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ELENA VALENCIANO | Vicesecretaria general del PSOE

“No están España ni el PSOE para andar imponiendo autoridad”

La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, el pasado viernes en la sede del partido en Madrid.
La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, el pasado viernes en la sede del partido en Madrid.BERNARDO PÉREZ

El PSOE ha zanjado un mes de sobresaltos entregando a su número dos, Elena Valenciano (Madrid, 1960), todas las riendas del control interno del partido. La vicesecretaria general, la dirigente socialista que más poder orgánico ha tenido nunca, lo ejercerá —más— en un periodo convulso.

Pregunta. ¿Qué va a hacer a partir de ahora que no hiciera ya?

Respuesta. Estaré más pendiente del día a día para que el secretario general pueda estarlo menos.

P. ¿El día a día son los conflictos? ¿Se trata de que Rubalcaba no se enfangue con los problemas internos del partido?

R. No, el día a día es sobre todo la coordinación entre el grupo parlamentario, los territorios, la dirección... Es ocuparme yo más de lo de dentro y él más de lo de fuera, para ser más eficaces.

P. ¿Y para evitar que él se desgaste?

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R. No, para que él pueda ocuparse de estar más en la sociedad y en las instituciones.

En Chacón veo un comportamiento en cierto modo desleal

P. Por ejemplo, ¿ya no podrán autorizarse mociones de censura sin su consentimiento?

R. Exacto.

P. ¿El secretario de Organización pierde competencias?

R. No, tiene las mismas.

P. Hasta ahora él sí autorizaba mociones sin su consentimiento.

R. Digamos que ahora va a ser más compartida la decisión.

P. ¿Entonces esto no es un castigo a Óscar López por la moción de censura en Ponferrada?

R. No.

P. Si consideran intolerable servirse del voto de un condenado hace 11 años por acoso sexual, ¿significa que no se servirán nunca, por ejemplo, del voto de Bildu o de Sortu, la izquierda abertzale que hasta hace poco era considerada parte de ETA? ¿O un delito es menos reinsertable que el otro?

R. Servirnos del voto de Bildu en nuestro beneficio —que no es lo mismo que coincidir con ellos en una votación— en este momento no lo haríamos. Bildu tiene que recorrer un largo trecho todavía para llegar a ser un partido interlocutor. Pero esperamos que lo haga, por tanto, no puedo decirle ahora que nunca jamás. Es un caso completamente distinto al de alguien que personalmente ha sido condenado por un delito.

P. El alcalde de Ponferrada no obedeció la orden de la dirección federal, los socialistas gallegos tampoco, y el PSC tampoco. ¿A Rubalcaba le falta autoridad?

R. No hay que confundir la autoridad con el autoritarismo que no resuelve los problemas. Rubalcaba ejerce su liderazgo desde las ideas. El PSC decidió votar distinto al PSOE. Sabíamos que eso podía llegar a pasar. ¿Qué hacer? Pues tratar de resolver el problema de fondo, no con una autoridad mal entendida. Rubalcaba se puso a resolver el problema de fondo. En Galicia, igual. Podíamos intervenir, montar una gestora... o dialogar, entender la inquietud de los compañeros de Galicia. No tenemos una situación ni en el PSOE ni en España para andar imponiendo autoridad de esa manera; hay que dialogar, ponerse en el lugar del otro. Vamos a agotar el diálogo. ¿Nos acusarán de tener poca autoridad? Bueno, nosotros resolveremos los problemas. Lo de ir a golpe de gestora, imposición y multas no nos convence.

P. ¿Ve deslealtad en el PSOE?

El PSC estará en el congreso federal del PSOE si acepta sus decisiones

R. Sí, veo algunos conatos de deslealtad. Yo en el PSOE aprendí la cultura de ser muy críticos dentro y muy leales fuera. Hay gente que la ha entendido al revés: parecer leales dentro y ser muy desleales fuera. Eso solo debilita al PSOE. Y dentro de diez, ocho, seis años, el PSOE lo dirigirá probablemente otra persona. Cuanto más fuerte sea el partido, mejor para quien lo vaya a dirigir dentro de diez años, de ocho o de seis.

P. No de dos ni de cuatro...

R. De dos y de cuatro, de momento no. Nosotros ganamos un congreso y el mandato es por cuatro años. Claro que pueden pasar cosas, pero serían cosas extraordinarias. Hay gente que esto no lo aceptó desde el principio. Lealtad no es que no haya críticas; pero no puede uno esconderse en el anonimato para lanzar críticas en los periódicos y no en los órganos de dirección. Es una minoría la que lo hace, pero tiene mucho eco.

P. ¿Ve deslealtad en Carme Chacón?

R. Pues en Chacón veo... sí, de vez en cuando veo que tiene un comportamiento en cierto modo desleal. Si una tiene una idea sobre lo que debería hacer el PSOE en alguna materia lo que debe hacer es decírselo al PSOE. Eso es lo razonable.

P. ¿Y ella no lo hace, no se dirige a la dirección?

R. No, hace mucho que no.

P. ¿Cree que ella alienta las críticas a la dirección?

R. No lo sé.

P. ¿Es verdad que si el PSOE andaluz mueve un dedo la ejecutiva federal se tiene que ir a casa? ¿Tiene José Antonio Griñán la llave de la estabilidad del partido?

R. Griñán tiene un peso importantísimo en el PSOE. Siempre ha sido así: la ejecutiva federal siempre ha contado, siempre, con la lealtad y el apoyo del PSOE andaluz. Claro que es muy importante ese apoyo. Siempre lo ha sido y siempre lo será.

Valenciano, junto al busto de Pablo Iglesias.
Valenciano, junto al busto de Pablo Iglesias.BERNARDO PÉREZ

P. ¿Hasta el punto de que ustedes puedan temer que si se retira ese apoyo mañana...?

R. Nosotros no tememos nada. Tenemos el apoyo de la mayor parte de los territorios, como se demuestra una vez tras otra, y trabajamos con todos.

P. La propuesta de reforma constitucional y federalismo que hizo Rubalcaba es probablemente la de mayor calado que ha hecho el PSOE en décadas, pero se decidió a toda prisa en plena precampaña catalana. ¿Un asunto de esa trascendencia no merecía un debate interno previo?

R. No fue así, se ha debatido durante muchísimo tiempo eso en el PSOE.

P. Pues en el comité federal de enero el propio Rubalcaba dijo que era la primera vez que ese órgano abordaba el asunto. Y él había hecho el anuncio en televisión en septiembre, en campaña.

R. Nunca se había llegado a proponer, pero el del federalismo no es un debate nuevo para el PSOE. Lo que sucede es que desde hace seis meses, seis meses, no antes, hay un desafío soberanista en este país. Y uno tiene que arriesgar. La propuesta de federalizar el modelo autonómico es valiente. ¿Quién nos iba a decir hace tres años que CIU, que es un partido moderado, iba a hacer un desafío así? Nadie lo podía imaginar.

P. ¿No había margen para pararse y tomarse un tiempo?

R. Es que los ritmos de la política no son los que a uno le gustarían, es que ha llegado el Gobierno catalán y ha dicho que quiere un referéndum para ver si se quedan o se van de España, y tú tienes que responder.

P. El PSOE a día de hoy tiene dos discursos territoriales distintos: en Cataluña y en el resto de España. ¿Eso es irreversible?

R. Yo espero que encontremos un espacio común.

P. ¿La ruptura con el PSC está descartada?

R. Hay una voluntad de seguir juntos. Una ruptura no se plantea, pero sí una manera distinta de seguir juntos. Hay mil maneras: está por ejemplo el modelo de CDU y CSU en Alemania, dos partidos distintos que se presentan en coalición y hacen un grupo parlamentario juntos, pero no participan los unos en los congresos de los otros, no están en los órganos de dirección... Es una fórmula distinta: unidad política pero diferenciación orgánica total.

P. ¿Esa fórmula le gusta?

R. A mí me gusta más la actual. Pero, como mínimo, tendríamos que corregir la asimetría.

P. Para corregir esa asimetría, o el PSC sale de los órganos de dirección del PSOE o el PSOE entra en los del PSC, ¿no? ¿Va a pasar una de esas dos cosas?

R. Probablemente no pase ninguna de las dos cosas.

P. ¿Y cómo se corrige entonces la asimetría?

R. A mí que el PSC esté en la dirección del PSOE no me parece nada mal.

P. ¿Y en los congresos federales, donde puede ser clave para elegir al secretario general?

R. En los congresos federales, siempre y cuando acepten las decisiones de los congresos. Lo que uno no puede hacer es votar pero no sentirse concernido por las decisiones que se toman. Ahora el PSC vota pero no se siente concernido. Eso es lo que no puede ser.

P. ¿Quiere decir que si el PSC sigue apoyando la consulta soberanista no podrá participar en el congreso federal del PSOE?

R. No se ha planteado en esos términos, no estamos en ese escalón todavía.

P. ¿Se va a permitir que los diputados del PSC voten distinto en el grupo parlamentario?

R. No, en ningún caso. Si piensan seguir votando distinto, no podrán estar en la dirección del grupo parlamentario.

P. Si la Generalitat convoca finalmente una consulta ilegal y todos los diálogos fallan, ¿qué debe hacer el Gobierno central?

El límite de las protestas es el acoso. No jibaricemos la política

R. No consentirlo. Tiene espacio para combatirlo: legal, político, financiero... Tendrá que actuar. Hombre, con los tanques no.

P. ¿Cree que Luis Bárcenas enterrará políticamente a Mariano Rajoy?

R. Es muy posible que se entierren mutuamente. Si Bárcenas va a la cárcel, no sé si se irá sin ajustar cuentas.

P. ¿Por qué debe dimitir Ana Mato, que no está imputada, y no debe dimitir José Blanco, que está imputado?

R. Hay imputaciones e imputaciones. Y una cosa es ser diputado y otra es estar en el Gobierno. La de Mato es una responsabilidad política.

P. ¿Cree que ha habido financiación ilegal del PP?

R. Lo tengo clarísimo.

P. ¿Es este el mayor caso de corrupción política desde el caso Filesa?

R. ¡Bueno! El caso Filesa al lado del caso Bárcenas es como una pulga y un elefante. Pero sí le digo que nosotros de aquello aprendimos.

P. ¿La responsabilidad por el descontrol del uso de fondos públicos en el caso de los ERE en Andalucía se puede acabar en el director general de Trabajo? ¿Ningún político debe asumirla?

R. Se ha asumido: la Junta denunció, ha habido una comisión de investigación...

P. Ningún dirigente socialista ha dimitido por, como mínimo, no haber advertido el descontrol.

R. El descontrol, en cuanto se conoció, se llevó a la justicia.

P. ¿El Rey debe dar explicaciones a los españoles por no denunciar los negocios irregulares de su yerno cuando los conoció?

R. No los conoció.

P. Le ordenó discretamente que los dejara.

R. No creo que conociera que eran irregulares, eso no lo ha dicho.

P. ¿Entiende la protesta que consiste en ir a las casas de cargos públicos y recriminarles a gritos sus políticas?

El ‘caso Files a’ y el ‘caso Bárcenas’ son como una pulga y un elefante

R. Entiendo la protesta hasta el límite de la violencia y la coacción. Eso es coacción grave. No lo comparto. En el tema de los desahucios ha habido más sensibilidad en la calle que en la política, desde luego. La política ha sido poco sensible a los problemas de los ciudadanos. Eso es lo que tenemos que arreglar: tú no eres representante si tus representados no sienten que lo eres. Pero las cosas tienen un límite, y el límite es no acosar. Los políticos no hemos caído del cielo, nos han elegido. Así como creo que la calle tiene razón en muchas cosas, también creo que la calle debe escuchar que nada representa mejor el interés general que el Parlamento español. Si jibarizamos la política crecerá la influencia de poderes mucho menos controlables, léase poder financiero.

P. ¿Qué plazo se da el PSOE para considerar insoportable que los ciudadanos confíen menos en Rubalcaba que en Rajoy, en quien no confían nada?

R. Para la gente el PSOE aún es un partido que acaba de salir del Gobierno, tiene que recuperar mucha confianza para que vuelvan a mirarlo. Pero también es verdad que somos la única opción progresista viable en España, hay mucha gente esperando que les demos motivos para volver a confiar en nosotros, y eso va a pasar.

P. ¿A día de hoy, Rubalcaba es el mejor candidato para presidir el Gobierno?

R. A día de hoy, no hay nadie con un proyecto tan profundo para España como el de Rubalcaba, ni dentro ni fuera del PSOE.

P. ¿A usted le gustaría que se presentara a las primarias?

R. No lo sé, ya veremos.

P. ¿Y usted se presentaría?

R. No.

P. ¿Siente que, si él abandona la primera línea de la política, usted tendrá que irse también?

R. No. Yo soy su número dos, pero yo estaba aquí antes que él.

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