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ANTE EL CONGRESO DE LOS SOCIALISTAS VALENCIANOS

Regreso al pasado en el PSPV-PSOE

Los socialistas valencianos vuelven a elegir delegados a un congreso en un clima de división y con los mismos protagonistas de batallas anteriores

Puig y Alarte, tras la elección del segundo como líder del PSPV en 2008.
Puig y Alarte, tras la elección del segundo como líder del PSPV en 2008.CARLES FRANCESC

El auditorio del Colegio de Médicos de Alicante acogerá los días 30 y 31 de marzo y 1 de abril el duodécimo congreso del PSPV-PSOE. Los socialistas valencianos ya conocen el escenario. A finales de abril de 1985, hace casi 27 años, Joan Lerma, entonces presidente de la Generalitat, y Ciprià Ciscar, consejero de Cultura y Educación, dirimieron un pulso por el control del partido en ese mismo recinto que terminó en un pacto por el que Lerma conservaba la secretaría general y Ciscar se hacía con el cargo de vicesecretario. Las sesiones del cuarto congreso nacional estuvieron suspendidas durante horas a la espera de que la negociación a puerta cerrada produjera un resultado. Aun en la plenitud de su poder institucional, los socialistas valencianos ya salían con mal sabor de boca de sus congresos.

Alicante, en este caso su Universidad, volvería a ser sede de otro congreso en 2000, el noveno, celebrado bajo el impacto de la crisis que desencadenó el año anterior la dimisión de Joan Romero cuando ya había sido elegido candidato a la Generalitat y era asediado por los seguidores de Lerma, Ciscar y otras familias internas. Presidía la gestora que organizó aquel noveno congreso Francisco Granados y el coordinador de la ponencia política se llamaba Francesc Romeu. Hubo entonces cinco candidatos (José Luis Ábalos, Joan Ignasi Pla, Francesc Baixauli, Josep Bresó y Andrés Perelló) y se alzó con la secretaría general por 10 votos Joan Ignasi Pla.

División interna

Ahora vuelven los socialistas valencianos a Alicante en medio de un clima de división interna y con la sensación de emprender, una vez más, el regreso al pasado, no solo por esos dos precedentes, sino porque el abanico de candidatos al duodécimo congreso se parecerá casi como una copia exacta al del undécimo, celebrado en Valencia en septiembre de 2008. Entonces presidía Lerma la gestora del partido (tras la dimisión sobrevenida de Pla) y Jorge Alarte ganó a Ximo Puig por 20 votos. Todo apunta a que Alarte volverá a enfrentarse a Puig con los incombustibles Lerma y Ciscar en las bambalinas de su equipo. Hasta Francesc Romeu, otro de los candidatos, estará repetido del anterior.

Las fuertes derrotas en las elecciones autonómicas y locales y en las generales de 2011 marcan el ambiente de frustración que, como todo el PSOE, vive el PSPV, un ambiente al que, sin embargo, parecen inmunes las viejas corrientes internas a la hora de promover intrigas. A falta de que Puig, diputado en el Congreso desde las elecciones de noviembre, confirme su candidatura, algo que debe producirse esta semana, Alarte optará a la relección en Alicante frente a tres candidatos: Puig, Romeu y Manuel Mata.

Elena Martín: “Con mensajes al exterior de peleas internas nunca llegaremos a nadie”.
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Un expresidente de la Generalitat, Lerma; un exsecretario de organización del PSOE, Ciscar, y otra exsecretaria de organización federal, Leire Pajín, buscan tras la candidatura de Puig derribar a Alarte. Ya se aliaron para apoyar a Carme Chacón en el congreso federal del PSOE de hace 15 días y dejaron a Alarte en minoría apoyando a Alfredo Pérez Rubalcaba, que ahora es el líder del PSOE. Los argumentos de la crítica al secretario general se resumen en que no ha sabido crear equipos, ni compartir poder. Los promotores de la opción de Puig no pueden esgrimir sin cierta dificultad los argumentos que sustentan, por su parte, Mata y Romeu, quienes, con sus matices, critican a Alarte por no haber sabido conducir la renovación y el cambio de los que hizo bandera.

“Se ha de llegar a un entendimiento por el bien del partido”, aseguraba el viernes la secretaria de organización del PSPV-PSOE, Elena Martín, a este diario. “Con mensajes al exterior de peleas internas nunca llegaremos a nadie”. Alineada con el sector de la exministra Leire Pajín, Martín, que es portavoz municipal en Alicante, ha acabado enfrentada a su propio secretario general. “Yo pido a todos los candidatos respeto, por el partido y por los militantes”, señaló.

El objetivo de Alarte es sobrevivir al órdago de las viejas corrientes

El secretario general, por su parte, reconoce errores, pero esgrime su combate político y judicial contra el PP por la corrupción y su defensa de una reforma de la economía valenciana y de un saneamiento a fondo de la Generalitat, arruinada por la gestión del PP, en unas condiciones muy hostiles. Unas condiciones que han llevado al PSOE en toda España a sus peores niveles de apoyo popular. Alarte mantiene una agenda muy intensa de reuniones en todas las comarcas de cara a las asambleas de elección de delegados que se celebrarán las próximas semanas. Su objetivo es sobrevivir al órdago de las viejas corrientes, pero su mensaje reitera que hay que buscar la máxima unidad porque el PSPV no saldrá adelante mientras repita sus enfrentamientos.

Lo más curioso, para el observador, es que todo el mundo apela a la unidad, la integración y la cohesión en el fragor de una batalla para obtener el poder en un partido que casi se ha quedado sin poder. Precisamente desde los ámbitos institucionales donde todavía hay rescoldos, una plataforma de alcaldes y portavoces municipales, cuya juventud apunta a la emergencia de una nueva generación de dirigentes, propugna “unidad y responsabilidad” y proclamar que ya es hora “de integrar sensibilidades y de unir fuerzas” para “obviar personalismos o familias y acabar con batallas estériles”. En la sede de la ejecutiva federal del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, como es lógico, son partidarios de la estabilidad. Rubalcaba no quiere que quienes apoyaron a Chacón se hagan con el control de la tercera federación en número de militantes. Sin embargo, no va a intervenir.

Tres semanas para contar delegados

Un total de 554 delegados en representación de los más de 20.200 afiliados del PSPV-PSOE participarán en el congreso de los días 30 y 31 de marzo y 1 de abril en Alicante. 525 de ellos tendrán derecho a voto. Todas las agrupaciones del PSPV-PSOE con más de 40 militantes censados celebrarán del 20 de febrero al 4 de marzo asambleas para elegir delegados y la semana siguiente, hasta el día 10 de marzo, será para las denominadas asambleas de restos, a las que concurren los afiliados de agrupaciones más pequeñas. De los 525 delegados con derecho a voto, 275 corresponden a la provincia de Valencia (que elegirá 60 delegados de restos), 161 a la de Alicante (25 de ellos, de restos) y 64 a la de Castellón (22 de restos). Otros 25 delegados son de Joves Socialistes.

Habrá, pues, tres semanas para contar delegados y prácticamente otras tres para que los candidatos a la secretaría general puedan recorrer las agrupaciones para tratar de convencer a quienes no lo estén. Será también el momento de buscar pactos y negociar alianzas o decidir retiradas. De todas maneras, para que los aspirantes sean considerados candidatos tendrán que recoger, ya en el congreso, al menos un 20% de avales de los delegados. El límite máximo es del 30% de avales.

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