La negativa de ERC a gobernar con el PSC obliga a Colau a elegir socio

La gestación de un Gobierno tripartito de izquierdas en el Ayuntamiento de Barcelona se complica. La alcaldesa Ada Colau, que el miércoles pidió explícitamente a Esquerra Republicana (ERC) y Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) que se sumen en el Ejecutivo, tendrá que elegir entre el uno o el otro. El jefe de filas de los republicanos en el Ayuntamiento, Alfred Bosch, respondió ayer con rotundidad: “No entraremos en un Gobierno con el PSC, con todos los respetos por el señor [Jaume] Collboni”. El PSC representa, según Bosch, “la vieja política”. “Ahora mismo es quien representa mejor el establishment barcelonés”. Ellos, los republicanos, añadió, han hecho “procesos de renovación”.

Desde hace unos días, ERC —que tiene cinco concejales, uno más que el PSC— se ha mostrado hostil con la gestión de Colau, a quien acusa de no tener modelo de ciudad. Ni siquiera les contenta el plan de barrios a una década vista para reducir la brecha social que presentó la alcaldesa el miércoles en el Colegio de Periodistas. Bosch le pidió concreción.

Bosch, sin citarles, acusó a los regidores del PSC de poner cargos por delante al pactar con la alcaldesa y afirmó “que no se puede poner el carro ante los bueyes y los cargos ante la ciudad de Barcelona”. El republicano además lanzó otra advertencia: aunque entrara en el Gobierno, no está dispuesto a perder, “nunca”, la libertad de voto. En cambio, aseguró que no hará del debate independentista un problema para entrar eventualmente en el Ejecutivo. “No es prioritario a la hora de hablar de Barcelona”.

El líder del grupo municipal socialista, Jaume Collboni, reaccionó a la negativa de Bosch de compartir gobierno con ellos con una pregunta: “¿Romperán el pacto de gobierno que tenemos en Área Metropolitana?”. Collboni no se ha movido ni un pelo del planteamiento que mantiene desde el día siguiente a las elecciones municipales del pasado mes de mayo. Reivindica la herencia de 30 años de Gobiernos socialistas en Barcelona, recuerda que a la ciudad “le ha ido bien cuando ha habido consensos”, afirma que no quieren ser “muleta de nadie”, y vincula un eventual acuerdo de gobierno a hablar, al margen de la política catalana y española, del Presupuesto y del Plan de Actuación Municipal (PAM).

Sobre el plan de barrios, todos los grupos le pidieron ayer más concreción. El líder del PP en el Ayuntamiento, Alberto Fernández Díaz, recordó que Ley de Barrios del tripartito se interrumpió por falta de financiación y se preguntó qué han hecho los Gobiernos de izquierdas en eje Besòs, cuando ahora Colau admite que es la zona más castigada. Por su parte, el portavoz del grupo de CiU, Joaquim Forn, recordó que el exalcalde Xavier Trias ya invirtió en estos barrios. Sobre el llamamiento de Colau a reeditar el tripartito, Fernández Díaz afirmó que sería “más de lo mismo” y Forn “volver a los responsables de las burbujas turísticas”.