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Los sanitarios catalanes retoman las protestas contra los recortes

La pérdida de personal en los ambulatorios y la saturación de los centros origen de las manifestaciones en Bellvitge y Mataró

Jessica Mouzo
El Hospital de Mataró.
El Hospital de Mataró.Albert Garcia

Los sanitarios catalanes han vuelto a salir a la calle para protestar contra los recortes que azotan al sector público. Apenas tres días después de las elecciones al Parlamento Catalán, trabajadores de atención primaria del Área Metropolitana Sur del Instituto Catalán de la Salud (ICS) se concentraron ayer a las puertas del hospital de Bellvitge para denunciar la pérdida de personal en los ambulatorios de la zona. Desde hoy, la atención primaria del área Metropolitana Sur (Baix Llobregat) contará con 36 sanitarios menos.

"El jueves pasado, el gerente del Área Metropolitana Sur convocó a los directores de equipo de los centros de atención primaria (CAP) de su zona y les dijo que 36 personas se irían fuera. Ellos se negaron a dar nombres y el gerente les dijo que entonces los elegiría recursos humanos", explicó ayer Idelfonso García, delegado del sindicato CGT en atención primaria de la Metropolitana Sur, que engloba 64 CAP y 46 consultorios locales. Según García, el servicio de atención primaria (SAP) Centro perderá una decena de sanitarios y el SAP Delta, otros 25.

Por su parte, la Gerencia del Área Metroponitana Sur del ICS manifestó que no se trata de despidos, sino de refuerzos estacionales. "La cobertura de las incidencias de la plantilla se planifica en función de la actividad y por tanto es estacional y fluctúa según las necesidades organizativas y las ausencias. Esta gestión está influenciada por muchos factores, pero es obvio que no impacta ni en la plantilla estructural de los centros de primaria ni por descontado en la calidad asistencial", señala el comunicado de la Gerencia. García aseguró que no se trata sólo de coberturas de refuerzo de verano. "Hay una doctora que está cubriendo una baja maternal y le dijeron que acababa el día 30, pero la persona que estaba de baja no estará de vuelta el día 1 de octubre", protestó.

Varias decenas de personas se concentraron a las puertas del hospital de Bellvitge, donde está ubicada también la gerencia de la Metropolitana Sur, para protestar por los 36 puestos de trabajo que desaparecen. En la manifestación, los usuarios y trabajadores congregados contaron también con la presencia de miembros de algunos partidos políticos, como Albano Dante, de Catalunya SÍ que es Pot. La Gerencia de la zona insistió en que, pese a las dificultades económicas, "se ha dado un impulso a la política de estabilidad laboral" y señaló que en 2015 se mantuvo un incremento de plantilla del 3% (136 profesionales más). Sin embargo, según el sindicato Metges de Catalunya (MC), en una reunión de Recursos Humanos con la Junta de Personal, los directivos reconocieron que, a partir de octubre, los contratos por eventualidades se reducirán un 3%. "Lo que pedimos es que se cubran las eventualidades al 100% siempre", pidió un portavoz de MC.

Pocas horas después de esta marcha en Bellvitge, los trabajadores del hospital de Mataró hacían lo propio a las puertas del centro para denunciar la reestructuración de uno de sus centros satélites, el sociosanitario Sant Jaume, y la saturación del complejo principal. La dirección del Consorcio Sanitario del Maresme (CSdM), al que pertenecen ambos centros, pretendía vacíar el sociosanitario y trasladar a los pacientes a una de las unidades del hospital de Mataró, concretamente el área para agudos. La Coordinadora en Defensa de la Sanidad Pública de Mataró y Maresme alertó ayer de que esta medida "pondrá en riesgo a los usuarios" y pidió la dimisión del Consejo Rector. 

Los detractores de esta iniciativa creen que la reestructuración generará "verdaderos problemas y pérdida de calidad asistencial. La Coordinadora denunció que existe una saturación "total" del espacio, que se imposibilita el acompañamiento de los familiares durante la asistencia, que se atenta contra el derecho a la intimidad y a la confidencialidad de la información de los pacientes y que se vulnera la carta de derechos y deberes de los ciudadanos en relación con la salud y la atención sanitaria. La dirección del consorcio pretendía poner en marcha esta medida hace unas semanas pero debido a la presión de sindicatos, usuarios e incluso del ayuntamiento de Mataró, se pospuso la decisión, al menos hasta después de las elecciones.  

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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