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LAS CONSECUENCIAS DE LA ASAMBLEA DEL BNG

Parte de las juventudes críticas del BNG optan por la escisión

Los ‘irmandiños’ de Beiras decidirán su futuro el día 12

En las semanas previas a la XIII Asemblea Nacional, las declaraciones públicas de militantes y dirigentes del Bloque tendían a conjurar el riesgo de escisión. “Nadie pone en cuestión su continuidad en el BNG tras la asamblea”, llegó a afirmar Carlos Aymerich. Pero el paisaje después del cónclave, en el que la plataforma impulsada por la Unión do Povo Galego (UPG) se hizo con la hegemonía de la organización, no ha rebajado las tensiones. Más bien al contrario.

Una reunión de las juventudes ligadas a la coalición de Encontro Irmandiño y Máis Galiza —las dos corrientes que disputaron el poder a la U, encabezadas por Xosé Manuel Beiras y Carlos Aymerich—, además de militantes independientes, acordó el pasado jueves la elaboración de un documento. Y en él comunicarán a sus respectivas formaciones nodriza que buena parte de sus integrantes están por salir del BNG. En realidad, ya lo estaban antes de la asamblea de Amio, que no ayudó, explican, a coser heridas. Pero antes de dar ningún paso, analizarán los movimientos interiores y exteriores al nacionalismo organizado.

También los irmandiños estudian la nueva coyuntura y también reunieron el jueves a su dirección. El próximo 12 de febrero han convocado a una cita “abierta” a su afiliación “con el fin de evaluar si se cumplen o no las condiciones previstas en las tesis del Novo proxecto común, pola refundación e rexeneración del BNG”. Es decir, decidirán si se mantienen dentro de la organización o, como Beiras había expresado en numerosas ocasiones a lo largo de los dos últimos años, no. “El auténtico empate técnico entre los que pretendemos un frente plural y los que pretenden más de lo mismo”, asegura un comunicado irmandiño difundido ayer, “requiere de todos nosotros, irmandiños o no, una reflexión seria sobre la situación resultante y sobre el camino a tomar”.

La disyuntiva entre los seguidores de Aymerich es parecida. Con influyentes sectores centrífugos —el exsenador Xosé Manuel Pérez Bouza ya ha manifestado que su salida del frente solo es cuestión de plazos—, Máis Galiza tomará en una asamblea en marzo una decisión colectiva. Esperarán antes a la Executiva Nacional de este lunes, que, según fuentes de la facción, demostrará si la Alternativa por la Unidade que apoya a Guillerme Vázquez y a Francisco Jorquera “está dispuesta a hacer un esfuerzo de integración”. El órgano de dirección de los nacionalistas repartirá secretaría de peso, como la de Organización, la de Finanzas o la de Coordinación.

Y se encontrará con un cargo sobre la mesa: el de portavoz parlamentario. Carlos Aymerich ha puesto a disposición de la Executiva el encabezar el grupo nacionalista en O Hórreo. No solo la derrota en la Asemblea Nacional del mercado compostelano de Amio ha pesado en la actitud de Aymerich. Una enmienda presentada en la asamblea por un militante de la UPG y cuya aprobación pasó desparecibida impide compatibilizar un cargo público del Bloque con el liderazago de una de las corrientes de la formación. El todavía portavoz parlamentario ya ha anunciado su intención de concentrarse en el trabajo con Máis Galiza.

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