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Una mancha en el santuario de CDC

Los negocios de Matas al frente de la ACM provocan inquietud en CiU

Josep Maria Matas, coordinador general de la Diputación de Barcelona.
Josep Maria Matas, coordinador general de la Diputación de Barcelona.ACM

El hombre fuerte de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en Osona, gran semillero de votos del partido desde su fundación, se ha convertido en un quebradero de cabeza para los nacionalistas. Josep Maria Matas, actual coordinador general de la Diputación de Barcelona, está en la cuerda floja por los negocios que hizo aprovechando su cargo anterior, el de secretario general de la Asociación Catalana de Municipios (ACM). Nacido en Centelles (Osona) en 1963, Matas fue concejal de Juventud de esta localidad entre 1983 y 1987. Unos años antes de ocupar este cargo —el 3 de octubre en 1981— y no muy lejos de allí—-en la Sala de la Columna del Ayuntamiento de Vic— había tenido lugar la asamblea fundacional de la ACM con 104 alcaldes catalanes.

Matas fue subiendo peldaños en el partido hasta llegar en 2000 a ocupar la secretaría general de esta entidad, la verdadera plataforma del poder local de CiU, hasta que el año pasado se hizo con la Diputación de Barcelona. Matas sustituyó en el cargo a Germà Gordó, un abogado fundador de las juventudes de CDC, fiel colaborador de Artur Mas y actual secretario del Gobierno catalán. Curiosamente, Gordó ahora es uno de sus mayores enemigos políticos.

Cuando Matas llegó a la ACM ya era el presidente de CDC en Osona, cargo que ocupa desde septiembre de 1995. En 2008 fue reelegido en la presidencia comarcal del partido con el apoyo de una abrumadora mayoría de militantes (81 votos a favor, dos en contra y seis abstenciones).

Matas gestionaba

Dos años después de ascender a secretario general de la ACM, Matas combinó ese cargo con el de diputado en el Parlament entre febrero de 2002 y noviembre de 2003. Allí abrió una oficina para mostrar el funcionamiento de la institución a más de 1.500 vecinos de Osona. Tras año y medio, renunció a su escaño. “La vida es muy larga y yo todavía soy muy joven, de momento mi apuesta ha sido otra. Ahora dedico mis esfuerzos a la ACM y más adelante ya se verá”, aseguró.

Cuando abandonó su escaño, ya hacía medio año que se había dado el auténtico punto de inflexión de su opaca gestión al frente de la ACM con la creación de la empresa Parés i Solé, SL, en Vic. Tras 11 años en la entidad, el 28 de octubre de 2011 la dejó para dedicarse a su trabajo como coordinador general de la Diputación de Barcelona, un cargo que aceptó a regañadientes y casi como premio de consolación.

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En la ACM, Matas hizo y deshizo a su antojo desde que aterrizó en ella con gran ímpetu en 1999. A él se le atribuye el mérito de convertir la ACM en la verdadera alternativa a la socialista Federación de Municipios de Cataluña. Durante su etapa, la entidad duplicó el número de corporaciones y amplió los servicios que ofrecía a los Ayuntamientos. Además de percibir una retribución de casi 109.000 euros brutos al año, Matas gestionaba desde su cargo 16 millones de euros anuales en subvenciones, trabajos y estudios técnicos, y formación. Amante de la buena mesa y el buen whisky, no tenía reparos en pasar dietas a la ACM, así como en usar el coche oficial y el chófer del entonces presidente de la entidad, Salvador Esteve, para desplazarse hasta su domicilio, en La Garriga.

Desde ese cargo, Matas colocó en la ACM a numerosos cargos de CDC de Osona durante la travesía del desierto de CiU, entre 2003 y 2010, lo cual le supuso agradecimiento en la comarca, pero le provocó enfrentamientos con otros sectores, que le pedían un reparto más equitativo.

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