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Un legado de vanguardia

El antiguo Matadero, el cuartel del Conde Duque y la nueve sede municipal de Cibeles, nuevos equipamientos culturales de Ruiz-Gallardón al frente de la alcaldía La gestión cultural se ha caracterizada por la apertura a propuestas más arriesgadas

Es de sobra conocido que Alberto Ruiz-Gallardón es un melómano empedernido. Pero su amor por la ópera y la música clásica no le ha impedido practicar una política cultural que ha acogido las propuestas más vanguardistas. Prueba de la apertura del alcalde saliente en esta materia es la gran autonomía concedida a la delegada del Área de Gobierno de las Artes, Alicia Moreno Espert, independiente y desvinculada del Partido Popular. Una apuesta que le ha granjeado incluso las simpatías de los sectores de la cultura ideológicamente más alejados de los presupuestos conservadores.

El gran proyecto para convertir el matadero de Arganzuela en un centro artístico de vanguardia es, quizás, el principal legado que deja Ruiz-Gallardón en el campo cultural, donde deja una marcada impronta. El pasado septiembre abrió sus puertas la Cineteca de Madrid, el primer espacio en contar con una programación estable de cine documental en la capital. Fue la penúltima inauguración de una larga lista en Matadero Madrid. Todo empezó en 2003, cuanto el Ayuntamiento de Madrid decidió convertir el antiguo matadero municipal en un “gran laboratorio cultural” en una superficie que ocupa 148.300 metros cuadrados. Arte, teatro, cine, libros, diseño… Todo iba a tener cabida en el futuro “Covent Graden” o “Guggenheim” madrileños, equiparación que se lanzaba desde instancias municipales.

Los ambiciosos planes iniciales, sin embargo, han sufrido notables retrasos, cambios de rumbo y alguna que otra intención frustrada: en un principio se pensó destinar la nave 16 del complejo para albergar la colección de arte de Arco, la feria de arte contemporáneo que se celebra cada febrero en Madrid, y también se quiso incorporar el Museo del Traje al conjunto. Ambos planes se desestimaron posteriormente. Aun así, tras ocho años de obras en un faraónico empeño en el que han participado 23 arquitectos e ingenieros, es hoy una realidad. Ha sido necesaria una inversión de 110 millones de euros: 47 salieron de las arcas municipales, 37 del Plan E (12 del Fondo Estatal de Inversión Local y 25 del Fondo de Estabilización Económica y social) y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez ha aportado los 26 millones restantes para la Casa del Lector, el centro para la investigación de los libros y la lectura que dirigirá el ex ministro de Cultura, César Antonio Molina. Aún en obras, aún tardará unos meses en abrir sus puertas. Más se prolongará la inauguración de las naves 8 y 9, que serán el gran laboratorio de producción artística de Matadero: a sus 15.000 metros cuadrados se trasladarán Intermediae (el centro de recursos artísticos en funcionamiento desde 2007), la Central de Diseño, el Centro de Arquitectura Actual del COAM y el nuevo espacio que gestionará la Asociación de Artistas Visuales de Madrid (AVAM).

Lo que ya es una realidad en Matadero, además de la Cineteca, es la programación teatral de las Naves del Español (en funcionamiento desde junio de 2007), el espacio de intervenciones artísticas Abierto x Obras (operativo en una antigua nave frigorífica desde 2007) y la nave 16, la mayor sala expositiva de Madrid, con 5.913 metros cuadrados de superficie.

El nacimiento del nuevo Conde Duque también ha sido más lento de lo esperado. Tras seis años de obras y un coste de 69,5 millones de euros -44 aportados por el Estado- el pasado mayo se anunció la programación del centro, que ocupa un total de 58.777 metros cuadrados, y que no adquirirá velocidad de crucero, al menos, hasta el año que viene. En junio pudieron verse las primeras actuaciones en el teatro y el auditorio y las esculturas del holandés Cornelis Zitman inauguraron las nuevas salas de exposiciones del complejo, que también acoge el Archivo de la Villa, la Hemeroteca, el Museo de Arte Contemporáneo y la Biblioteca Histórica.

El último centro cultural en llegar ha sido el Palacio de Cibeles, la nueva sede del Consistorio. Aprovechando su ubicación, al principio del llamado Paseo del Arte que tiene al Museo del Prado, el Thyssen y el Reina Sofía como hitos, Ruiz-Gallardón quiso reservar 30.000 metros cuadrados al espacio cultural denominado CentroCentro, que se inauguró el pasado marzo con dos exposiciones fotográficas.

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