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Mas presume de gasto social pero omite los recortes y los impagos

El presidente impregna su discurso de optimismo sobre la recuperación económica obviando la precariedad laboral

Foto: atlas | Vídeo: VIDEO: ATLAS

Artur Mas realizó ayer un balance muy optimista de su obra de gobierno, dio por acabada la crisis económica y resaltó que por primera vez en la historia, “los catalanes han votado por la libertad del país”, en alusión a la consulta del 9-N.

El presidente de la Generalitat recurrió a unas cifras muy concretas para avalar su idea de optimismo alrededor de la reactivación económica y creación de empleo, las políticas sociales, la transparencia y reforma de la Administración, así como la transición nacional. Así, explicó que Cataluña ha vivido cada trimestre de 2014 un crecimiento económico, que el paro ha caído en Cataluña (7,8%) más que en el resto de España y que han aumentado las afiliaciones a la Seguridad Social en 83.744 personas. Pero obvió, por ejemplo, las cifras de los parados de larga duración que hay en Cataluña, así como las familias que no tienen ningún tipo de ingreso.

Solo se refirió a esas situaciones, que han aumentado en los últimos años, cuando se le preguntó si los catalanes viven ahora mejor que hace cuatro años y Mas respondió que “depende de los registros que se miren”.

En otro momento se refirió también a los éxitos de su Gobierno en el campo de la educación, como el aumento de las matrículas de los alumnos de Formación Profesional en un 78%, o que la tasa de abandono escolar se haya reducido en 4,2 puntos desde que es presidente de la Generalitat. “Es la primera vez que se puede hacer un balance así desde el inicio de la crisis, que se ha empezado a superar, se ha creado empleo y se ha internacionalizado la economía aún más”, dijo el presidente catalán.

Mas también se refirió a las políticas sociales de su Gobierno e insistió en que el gasto en este apartado será en 2015 del 71,2% del presupuesto, cuando en 2010 era del 67,8%. La mayor cantidad porcentual, que no en cifras absolutas.

Pobreza energética

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Mas no pronunció la palabra desahucio, ni tampoco la de pobreza energética, pero sí dijo que su Gobierno “ha presentado” un fondo de solidaridad para pagar los recibos de suministro de las personas que no pueden hacerlo este invierno. El fondo no es sino un anuncio que presentará hasta el próximo día 20 el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig. El presidente repitió que la Generalitat catalana está en la máxima puntuación de transparencia entre las Administraciones españolas y se refirió a la aprobación de la ley de transparencia, pero tampoco salió de sus labios la palabra “corrupción”, excepto cuando se le preguntó expresamente por ello.

El presidente de la Generalitat alardeó de invertir el 71% de su presupuesto en el área social pero omitió los recortes en Salud tan criticados como el cierre de camas o el impago de facturas en las residencias de ancianos o de drogodependientes. Mas impregnó su discurso de optimismo sobre la recuperación económica obviando la precariedad laboral.

Sanidad

La imagen que dibujó en 2014 la hastiada sanidad catalana dista mucho del mensaje de Mas, en el que se vanaglorió de haber reducido “un 33,5% las listas de espera” en los hospitales del Instituto Catalán de la Salud. No mencionó que, según los últimos datos del Departamento de Salud, en el verano de 2014, 176.908 catalanes estaban en lista de espera para ser operados, cifra superior de los 153.916 que se registraron en 2010, antes de que su Gobierno ejecutase los tijeretazos. Tampoco aludió Mas a que en cuatro años, el presupuesto del Servicio Catalán de la Salud se ha recortado un 14% (más de 1.000 millones de euros) y, como resultado los hospitales han reducido personal, recortado salarios, precarizado condiciones laborales y cerrado plantas de hospitales (1.000 camas entre 2010 y 2013).

Con los profesionales y los pacientes en pie de guerra, la sanidad vivió en 2014 uno de los veranos más convulsos. A las protestas por el colapso de las urgencias en los grandes hospitales (en Vall d'Hebron la denuncia pública de la situación supuso la destitución del jefe del servicio) se sumaron los motines de los pacientes ingresados en Bellvitge por el cierre durante los meses estivales de hasta 2.091 camas en toda Cataluña. Las derivaciones sistemáticas de enfermos a hospitales de la red pública pero de titularidad privada para reducir listas de espera, la unificación de los centros sanitarios públicos de Lleida en un nuevo consorcio o el proyecto de venta de datos sanitarios anónimos indignaron aún más a sanitarios y pacientes.

Política social

No es un problema de sensibilidades. Es de dinero”. Mas se adelantó así a las posibles críticas sobre su balance en políticas sociales y puso el énfasis en que la Generalitat mantiene a flote la atención social pese a la asfixia económica del Gobierno central. Sacó pecho porque el 71% de su gasto se destina a Educación, Salud y Servicios Sociales, casi cuatro puntos más que en 2010 pero omitió los impagos de meses a geriátricos, residencias para discapacitados o drogodependientes. Algunos de ellos solo cobraron en el último trimestre de 2014 la mitad de las facturas. “No podemos atender a todos los dependientes como dice la ley porque es una norma que nació sin recursos”, recordó para justificar que su Gobierno no puede llegar a cubrir, por ejemplo, las Prestaciones Económicas Vinculadas, que el departamento de Bienestar recortó tras un año de congelación.

Mas anunció que pronto comenzará a funcionar el fondo de solidaridad energética, con el que se ayudará a las familias que no pueden hacer frente a los recibos de luz y gas. “Seguimos sin saber quién pagará este fondo”, replicó ayer Maria Campuzano, portavoz de la Plataforma Contra la Pobreza Energética. El aumento de 43 millones de euros en el presupuesto de la Renta Mínima de Inserción (pasa de 140 a 173 millones) fue otro de los puntos que resaltó Mas. La ayuda, que el anterior Gobierno de CiU revisó en verano de 2011 sin previo aviso, alcanza a 26.000 personas. Una de las incógnitas es cómo en 2011, con la misma suma, se atendía a 33.000. “No se puede negar que se han hecho cosas, pero muchas orientadas a parar emergencias. De lo estructural no se habla”, dijo Teresa Crespo, presidenta de ECAS.

Economía y empleo

Mas usó las cifras macroeconómicas para recordar que 2014 ha sido el primer ejercicio en los últimos seis años en los que se ha mantenido el crecimiento en cada trimestre. Habló de la fortaleza del turismo y de las exportaciones, prueba —dijo— del esfuerzo empresarial en internacionalización. No aludió a la evolución de la industria, que continúa perdiendo peso en la economía catalana o que la construcción tenga más peso que en la media de la UE. Cataluña lleva “18 meses con caídas interanuales del paro registrado”, dijo Mas, que no pudo esconder que “hay muchas personas que no lo notan y no lo experimentan”. Lógico: más de 575.000 personas están apuntadas a las listas del paro y muchos de los que hallaron un trabajo en 2014 tuvieron que volver a las oficinas de empleo porque por cada contrato indefinido que se firma en Cataluña más de 7,5 son temporales. Otras personas dejaron de buscar trabajo porque no están motivados para hacerlo, conscientes de que se han quedado sin prestación. Un 42% de los nombres que desaparecen de las listas del paro siguen sin tener trabajo.

Educación

El presupuesto educativo ha caído un 16% desde 2010, según CCOO. La reducción del abandono escolar y el aumento del éxito también fueron mencionados por Mas, aunque las cifras siguen lejos de la media europea. La unificación de los criterios territoriales para otorgar las becas-comedor es bien vista por la comunidad educativa, pero los 42 millones de euros destinados solo llegan a 66.000 alumnos. CC OO dice que el 95% solo cubre la mitad del importe. Mas aseguró que “muchas son del 100%”, sin especificar. El presidente finalmente defendió que este año escolar hay más docentes (64.777), aunque los sindicatos sostienen que en algunos casos una plaza la ocupan dos docentes a tiempo parcial.

Corrupción

Mas no mencionó la palabra en su discurso pese a que todos los miembros de la familia Pujol —menos uno— están imputados y en las próximas semanas desfilarán por el juzgado y en la comisión de investigación del Parlament. La sede de Convergència, además, está embargada por el caso Palau. Pese a que la corrupción salpica al partido nacionalista, Mas se escudó, a preguntas de los periodistas, que hablaba de ella cuando destacó los avances de su Gobierno en materia de transparencia. Citó tres elementos: La Ley de Transparencia aprobada en diciembre en el Parlament, que consagra el silencio positivo; que el Ejecutivo ha alcanzado la máxima puntuación en el índice de transparencia del Estado, y en las 51 medidas incluidas en un documento que presentó al inicio de su mandato para alentar la regeneración democrática y que propone que un cargo dimitía si va a juicio. “Nos tomamos muy en serio la lucha contra la corrupción”, dijo. No quiso juzgar la estrategia de defensa de los Pujol al sostener que se trata de una cuestión personal.

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