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El Ayuntamiento ordena parar la reforma del Hipódromo por no tener licencia

Se han hecho obras en varios edificios, como un nuevo torreón, sin permiso

Elena G. Sevillano
Una carrera en la primera sesión de la temporada de primavera 2010.
Una carrera en la primera sesión de la temporada de primavera 2010.SANTI BURGOS

Algunas de las reformas que el Hipódromo de la Zarzuela, catalogado como bien de interés cultural (BIC) desde 2009, está haciendo en sus instalaciones no cuentan con licencia urbanística y, por tanto, deben paralizarse. Así lo estima el jefe del Servicio de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Madrid, que el 13 de febrero ordenó “la suspensión inmediata” de los trabajos en la zona de ensilladeros del hipódromo. En caso de incumplimiento, asegura la resolución, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, “se dispondrá el precintado de las obras y la retirada de la maquinaria y materiales”.

Fue la denuncia de un particular la que motivó una visita de los inspectores de Urbanismo del Consistorio, que comprobaron cómo en la zona de ensilladeros se habían demolido parte de las antiguas construcciones y se había empezado a edificar una nueva, de una planta, con estructura de hormigón y mayor superficie que la anterior, destinada a acoger unos vestuarios. Esa reforma no tenía licencia. Y no era la única. La resolución del jefe de Disciplina Urbanística menciona también otras obras en el restaurante, en la tribuna central y en una de las terrazas de las instalaciones realizadas sin permiso.

Pese a que la licencia de obras para el restaurante únicamente permitía acometer reformas como acabados en fachadas exteriores o el retejado, la inspección constató que se había construido un nuevo torreón. Además, se había demolido el forjado de la planta baja y se había hecho uno nuevo con mayor superficie en el sótano. En la tribuna central, cubierta por el célebre voladizo ideado por el ingeniero Eduardo Torroja, la propiedad había hecho obras de tapiado de puertas y huecos y apertura de otros nuevos. Finalmente, en una de las terrazas se ejecutó una superficie terriza en la que se plantaron árboles y se instalaron farolas. Ninguna de estas actuaciones estaba cubierta por las licencias urbanísticas, señala la resolución.

Pese a que el documento, firmado el 14 de febrero, ordena la “suspensión inmediata” de los trabajos, el Hipódromo ha seguido adelante con las reformas. Un portavoz asegura que “no ha llegado confirmación oficial de la paralización de las obras” 10 días después. Añade que el Hipódromo cuenta con una licencia para todo el recinto desde julio de 2011. Las obras que no están contempladas en la licencia “lo estarán en el plan especial que se aprobó inicialmente en septiembre pasado”, afirma. “Su aprobación definitiva permitirá solicitar licencia para todas esas reformas”, insiste. El Hipódromo, por tanto, ha estado realizando obras sin esperar a tener permiso para ello. Y el Ayuntamiento ha ordenado paralizarlas, pero no ha hecho efectiva esa orden.

El Hipódromo de la Zarzuela, ahora una sociedad anónima propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y Loterías y Apuestas del Estado (LAE), forma parte del patrimonio histórico y artístico de Madrid. En septiembre pasado el Ayuntamiento aprobó inicialmente un plan especial para regular sus obras de rehabilitación. Sin embargo, entonces ya estaban hechas el 70% de las reformas. Durante cerca de tres años, los gestores habían rehabilitado la pista, las tribunas, una de las dos zonas de cuadras, el aparcamiento, los accesos... El plan especial venía a regularizar unas obras ya hechas que, según la Concejalía de Urbanismo, hasta entonces se habían ido autorizando mediante licencias puntuales.

Las reformas pretenden rentabilizar una finca de 110 hectáreas, propiedad de Patrimonio Nacional, que no acaba de despegar como polo de atracción del ocio de los madrileños y que en 2010 tuvo 3,1 millones de euros de pérdidas. El Hipódromo trató de reconvertirse en terraza de verano, con discoteca al aire libre, hace unos años, pero la Concejalía de Urbanismo emitió una orden de cese de actividad a raíz de la denuncia de un particular. No tenía licencia de funcionamiento.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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