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“El auge de los museos fue costoso y absurdo”

La directora de Es Baluard pena por la ley de mecenazgo que no acaba de llegar

Aramburu: “Palma puede ser la capital del Mediterráneo”.
Aramburu: “Palma puede ser la capital del Mediterráneo”.LUIS SEVILLANO

Hasta no hace mucho, la única relación que Nekane Aramburu tenía con Mallorca era la lectura del libro La isla de la calma, en el que el escritor y pintor Santiago Rusiñol describió su amor por las Baleares. Desde mediados de marzo, cuando fue elegida por concurso público como directora del museo Es Baluard, Aramburu se siente como quien hace un cursillo de inmersión intensiva para conocer a fondo la situación.

Historiadora y museóloga de formación, en su elección ha contado su experiencia como gestora y comisaria de exposiciones. Muy conectada con centros de Arte latinoamericanos, su primer objetivo es convertir Es Baluard en un museo sostenible, lejos de todos esos centros que florecieron sin control durante los noventa y que muchos de ellos están infrautilizados y vacíos de contenido. “Crecieron de espaldas a la sociedad. Cada ciudad quería tener uno. O varios. Fue un disparate tan costoso como absurdo”.

Donostiarra de nacimiento y partidaria de no revelar su edad ni bajo secreto de confesión, Aramburu tiene bastante claro lo que quiere hacer con el museo de arte contemporáneo más importante de las Baleares; un centro desdibujado en el mapa museístico y con un problema fuerte de presupuesto (2.045.300 euros, 37% menos que el año anterior), nacido hace casi una década sobre el recinto amurallado renacentista que rodea la ciudad de Palma y situado frente al puerto, depende del Consell (Gobierno de la isla), el Gobierno regional y el Ayuntamiento. Su colección permanente es un cóctel cuyo componente principal estuvo formado por la colección de Pedro Serra. El editor retiró después gran parte de la obra cedida, pero al museo llegaron otras piezas de diferentes colecciones públicas y privadas.

Es un popurrí con el que Aramburu va a jugar para dar sentido a la colección dándole nuevas lecturas. “Durante los dos próximos años, las exposiciones van a nacer de la colección. Quiero hacer que el cubo blanco (así se le conoce al edificio) salga de sus muros y se expanda. No solo por la isla. Palma puede ser la capital del Mediterráneo y tenemos que lograr que la gente así lo sienta. Los de aquí y los de fuera”.

Frágil de aspecto pero rebosante de energía, Aramburu apura su café negro de un trago, antes de proseguir con los planes más inmediatos. Quiere aprovechar el vivero de artistas que tiene la isla, los conocidos y los no tan conocidos para que le ayuden en este resurgir del museo. Por supuesto, tiene previsto recurrir a las grandes fortunas que y firmas asentadas en las Baleares para que potencien la Asociación de Amigos del Museo. “Mi modelo de gestión”, explica, “son los museos americanos, porque en ellos se vuelca la sociedad civil y aquí, ahora, no nos queda otra. La pena es esa ley del mecenazgo que no llega y que haría todo más fácil”.

La llegada de Nekane Aramburu a Es Baluard, coincide con la de otras dos prestigiosas mujeres al frente de centros de arte: Eva González Sancho frente al Musac y Ane Rodríguez en la Tabakalera de San Sebastián. “No creo que signifique nada especial porque este no es un mundo marcadamente machista. Voy a trabajar mucho con ellas porque los proyectos en red, con centros de ese tipo son uno de mis objetivos. O colaboramos entre nosotros o ya me dirá”.

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