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Los centros de extranjeros compartirán datos para evitar casos como el de Samba

La congoleña falleció en el CIE de Madrid que desconocía el VIH diagnosticado en el CETI de Melilla El Defensor del Pueblo recomendó al Gobierno un protocolo de derivación sanitaria entre centros Interior, del que dependen los CIE, y Empleo, responsable de los CETI firman un acuerdo

La madre de Samba, de blanco, llora delante del féretro de su hija.
La madre de Samba, de blanco, llora delante del féretro de su hija.GORKA LEJARCEGI

Si el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche (Madrid), dependiente del Ministerio del Interior, hubiera conocido que Samba Martine era portadora del virus del VIH como tres meses antes había diagnosticado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, dependiente de Empleo, del que esta procedía, su muerte, muy posiblemente, se habría podido evitar. Ambos ministerios han obedecido las recomendaciones de la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y han firmado un acuerdo para que la información sanitaria de los inmigrantes acogidos en los CETI viaje con ellos a la Península en caso de que sean trasladados a un CIE. Antes del 19 de diciembre de 2011, la fecha de su muerte, Samba acudió hasta 10 veces a los servicios sanitarios del CIE madrileño, pero sus facultativos descartaron la gravedad de los dolores que presentaba al desconocer que sufría sida en estado avanzado.

El acuerdo, firmado por la Secretaría general de Inmigración y Emigración, dependiente de Empleo, y el Ministerio del Interior, recoge un protocolo de derivación sanitaria que se aplicará en todos los traslados entre estos centros. A partir de ahora, y a diferencia de en el caso de Sandra Martine, los servicios médicos de los CIE podrán conocer la historia clínica del interno desde el momento de su llegada y, en su caso, el tratamiento que le prescribieron los médicos del CETI para que pueda continuar con él.

En el caso de Samba, si los médicos del CIE madrileño hubieran conocido que las pruebas del sida que le habían realizado apenas tres meses antes de su muerte en el CETI de Melilla habían dado positivo. Si hubieran visto los análisis que se le realizaron en ese centro y que reflejaban bajos niveles de linfocitos y hemoglobina -lo que indicaba que su enfermedad estaba muy avanzada- cualquiera de los síntomas que presentó los días anteriores a su fallecimiento se habrían tomado mucho más en serio al poder ser provocados por una infección grave. "La criptococosis, la enfermedad de la que murió, es típica de los pacientes con sida, sobre todo en los procedentes de África, y los dolores de cabeza [de los que se quejaba Samba] son uno de sus signos", aseguró el pasado abril Juan Ramón Arribas, médico internista especializado en VIH del hospital madrileño La Paz. La criptococosis, según Arribas, es "perfectamente tratable".

La recomendación del Defensor del Pueblo al Gobierno se envió en abril de 2013 tras la apertura de una investigación recogida en su informe anual de 2012. En ese informe, el Defensor aseguraba que la ausencia de ese protocolo impedía "que los servicios médicos de los CIE" conocieran "la situación médica en la que se encuentran las personas que son trasladadas para su expulsión desde los citados centros de Ceuta y Melilla [los CETI]", lo que suponía que, en ocasiones, se repitieran "pruebas innecesarias" o se realizara "un seguimiento y tratamiento inmediato de patologías que ya habían sido detectadas por los servicios médicos de los CETI". En el caso de Samba, esa falta de comunicación entre centros no condujo a nuevas pruebas ya realizadas, sino que pudo convertirse en uno de los factores que la condujeron directamente a la muerte.

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