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Un juez de Baleares se declara amigo de Munar y rechaza investigarla

Barceló alega que esta relación acarrearía consecuencias negativas en su imparcialidad

Munar, tras escuchar que el fiscal pedía su ingreso en la cárcel, esta semana en la Audiencia.
Munar, tras escuchar que el fiscal pedía su ingreso en la cárcel, esta semana en la Audiencia.TOLO RAMON

El magistrado Pedro Barceló, uno de los instructores más veteranos en las tramas de corrupción política en Baleares, ha dictado un auto para abstenerse, por amistad, de la investigación abierta, por cohecho, en la que está imputada Maria Antònia Munar, exlíder de Unió Mallorquina (UM). La también expresidenta del Parlamento y del Consell de Mallorca está presa por riesgo de fuga en la cárcel de Palma, con sendas condenas que suman once años de reclusión por corrupción y que ella recurrió ante el Tribunal Supremo.

La nueva imputación contra Munar, el supuesto cobro de 2,6 millones de euros por una venta amañada del solar público de can Domenge, surgió ante la Audiencia de Palma de la boca de un reo arrepentido, el exdiputado de UM, Tomeu Vicens, que lleva tres años en la cárcel por dos condenas por malversación. Vicens dejó testimonio escrito del cobro de un cohecho de 600.000 euros y dijo que le pagó a Munar en su despacho 2,6 millones, en dos ocasiones, para sí y el partido. El hecho del soborno global (de 4 millones) lo asumen el pagador, el empresario de Sacresa Román Sanahuja; otro perceptor de 600.000 euros, el exlíder de UM Miquel Nadal –también preso- y el cobrador de la comisión de 35.000 euros, Miquel Llinàs Cameta.

El juez Barceló ha declarado que tiene “amistad íntima” y antigua relación con la expolítica Munar, extremo que ya planteó en la instrucción, a finales de 2011, de otra causa con ella imputada, el caso Maquillaje. El juez advierte que esta relación puede generar "consecuencias negativas" que afectarían a su "imparcialidad". La Audiencia de Palma en el primer caso aceptó la inhibición. Otro juez le sustituyó y asumió el asunto, como sucederá de nuevo.

El magistrado Barceló, pionero militante de Jueces para la Democracia y que optó a presidir el Tribunal Superior de Justicia, en 1995 fue quien indagó el escándalo del caso Sóller que desencadenó la renuncia del que era presidente autonómico de Baleares Gabriel Cañellas, del PP. Cañellas fue juzgado por el Tribunal Superior y quedó exculpado aunque se constató que cobró un cohecho de 300.000 euros , pero los hechos habían prescrito.

Antiguo juez decano de Palma, que participó en una larga misión internacional de la Unión Europea en Bulgaria, Pedro Barceló, en 2011, al ganar el PP, estaba a punto de ser nombrado primer Síndic de Greuges (defensor del pueblo) a propuesta del PSOE con el consenso del PP. Al llegar a la Moncloa Mariano Rajoy ordenó recortar cargos y el organismo quedó vacío, sin cargo ni funciones.

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