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Un astillero en el centro de Barcelona

La marina de lujo del Port Vell basará su negocio en la reparación de yates La empresa gestora pide a Fomento extender diez años la concesión

Camilo S. Baquero
Recreación de la marina de cinco estrellas del Port Vell con Montjuïc al fondo.
Recreación de la marina de cinco estrellas del Port Vell con Montjuïc al fondo.

El verdadero negocio del proyecto de marina de cinco estrellas en el Port Vell de Barcelona no está en el lujo de sus visitantes, sino en la reparación de los superyates, como se conocen las embarcaciones de más de 24 metros de eslora. El recinto, cuyo plan es rechazado por los vecinos y algunos grupos políticos, forma parte del cluster náutico que la Autoridad Portuaria quiere llevar adelante en la capital catalana. En este conjunto de negocios desempeña un papel capital Marina Barcelona 92, una empresa especializada en la reparación de embarcaciones de hasta 200 metros de eslora.

El cluster, según fuentes cercanas al proyecto, generará un impacto económico “muy considerable” en la ciudad y ayudará a superar la delicada situación que atraviesan las empresas del sector. Solo la marina del Port Vell, explican dichas fuentes, tendría un impacto directo de 100 millones de euros anuales en la ciudad.

Se calcula que la marina atraerá anualmente unas 600 embarcaciones de más de 30 metros

Salamanca Investment, el inversor inglés del puerto deportivo, calcula que la marina atraerá anualmente unas 600 embarcaciones de más de 30 metros. El gasto anual de un yate de esta eslora es de 890.000 euros, de los cuales el 80% se queda en el puerto base.

El puzle del cluster lo completan la marina de la nueva bocana —al lado del hotel W—, que saldrá próximamente a concesión; la empresa reparadora North Wind; el Real Club Marítimo y el Real Club Náutico, y entidades educativas y de alta competición.

Convertir la marina del Port Vell en un puerto base de lujo —el yate descansa en él a la espera de que su dueño lo requiera en algún lugar del mundo— implicaría, además, el beneficio económico de la instalación en Barcelona de las familias de los tripulantes. Según cálculos de los promotores, los barcos de gran eslora tienen una media de 25 tripulantes, que ganan 4.000 euros al mes de promedio.

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Desde 2001, el incremento del número de embarcaciones ha sido del 95,2%

Aunque la flota de superyates en el mundo se reduce a 3.064, según el proyecto que se encuentra en exposición pública, los promotores confían en la salud del sector y argumentan que el negocio tiene futuro. Desde 2001, según estudios de páginas especializadas como Superyacht Intelligence, el incremento del número de embarcaciones ha sido del 95,2%. Asimismo, se asegura en la web, hay 392 yates en construcción, con una eslora media de 45,2 metros, y en algún lugar tendrán que atracar y acondicionarse. Fuentes cercanas al proyecto explican que el aumento del número de amarres capaces de albergar megayates no es tan elevado como el de los yates que están siendo entregados.

Salamanca Investments plantea invertir 38 millones de euros (las obras de adecuación suman 25 millones), pero para amortizarlos ha solicitado que se prorrogue 10 años la concesión. El actual plazo, de 30 años, ya se ha ampliado en cinco, en compensación por no disfrutar de una parte del Moll de Pescadors. El inversor considera que las obras que realizará “son estratratégicas y relevantes para el puerto”. Su petición está amparada por una reforma de la ley portuaria, aunque necesita el visto bueno de Puertos del Estado.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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