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La Pepa se hace sentimiento

Sara Baras regresa a los escenarios con una obra sobre la Constitución de 1812

Sara Baras en un momento del ensayo general de 'La Pepa'.
Sara Baras en un momento del ensayo general de 'La Pepa'.ROMÁN RÍOS (EFE)

Casi dos años después de su retirada temporal y sobre las mismas tablas, las del Gran Teatro Falla gaditano, Sara Baras regresa a los escenarios el lunes 19 con el estreno de una obra inspirada en el tiempo en el que en Cádiz se aprobaba la Constitución española de 1812, a la que se le llamó La Pepa. Ese es también el nombre del espectáculo, que podrá verse hasta el día 23, y de su personaje protagonista, que encarna la propia bailaora.

 La galería de mujeres que componen tres de sus obras anteriores —Juana La Loca, Mariana Pineda y Carmen— se amplía ahora con esta nueva que Baras defiende y hace suya. "Las otras tres han marcado mi vida de una manera bestial, pero ahora yo soy La Pepa", asegura con la rotundidad de quien se ha metido en el cuerpo de un ser virtual que siente ya como propio.

A ella, a su personaje, la bailaora la ve con todos los atributos de la mujer que es, pero consciente a la vez de que es producto de una abstracción, una alegoría. "Nuestra Pepa es un sentimiento, una forma de ser, algo que lleva el aire, es la voz del pueblo en cuerpo de mujer, pero —advierte de forma categórica— una mujer que tiene piel". La artista describe a su personaje con una convicción que le agranda los ojos. Le ha llevado unos meses concebirla, pero ahora le cuesta parar cuando habla de su carácter, del mando de esa Pepa que hasta seduce de alguna forma, "lo envuelve, lo provoca", al propio presidente de las cortes gaditanas, el personaje que encarna su pareja y artista invitado, José Serrano. Por último, a la creación del personaje se añade la percepción nueva de las cosas que la artista se reconoce tras su reciente maternidad. "Este año y medio es lo mejor que me ha pasado en la vida", afirma sin que se le olvide mencionar a su bebé, por si quedaba alguna duda.

El espectáculo se estrenará el lunes  en el  Teatro Falla de Cádiz

Sara admite que esta ha sido la vez que más tiempo ha tenido para leer, pensar y "la libertad más grande del mundo para soñar". Pero pese a que para este espectáculo se ha documentado de una forma que no había hecho en otras obras, asegura que lo que más le ha inspirado ha sido el aire de la tierra y "lo especial de la gente de aquí". De Cádiz, la artista salió aún adolescente, pero nunca ha perdido de vista su bahía. Aunque la bailora y coreógrafa recuerda que su compañía nació en Cádiz con Sensaciones (1998), lo de ahora lo relata como una experiencia nueva y única.

A ello, sin duda, contribuye el hecho de que el espectáculo se haya ido gestando en sus primeros pasos en el corazón del barrio más flamenco de la ciudad, el de Santa María. Allí, al centro flamenco de La Merced ha estado llegando la compañía todas las mañanas, desde el pasado mes de diciembre, y a unas horas que la artista reconoce que no son nada flamencas. Es la Sara exigente, "la Barosky", como la definió Lluis Pascual, que se levanta a las siete de la mañana y exige a la compañía el mismo esfuerzo que ella hace; pero también la Sara sensible, que reconoce haberse emocionado montando esta obra casi desde el principio.

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A esas emociones no es ajeno tampoco el hecho de que la bailaora se haya rodeado de un elenco joven y casi enteramente gaditano que la tiene impresionada. Puede hablar de las sorpresas que le ha dado el cuerpo de baile o de los cantaores, pero no puede evitar detenerse en la persona en la que ha delegado la música del espectáculo, el guitarrista Keko Baldomero, del que subraya, además de su flexibilidad, su capacidad para hacer sonar nuevo lo antiguo.

La capacidad de sentirte libre nace de aquí Sara Baras, bailaora y coreógrafa

Porque el espectáculo La Pepa se plantea de manera diacrónica y viaja, a través de una línea argumental, un guión que es obra de la propia bailaora, desde la Guerra de la Independencia y el Cádiz de Las Cortes, con su puerto, sus cafés y sus tertulias, hasta la actualidad. Sobre esa trama argumental se han ido colocando "de forma natural", subraya su autora, diferentes estilos flamencos, los que la acción iba demandando: seguiriyas y guajiras, martinetes y zapateado, malagueña o soleá por bulerías,

Para Sara Baras, la motivación histórica del espectáculo y su inspiración tan gaditana no deben ser ningún obstáculo para la proyección de la obra más allá de la tierra que la va a ver nacer, porque "algo tan grande como la capacidad de sentirte libre nace de aquí". "La Pepa lleva ese espíritu. Su energía y su corazón van a llegar hasta el último rincón", pronostica ilusionada.

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