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El Parlament exige frenar el consorcio sanitario de Lleida “de inmediato”

Usuarios del Clínic se plantan contra la privatización y la actividad de Barnaclínic

Jessica Mouzo
Miembros de Tancada Clínic pegan carteles contra la privatización en la fachada del centro público.
Miembros de Tancada Clínic pegan carteles contra la privatización en la fachada del centro público.Massimiliano Minocri

El proyecto de crear un consorcio sanitario en Lleida para unificar toda la sanidad pública de la provincia ha monopolizado el debate político esta semana en el Parlament. Si la sesión de control del miércoles estuvo marcada por interpelaciones al presidente Artur Mas y al consejero de Salud, Boi Ruiz, para que cumpliesen una moción del Parlament que obliga a frenar el consorcio, el pleno de ayer redundó en la necesidad de paralizar el proyecto. La oposición exigió, dentro de una moción sobre las Tierras de Lleida, Pirineu i Aran, que el Gobierno catalán frene “de forma inmediata” la creación del consorcio sanitario.

Tras dos semanas convulsas en la sanidad catalana —el consejero siguió adelante con el proceso administrativo y sacó a exposición pública el proyecto, pese a la moción del Parlament que obligaba a paralizarlo—, toda la oposición (excepto la diputada no adscrita Marina Geli) dio un paso adelante y puso fecha a Boi Ruiz para frenar definitivamente el consorcio, que cuenta con más de 40.000 firmas en contra en el territorio. “El Parlament (...) insta al Gobierno a frenar el proceso de creación del consorcio de Lleida de manera inmediata y, en todo caso, como máximo, el día después de la publicación de [esta] moción en el BOPC”, reza el punto aprobado por todos los grupos, excepto CiU, que votó en contra, y Geli, que se abstuvo.

Si Salud se aviene a cumplir rigurosamente esta moción, la paralización del consorcio podría ser cuestión de días. El Parlament también “lamenta” el incumplimiento de la anterior moción sobre el plan, una decisión que le costó al consejero un plantón de casi toda la oposición (excepto ERC y Geli) en la comisión de Salud de la semana pasada.

Usuarios y algún que otro trabajador del hospital Clínic también se manifestaron ayer por la tarde contra otro de los temas candentes de la sanidad catalana: la actividad de Barnaclínic, el brazo privado del hospital Clínic, con medios y profesionales del centro público.

Cerca de medio centenar de personas de la plataforma Tancada Clínic empapelaron la fachada del hospital con carteles contra la privatización de la sanidad y aprovecharon para mostrar su rechazo a la nueva figura jurídica del centro público, que proximamente se convertirá en un consorcio público. La reforma del hospital estaba pendiente desde 2008, cuando el Estado traspasó el centro a la Generalitat, que debía dotarlo de personalidad jurídica. En un primer momento, la dirección del Clínic había optado por un modelo formado por dos fundaciones de carácter privado, una que controlaría el patrimonio y otra la gestión. Pero la oposición del Parlament al proyecto recondujo el plan inicial hacia un consorcio público.

Aunque salvando las diferencias con el caso de Lleida, los manifestantes también denunciaron que el nuevo ente abrirá la puerta a la entrada de capital privado y favorecerá el afán de lucro y la corrupción.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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