_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Frías y oscuras Navidades

Mientras los Ayuntamientos derrochan millones de vatios de luz en la iluminación navideña, toca hablar de pobreza energética

Carmen Molina tenía 77 años. Vivía sola en su casa de la calle Corta del sevillano barrio de El Cerro. El frío la obligó a refugiarse al calor del brasero de la mesa camilla. La mañana del día 11 amaneció muerta por asfixia.

¿Cuántas historias como ésta hemos leído ya? Muchas. Hemos visto morir a demasiados ancianos asfixiados por el humo de viejos braseros. A sus humildes hogares no han llegado los modernos sistemas de calefacción, mucho más seguros. Pero muy caros para sus modestas economías. Mueren de frío.

Estos días, mientras los Ayuntamientos derrochan millones de vatios de luz en la iluminación navideña, toca hablar de pobreza energética. Afecta a casi cuatro millones de españoles. Unos 600.000 andaluces. No pueden pagar el recibo de la luz. A más de un millón de familias les han cortado el suministro (Facua).

En los países nórdicos, eso no es posible. Jamás se interrumpe el suministro eléctrico a un ciudadano. Aunque no haya pagado la factura. En otros países, Francia, Bélgica, hay tregua energética: no se puede cortar el suministro en invierno.

Aquí, algunos Gobiernos autonómicos quisieron poner en marcha un sistema similar. Cataluña aprobó una ley de tregua energética, pero el Gobierno central del PP la llevó al Constitucional. ¡Cuántos sueños no habrá frenado ya el PP con estos recursos! Por ahora, ha rechazado dos veces en el Congreso la tregua propuesta por IU y el PSOE.

Andalucía tenía preparada una medida similar a la catalana, que ha debido congelar. A cambio, ha anunciado un programa de ayudas directas: 7,5 millones para que los Ayuntamientos asistan a las familias más necesitadas con el recibo de la luz.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Otros, además de sin luz, se quedan sin casa. Es duro en estas fechas vivir en la calle. Los datos recientes vuelven a recordarnos el drama que viven miles de españoles. En el tercer trimestre de este año, los desahucios de viviendas habituales suben un 13,5% (INE). En Andalucía, se ejecutaron 5.771. La Asociación Pro Derechos Humanos informa de que el número de andaluces sin hogar se ha triplicado en los años de la crisis y de que más de un millón viven en pobreza extrema.

Con un paro del 35,25%, estas Navidades serán para muchos, demasiados, unas Navidades frías y oscuras. La presidenta Susana Díaz reconoce que “las cosas no están bien”. Y añade: “me duele que los andaluces lo estén pasando mal”. Ya sabe lo que le toca: revertir esa situación.

Frente a ese reconocimiento de la tragedia que viven muchos ciudadanos, chirrían declaraciones como la de la ministra Fátima Báñez en Chiclana: estos días debemos “estar alegres”, afirma, porque hay señales de crecimiento. Su colega Alfonso Alonso añade: debemos “comenzar a sonreír”.

Viven en otro mundo, cálido y lejano. ¿Hasta cuándo?

@JRomanOrozco

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_