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La edad de oro de Hollywood aterriza en el paseo de Gràcia

La 5 edición de ‘The Shopping Night Barcelona’ coincidió con la despedida de Gratacós de la avenida barcelonesa tras 75 años

Los paseantes disfrutan de la Shopping Night en Barcelona.
Los paseantes disfrutan de la Shopping Night en Barcelona.Gianluca Battista

Nada de música de los villancicos o extemporáneos tañidos de campanas. La ciudad condal ya se ha acostumbrado a acoger la temporada navideña de compras al son de pasarelas y escenarios. La lluvia intermitente no impidió que decenas de miles de personas salieran a las calles llenas de alfombras rojas desparramadas por todo el paseo de Gràcia y participaran en las más de 200 actividades organizadas por la Shopping Night Barcelona, en la que unos 90 comercios estuvieron abiertos al público hasta la 1 de la madrugada. Los organizadores esperaban repetir el gran éxito de la edición anterior a la que acudieron unas 65.000 personas. Todo esto en un momento crucial para la avenida que en breve asistirá a la finalización de las obras de mejora comenzadas en 2013 y que, entre otras cosas, ampliarán y revalorizarán el espacio peatonal.

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Justo unos días después del lanzamiento del Black Friday, la jornada de descuentos importada desde Estados Unidos, barceloneses y turistas de todas las procedencias inundaron las tiendas del paseo de Gracia que invitaron el público a aprovechar de temporáneas rebajas, bebidas gratuitas y cupcakes solidarios, además de montar actos en directos, photocall y cine al aire libre. Jóvenes y apasionados de la moda acudieron a los distintos locales que ofrecían descuentos del 20 y 30% con el propósito de hacer más asequible la célebre calle al menos por una noche. “Más allá de su capacidad de concebir iniciativas que fortalezcan el comercio, la Shopping Night nos permite formar parte de la movida de una vía cuyos precios generalmente están fuera del alcance de la gente común”, señaló Carmen, trabajadora social y habitante del barrio próximo de Gracia que ha participado también a las cuatro ediciones anteriores del evento que festejó su primer lustro de existencia con un homenaje a la época dorada de Hollywood.

Secundando el leitmotiv del evento, seis lugares de la avenida se convirtieron en una conmemoración de la etapa mítica de la industria cinematográfica de los Estados Unidos. Desde la celebración del cine mudo en los Jardines de Salvador Espriu, que se han unido por vez primera al acontecimiento decembrino, hasta la asignación, en el red carpet montado en el espacio del Palau Robert, de los TSNB Golden Awards, que han premiado a los establecimientos y los sponsors más originales; pasando por un recorrido por la Hollywood áurea narrado desde el punto de vista de los estudiantes de cine y diseño de Barcelona.

Más allá de descuentos y alfombras rojas, la de ayer ha sido una Shopping Night especial para Gratacós, la histórica tienda de tejidos de gama alta de la que han salido, para citar uno de los últimos, los vestidos de la infanta el día de la coronación de Felipe VI. Gratacós se despide tras 75 años viendo pasar la vida en la privilegiada esquina entre el paseo y la Diagonal. Con una facturación este año de 12 millones que en el 95% se produce fuera de la tienda, y de ésta, el 80% corresponde a exportaciones, la familia entiende que el local “no responde a las necesidades actuales”. “Puede quedar mal que lo diga, pero no necesitamos esta tienda”, afirmó el consejero delegado, Juan Gratacós.

La tercera generación ha decidido abrir, en marzo, un “espacio de moda” en la próxima Riera Sant Miquel. Tras un traslado que durará hasta el día 8, de forma provisional se instalarán en una pop up en la calle de Mallorca con Pau Claris. Juan Gratacós explicó la evolución de un negocio “que hasta los 70 tenía como clientes modistas, en los 80 comenzaron a vender a mayoristas y en los 90 a exportar”. Esa fue una de las claves para un negocio en el que Gratacós es el único superviviente de todo el paseo. Seguro que algunos barceloneses echarán de menos los fascinantes “moulage” –vestidos elaborados solo con tela, sin coser—que decoran sus escaparates, ayer convertidos en un también espectacular homenaje a Alfred Hitchcock.

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