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El Idibell planea cerrar uno de sus centros de diagnóstico genético

El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge dice que el departamento es deficitario

Jessica Mouzo
Muestras para estudios científcos
Muestras para estudios científcosGianluca Battista

El Centro de Diagnóstico Genético Molecular de Enfermedades Hereditarias (CDGM) tiene los días contados. El departamento, que depende del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y se encarga de realizar estudios genéticos de pacientes a petición de los hospitales, está a punto de echar el cierre, según su empresa, porque "la actividad de la unidad de diagnóstico genético no se corresponde, por su carácter asistencial, con la actividad de un centro de investigación biomédica" y además "el servicio es deficitario". El puesto de trabajo de 13 personas está en el aire. 

"Nuestro sistema sanitario está lleno de unidades de diagnóstico estrechamente asociadas e incluso fusionadas a laboratorios de investigación traslacional", junstifican los trabajadores en un comunicado. El presidente del comité de empresa, Josep Gardenyes, asegura que el cierre responde a "una decisión política". "Si tienes un centro deficitario, lo que tienes que hacer es intentar arreglar el déficit, no cerrarlo", señala Gardenyes. Según el portavoz sindical, el CDGM tiene una facturación anual de 400.000 euros y un déficit de 200.000.

Antes de la crisis económica, el centro realizaba unas 1.200 pruebas genéticas anuales de cuatro enfermedades diferentes. Con los recortes sanitarios y el descenso de peticiones por parte de sus principales clientes, los hospitales públicos, el departamento redujo su actividad a 800 muestras al año en 2014, aunque optó por abrir los estudios a nuevas enfermedades para captar más servicios (actualmente realizan estudios genéticos de una veintena de dolencias distintas). "Desde el 1 de julio, ningún centro público nos envía muestras", revela Gardenyes.

Aunque falta formalizar la decisión y hacerla efectiva, el IDIBELL sí ha confirmado que, ante los problemas económicos que arrastra el centro, "se ha optado por, proximamente, integrar la actividad de la CDGM en el entorno asistencial del Campus de Bellvitge". Los trabajadores, por su parte, acusan a su empresa de gestionar "mal" el proceso de transición. "Querían cerrarlo de repente y nosotros tenemos un compromiso con los clientes. Tenemos 72 muestras pendientes de rematar", apunta Gardenyes. Según el comité de empresa, el IDIBELL comenzará por despedir a nueve de los 13 trabajadores en agosto. Los otros cuatro se quedarán finalizando el trabajo pendiente antes de echar el cierre definitivo.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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