revestimiento de la fachada y en este año y el siguiente se acometerán las obras de las ventanas. En 2013 abordaremos las instalaciones y la museografía. Ahora, en contacto con la Dirección General de Presupuestos, realizamos una proyección para los ejercicios 2014, 2015 y 2016, que no está cerrada, porque la estamos revisando respecto de los costes iniciales y que implica una reducción de más del 20%. No vamos a forrar las rampas de acceso con un revestimiento de roble miles de metros cuadrados, como previeron en un principio Tuñón y Mansilla, a quienes ha dolido confirmar que el hormigón visto tiene cierta belleza…Tampoco los suelos serán de granito negro, que resulta muy caro. Emplearemos otros materiales, igual de bellos pero más baratos.

P. ¿Será 2016 la fecha en que culmine la construcción?

R. Podría ser. Pero no hay garantía plena. Dependerá del flujo presupuestario. Mas ya va siendo hora, porque el proyecto data de 1998. Es un proyecto estratégico que va a contribuir a que Madrid tenga una de las ofertas culturales más importantes de Europa.

P. ¿Hay ya algo concreto sobre la museografía que presentará?

R. No aún. La idea es promover la licitación de las instalaciones a finales de 2013 y a continuación, la museografía, para evitar errores de imprevisión cometidos en otros museos.

P. En aspectos representativos y protocolarios relativos a la Corona como los que desempeña Patrimonio Nacional, ¿hay planes de contingencia ante eventos estatales predecibles o presumibles como, por ejemplo, seria un relevo en la Jefatura del Estado?

R. Esa pregunta no tiene contestación por mi parte. No puedo entrar en ella. Se trata de una cuestión de estricta competencia de la Casa Real cuya respuesta no me concierne.

P. Desde el punto de vista representativo-protocolario, ¿en qué situación se halla el duque de Palma, yerno del Rey, al respecto de los actos oficiales?

R. No tengo nada que ver. No puedo contestar a su pregunta.

P. ¿Hay novedades respeto del retrato de la familia real que se le encargó al pintor Antonio López en el año de 1992?

R. Sí: el artista me ha prometido que lo termina en el próximo mes de mayo; en este año, claro. En este momento, retoca la figura del Príncipe de Asturias, más concretamente un tercio de esa figura, que ha aproximado también un poquito más al grupo; en el retrato, a la derecha de Don Felipe, se encuentra la Reina, a su lado el Rey, junto a él la infanta Elena y a la derecha de ella, la infanta Cristina. El cuadro, que mide 3,40 metros por tres de altura, una vez terminado por López, lo instalaremos en el salón del Consejo de Patrimonio, sobre una pared hasta ahora ocupada por un tapiz hecho con cartones de Francisco de Goya. El encargo data de 1996.

P. ¿Será visitable por el público en el lugar elegido?

R. Sí, en visitas previamente concertadas.

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