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Adiós a Montserrat Figueras en Santa Maria del Mar

La Capella Reial de Catalunya, dirigida por Jordi Savall, interpretó una muestra de su repertorio

Jordi Savall durante el homenaje a Montserrat Figueras.
Jordi Savall durante el homenaje a Montserrat Figueras. JAVIER CORSO

Fallecida el pasado 23 de noviembre, la soprano Montserrat Figueras congregó ayer a una multitud que llenó a rebosar la barcelonesa basílica de Santa María del Mar, para rendirle homenaje. Había gente de todas las edades y de muchas condiciones que ocupaba todos los espacios posibles de la basílica, incluidos los peldaños de las capillas laterales. Fue como si Figueras estuviera allí. Fue su último concierto. El recital, hasta cierto punto una recreación de su último concierto, fue una muestra representativa del repertorio de esta pareja mágica de la musica antigua: canciones tradicionales catalanas, armenias, sefarditas y del cancionero de Montecassino, especialmente querido por Figueras.

El concierto se inició con el lamento de dos duduks armenios, cuya reverberación por entre las bóvedas nervadas de la basílica, como un llanto interior, dejó el espacio preparado para que surgiera la cristalina y luminosa voz de Figueras cantando El Cant de la Sibil·la desde el mismo balcón lateral en el que lo hiciera en otras ocasiones, donde tres velas reposaban sobre el alféizar. Su viudo, Jordi Savall, dirigía a la La Capella Reial de Catalunya, fundada por ambos, que respondía: “Al jorn del Judici se pagara nostre servici”.

Los parlamentos de Manuel Forcano, Anna Gispert, Carles Duarte y el propio Savall incidieron en la condición de nueva Eurídice, de nueva Sibila, de la soprano; y también en recordarla como “una luz”. “Tu voz es un anticipo de trascendencia que nos acerca al paraíso”, dijo Duarte.

Tenía una voz del fondo de los tiempos. El crítico Alex Ross consideraba que “el estilo de Figueras cantando música Antigua estaba al tiempo enraizado en fuentes históricas y animado por una gran libertad de expresión personal; tenía la fenomenal habilidad de hacer que la música antigua sonara viva y en el presente”.

 

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