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Colau quiere que el Salón de la Reina Regente se llame Pi i Sunyer

Un busto del dos veces alcalde durante la República sustituiría al de Juan Carlos I

Carles Pi i Sunyer, en su despacho en el Consistorio, en 1934.
Carles Pi i Sunyer, en su despacho en el Consistorio, en 1934.J. Domínguez (Fundacio Pi i Sunyer)

El nombre de quien fuera dos veces alcalde de Barcelona durante la Segunda República, Carles Pi i Sunyer, es el que Ada Colau propondrá a los grupos municipales para que sea el que lleve la sala de plenos del Consistorio, conocida hasta ahora como Salón de la Reina Regente. La propuesta se añade a la intervención sobre la simbología monárquica en el edificio consistorial que el gobierno municipal planteó ya hace nueve meses y que empezó el pasado 24 de julio con la retirada del busto del Rey Juan Carlos que presidía ese salón. El Ayuntamiento no descarta, precisamente, poner uno de Pi i Sunyer en sustitución de aquel.

El portavoz del gobierno municipal, Gerardo Pisarello, y el comisionado de Programas de Memoria Histórica del Consistorio, Ricard Vinyes, ofrecieron ayer, durante el acto institucional sobre la Segunda República, una pista tácita, al centrar buena parte del evento en recordar su figura, que glosó el historiador Francesc Vilanova. “Hacer memoria es escoger. Y nosotros hemos escogido Carles Pi i Sunyer por su vida, obra y huella; queremos que entre en esta casa, que vuelva a ella y se quede”, dijo Vinyes. “Este gobierno ya ha participado en homenajes a otros republicanos como Hilari Salvador o Lluís Companys. Hoy, Carles Pi i Sunyer vuelve a casa y honoramos su figura como uno de los compromisos que tenemos”, remachó Pisarello.

Busto de Pi i Sunyer.
Busto de Pi i Sunyer.J. Dominguez (Fundación Pi i Sunyer)

El equipo municipal, que habría dejado caer ya ese nombre a alguno de los grupos, confía en que no tendrá excesivos problemas para sacar adelante la propuesta de Pi i Sunyer, un personaje sugerido, al parecer, por el propio Vinyes, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona y estudioso, además, del personaje. Si bien el cambio de nombre debe ser votado por dos tercios del pleno, la figura parecería gozar de cierto consenso: Pi i Sunyer (Barcelona, 1888-Caracas, 1971), vinculado inicialmente a Acció Catalana Republicana, pasó a Esquerra Republicana de Catalunya en 1932, lo que facilitaría el apoyo hoy de los herederos de ese partido. Asimismo, el hoy comisionado para la Transición Nacional de la Generalitat, Carles Viver i Pi-Sunyer, es familiar del antiguo alcalde, lo que hace presuponer el voto favorable de Junts pel Sí. También es difícil que el PSC se opusiera a su nombre en tanto facilitó en su momento, especialmente Pasqual Maragall, la creación, en 1986, de la Fundación Pi i Sunyer, sita en la antigua Casa Golferichs de Barcelona.

Pi i Sunyer, si bien tuvo dos veces la máxima responsabilidad del Ayuntamiento barcelonés, fue un alcalde relativamente efímero. Llegó al cargo por vez primera en febrero de 1934, tras una notable carrera como político que le había llevado previamente a ser consejero de finanzas de la Generalitat, puesto que abandonó para pasar a ministro de Trabajo en 1933. Su apoyo a los llamados Fets d’Octubre de 1934 provocó que fuera encarcelado en el buque Uruguay y desposeído de su cargo a los ocho meses de llegar a él.

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Hombre sobre el que Companys depositó una gran confianza, en especial para la formación del futuro Front d’Esquerres, en febrero de 1936 Pi i Sunyer ocupó por segunda vez la alcaldía de la capital catalana, que abandonó 17 meses después para ser el titular de la cartera de Cultura, ya en plena Guerra Civil, cargo que mantuvo hasta que marchó al exilio.

El cambio de nombre del salón de la Reina Regente por el de Carles Pi i Sunyer es la punta del iceberg de la sustitución de la simbología monárquica en el edificio consistorial que quiere llevar a cabo el equipo de Colau y que afectaría también a dos bustos de Juan de Borbón y su mujer María Mercedes (ubicados en la Sala Gótica), amén del lienzo de la Reina Regente María Cristina con su hijo el rey Alfonso XIII, obra de Francesc Masriera que preside precisamente el salón de plenos que ahora quiere rebautizarse. La presencia monárquica en las calles de la ciudad también quiere reducirse, como demuestra la decisión que el Consistorio hizo público ayer de recuperar el nombre popular de la plaza de los Cinc d’Oros para denominar la hasta ahora oficial de Juan Carlos I. Sobre ello, el presidente del PSC en el Ayuntamiento barcelonés, Jaume Collboni, cuestionó a través de Twitter la decisión: “Juan Carlos I es una figura de nuestra historia democrática que ha de tener un lugar en Barcelona; cualquier cambio ha de respetar el consenso y el pluralismo”.

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