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La candidatura de Sánchez Gordillo en Sevilla vuelve a dividir a IU

Diego Valderas hará una propuesta final ante el Consejo Andaluz

Sánchez Gordillo y Valderas, en el Parlamento.
Sánchez Gordillo y Valderas, en el Parlamento.PÉREZ CABO

En asuntos internos, Izquierda Unida de Andalucía parece vivir eternamente el día de la marmota. Hace cuatro años, la formación registró una fuerte sacudida por la disputa en torno a la candidatura de Sevilla. La intención del coordinador andaluz, Diego Valderas, era optar a presidir la Junta por esta plaza, pero una carambola jugada por el PCA —en su afán de deshacerse de Concha Caballero, exportavoz parlamentaria— propició que al final el elegido fuera Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder de la CUT y alcalde de Marinaleda. Su nominación en la convocatoria del próximo 25 de marzo ha vuelto a abrir fisuras.

 Valderas ha querido evitar esta vez el espectáculo de los prolegómenos de las elecciones de 2008, cuando se le vio peregrinar por las agrupaciones con expectativas de obtener un escaño para buscar un sitio, y ha dicho casi desde el principio que se presentará en Huelva, su provincia. Sin embargo, este paso a un lado —que comporta el riesgo de quedarse fuera del Parlamento andaluz, como le ocurrió en 2000 y 2004— no ha servido para apaciguar los ánimos.

En la siempre complicada vida de intramuros de IU de Sevilla han surgido sectores nuevos, aunque los personajes siguen siendo los mismos. El PCA está divido: por un lado, figura el secretario político, Juan de Dios Villanueva, que se ha autopropuesto como candidato junto con Marina Segura; y por otro, crece una corriente liderada por Lolo Silva, exconcejal del Ayuntamiento de Sevilla. La dirección provincial de IU, alejada del aparato del PCA, promueve a Granada Santos, pero las asambleas de base han votado mayoritariamente a Sánchez Gordillo.

Con estos mimbres, la ejecutiva regional celebró el viernes una reunión que apenas duró una hora. No se resolvió nada. Ni siquiera hubo votación. Diego Valderas hará el sábado una propuesta al Consejo Andaluz (el máximo órgano entre asambleas) para cerrar las listas de todas las provincias. Aunque se había especulado con la hipótesis de que el candidato a la Junta concurriera por la capital andaluza (y zanjar de esta manera el galimatías de Sevilla), fuentes de la dirección han asegurado que la decisión de Valderas de presentarse en Huelva es inamovible. Lo más probable es que Sánchez Gordillo vuelva a ser el candidato por la agrupación con más fuste de la federación de toda España, en la que se albergan esperanzas de conseguir dos puestos, habida cuenta del desgaste que acusa el PSOE. La segunda de la lista podría ser Marina Segura, apadrinada por el PCA de Villanueva.

Además de las grietas internas, la candidatura del líder de la CUT abre una importante vía de agua ante un acuerdo de IU con el PSOE en la Junta si el PP de Javier Arenas no alcanza la mayoría absoluta. Sánchez Gordillo se ha destacado siempre por su hostilidad hacia los socialistas, de cuyos consejeros, sin embargo, ha obtenido históricamente un rosario de favores para su localidad, que preside como alcalde desde los inicios de la democracia. Conocido, sobre todo fuera de Andalucía, por encabezar ocupaciones de fincas en la década de los ochenta, se opuso a la reforma del Estatuto de Autonomía, en contra de la directriz de IU; defiende la autodeterminación de Andalucía y ha respaldado en varias ocasiones a la antigua Batasuna.

El PSOE federal ha alertado sobre el peligro de que el posible pacto de Gobierno tras las elecciones haga aguas por la presencia de Sánchez Gordillo.

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