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Conflicto laboral

Sanitarios de Vall d’Hebron protestan por los cambios en urgencias

Los enfermeros denuncian las “decisiones unilaterales” de la nueva dirección del hospital

Jessica Mouzo
Protesta de enfermeros y auxiliares sanitarios en el hospital Vall d'Hebron.
Protesta de enfermeros y auxiliares sanitarios en el hospital Vall d'Hebron. Massimiliano Minocri

El hospital Vall d’Hebron de Barcelona se ha despertado esta mañana con las concentraciones de decenas de enfermeros y auxiliares en el vestíbulo del centro como protesta por los cambios organizativos del servicio de urgencias. Los trabajadores denuncian las “decisiones unilaterales” que ha tomado la recién estrenada directiva del hospital, con Vicenç Martínez Ibáñez, antiguo gerente del Trueta de Girona, a la cabeza. Los responsables del Vall d’Hebron han propuesto eliminar las rotaciones de auxiliares y enfermería en las cuatro áreas de urgencias (entrada, dos zonas de observación y otra de especialidades) para mejorar la especialización.

“Cada semana, enfermeros y auxiliares de estas cuatro áreas rotan. Nuestro proyecto pasa por la estandarización de curas y mejorar la seguridad del paciente y este rotación impide que los grupos de trabajo se especialicen”, justifica la directora asistencial, Ana Ochoa de Echagüen. La doctora insiste en que es “un tema puramente asistencial” y que no cambiará “nada”, ni en cuanto a horarios ni a nivel retributivo. “Lo único que hacemos es estabilizarlos en el sitio. Es el único servicio del hospital donde pasa esto”, apunta.

Los trabajadores, que se han concentrado en la entrada del edificio principal a las ocho, a las 10 y a las 12.30 de la mañana, dudan de que sólo sea un mero cambio organizativo. “Con la excusa de la reorganización, a la gente menos experta la dejan en atención directa y a los veteranos, que no consienten según qué cosas, los dejan en una planta de hospitalización [una de las áreas de observación de urgencias]”, sospecha Marcela Güell, delegada de CATAC en el hospital.

Según la directora asistencial, el cambio, que afectará a una cuarentena de trabajadores, se produce a raíz de algunas disfunciones halladas por los grupos de mejora que evalúan los procedimientos y protocolos del servicio. “Cuando un grupo se ponía de acuerdo para cambiar una cosa, a la semana siguiente los otros que estaban en ese área ya no estaban de acuerdo. Y así no se podía decidir nada”, señala Ochoa de Echagüen.

Las posiciones están encontradas. “Se cerraron en banda y se pusieron en contacto con los sindicatos. Ellos solo quieren seguir rotando, si no es cada semana es cada mes. Se niegan a cualquier cambio que implique una mejora”, critica la directora asistencial. Güell por su parte niega la mayor y asegura que la Junta de Personal pidió un grupo de trabajo para evaluar la situación. “No es cierto que roten cada semana. Rotan cada 42 días y no se han negado a aumentar los días. Además, rotar cada 80 si es necesario. Es aconsejable que en un servicio de urgencias hay rotación debido a la presión a la que están sometidos”. Y concluye: “Pedimos un grupo de trabajo para ver si es verdad que este cambio puede suponer una mejoría y se puede hacer una rotación más tarde. Pero por lo que no vamos a pasar es por que impongan las cosas sin hablar con la gente”.

La delegada de CCOO, Judith Capdevilla, ha asegurado que las concentraciones seguirán adelante a lo largo del día, a las cuatro de la tarde y a medianoche, y se retomarán de nuevo a las ocho de la mañana, coincidiendo con el cambio de turno. Los sindicatos no descartan, en cualquier caso, iniciar un encierro en el hospital a partir de mañana si la directiva no atiende a sus demandas.

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El servicio de urgencias de Vall d’Hebron es una de las áreas más convulsas por el volumen de trabajo y el colapso permanente en el que viven los trabajadores de la unidad, según ellos mismos relatan día a día en un Twitter en el que contabilizan cuántas personas tienen ingresadas en urgencias a la espera de una cama en planta. El punto álgido de la conflictividad entre los sanitarios del servicio y los responsables del centro llegó el año pasado [estaba otro equipo directivo al mando], cuando los médicos de urgencias sacaron a la luz una carta en la que denunciaban la deplorable situación en las que estaban trabajando. La publicación de esa misiva acabó con la destitución del jefe del servicio.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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