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Bilbao abre un cisma en el comercio al permitir la apertura en siete festivos

La medida provoca la dimisión del presidente de la asociación mayoritaria

Los sindicatos protestaron ayer ante el Ayuntamiento.
Los sindicatos protestaron ayer ante el Ayuntamiento.LUIS ALBERTO GARCÍA

El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Bilbao, liderado por Iñaki Azkuna, ha dado su primer gran traspié de la legislatura y probablemente uno de los más graves en sus trece años de recorrido. A partir de una moción del PP y con el respaldo del PSE, el Ejecutivo local ha provocado un grave conflicto en el sector comercial de la villa que amenaza con adquirir proporciones insospechadas. Su propuesta, aprobada ayer en el pleno, de señalar un calendario de siete días denominados Festivos de interés comercial para Bilbao —6 de mayo, 1 de julio, 1 de noviembre, 8, 16, 23 y 30 de diciembre— para la apertura de los comercios de más de 150 metros cuadrados ha caído como un jarro de agua fría entre las principales organizaciones del sector y, de momento, motivó ayer la dimisión inmediata del presidente de Bilbao Dendak, Javier López, una asociación que representa a 2.800 negocios y tres centros comerciales —Bidarte, Zubiarte y El Corte Inglés—.

López argumentó que los tres grupos firmantes del acuerdo no consultaron la iniciativa con la asociación y que en la actual coyuntura económica ésta considera “osado sugerir a los empresarios del sector comercial medidas que supongan más gastos”. Asimismo, el gerente de la entidad, Jon Zarate, subrayó la ausencia de informes que avalen o, en su caso, desaconsejen la idea, tratándose de un tema “tan sensible”, que ya provocó duras protestas sindicales y enfrentamientos los pasados meses de diciembre y enero. “Puede que al Ayuntamiento le interese abrir ciertos días, pero a nosotros no nos ha explicado nada”, se dolía Zarate.

Falta de "cortesía institucional" en el caso de los bebés robados

El caso de los bebés robados provocó ayer una agria polémica durante el pleno del Ayuntamiento de Bilbao. El PSE presentó una proposición que pedía a la Junta de Gobierno de la villa que pusiera a disposición de los vecinos de Bilbao que pudieran estar afectados por esta problemática de “todos los medios humanos y materiales precisos para el total esclarecimiento de los hechos”. La moción molestó al alcalde, Iñaki Azkuna, y destapó un desencuentro entre el Ayuntamiento de la capital vizcaína y el Gobierno vasco.

Azkuna no rechazó que el Consistorio preste cualquier tipo de ayuda coyuntural para apoyar la resolución de estos casos, pero criticó que el Ejecutivo de Patxi López no se dirigiera directamente al Ayuntamiento. El alcalde afeó el protagonismo acaparado por el lehendakari al fotografiarse con las familias afectadas y animó al Gobierno vasco a utilizar alguno de los locales que posee en la ciudad para abrir una oficina que canalice las dudas y trámites relacionados con los casos si lo desea.

Y es que el consejero delegado del Ayuntamiento de Bilbao, Andoni Aldekoa, admitió que “nadie” del Ejecutivo vasco se ha dirigido oficialmente a “pedirnos nada”, pese a la existencia de un llamamiento público a colaborar por parte del Gobierno de López. Tras criticar una cierta falta de “cortesía institucional” por parte del Ejecutivo, Aldekoa se preguntó “qué responsabilidad tiene el Ayuntamiento de Bilbao en el caso de los bebés robados” y rechazó aumentar los gastos municipales en asuntos que dependen de otras instituciones. Por su parte, Bildu reclamó la creación de una comisión municipal que apoye a los afectados en cuestiones concretas y rechazó “delegar” el peso de los casos exclusivamente en otros.

Bilbao aglutina, según el consejero delegado, el 25% de las investigaciones que se desarrollan actualmente en Euskadi.En concreto, el hospital de Basurto revisa, según el PSE, una veintena de expedientes sobre un total de 30 solicitudes realizadas en la capital vizcaína. En Bizkaia hay 138 peticiones de investigación.

Mucho más duro fue el presidente de la asociación Bilbao Centro (tiene 500 afiliados), Félix Usunaga, que acusó al equipo de Gobierno bilbaíno de no tener “ni idea de lo que es el comercio”. Ya prepara movilizaciones. “¿Quieren tirarnos en paracaídas a ver que pasa? Igual no hay que abrir ocho días, sino dos. ¿A quién representan?”, se pregunta Usunaga. En esa línea, fuentes del sector apuntan directamente a una negociación en petit comité con los dueños de las tres tiendas de ubicadas en la Gran Vía bilbaína que quisieron abrir sus puertas el pasado 8 de enero en medio de una gran tensión derivada de una nutrida protesta sindical.

Bilbao asistió el pasado 18 de diciembre al primer desafío directo de varios comercios contra la exigencia sindical de que no abran sus puertas en domingos y festivos. El propio Azkuna apoyó a los comerciantes entrando a comprar en una de las tiendas.

El Ayuntamiento admite que el apoyo al calendario es minoritario
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No ocultó ayer el consejero delegado del Ayuntamiento de Bilbao, Andoni Aldekoa, que el consenso en el sector en torno a la apertura en festivo no existe, “hay divergencias”, señaló, pero defendió que “hay quienes quieren abrir y tenemos que apoyarles”. Pese a admitir que se trata de una minoría —reconoció haber negociado solo con algunos miembros de Bilbao Dendak—, Aldekoa no quiso dar nombres para que Bildu “no les organice una manifestación delante” y enumeró la larga lista de ciudades que abren los días festivos escogidos junto a los comerciantes que PNV, PP y PSE consultaron para dar forma al calendario, respaldado por el Gobierno vasco. “No defiendo intereses privados, sino la ley y la ciudad”, zanjó Aldekoa, que alabó la “altura de miras” de populares y socialistas y aseguró que la medida “consolidará la posición de Bilbao”. “Pasadas las broncas, trabajaremos en positivo”, vaticinó. En esa línea, el portavoz socialista, Alfonso Gil, señaló que los responsables municipales “tenemos que hacer una ciudad más atractiva y sacar el conflicto de la calle”. Frente al Consistorio, ELA y LAB protestaban contra la iniciativa, que UGT Euskadi también condenó.

Aldekoa, que tiene voz pero no voto en los plenos, recordó que el comercio bilbaíno “lo está pasando mal”, al caer un 20% su cuota de negocio” y haberse perdido 584 puestos de trabajo el año pasado. La Cámara de Comercio confirmó ayer esta tendencia al apuntar que la mitad de los comercios minoristas de Bizkaia prevé que este semestre caigan sus ventas, que ya fueron “malas” en los últimos dos meses de 2011 para el 69,5% de los establecimientos, según la encuesta de coyuntura comercial publicada por la institución. Ante esta perspectiva, el 52,6% de los comercios vizcaínos ha reducido sus pedidos para el primer trimestre de este año.

Por su parte, la portavoz popular, Cristina Ruiz, recordó que abrir en esos días marcados en el calendario “no es obligatorio” y apuntó que el Consistorio “completará” la medida con una programación cultural que evidencie el apoyo institucional existente.

Bildu, en su caso, aprovechó la coyuntura para criticar duramente al equipo de Gobierno y a sus dos socios coyunturales. Así, la concejal Ana Etxarte señaló que los tres grupos han “primado” los “intereses particulares” de unos pocos empresarios frente a los pequeños comerciantes y reclamó que retiraran el acuerdo. Etxarte afeó que la iniciativa “obligue” a otros comercios a abrir esos festivos para poder competir con los que están dispuestos a hacerlo.

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