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Bellvitge, un mes con una avería en la máquina que elimina piedras renales

CGT denuncia que unos 100 pacientes esperan para someterse al tratamiento

Jessica Mouzo
Manifestación del personal sanitario del Hospital de Bellvitge, el pasado 15 de noviembre.
Manifestación del personal sanitario del Hospital de Bellvitge, el pasado 15 de noviembre.Juan Barbosa

El hospital de Bellvitge lleva más de un mes con una avería en la máquina de litotricia —un aparato para eliminar cálculos renales y biliares a través de ondas de choque— y los pacientes que han de someterse al tratamiento ya se acumulan por decenas. El sindicato CGT denuncia que los enfermos en espera para ser atendidos con este procedimiento ya ascienden a un centenar y alerta de que el colapso irá en aumento mientras el hospital no arregle la máquina o derive a otros centros a algunos de los pacientes.

Bellvitge está en el top 20 de los hospitales que más derivan de forma innecesaria y ahora, que está más que justificada una derivación, no mandan a nadie”, protesta el delegado de CGT, Manel De los Riscos. La unidad de litotricia de Bellvitge, una de las pocas que hay en la red pública según la Sociedad Catalana de Urología (SCU), puede tratar hasta a unos seis pacientes diarios.

Los trabajadores aseguran que a algunos enfermos en espera se les está colocando un catéter de vejiga a riñón para desobstruir las vías urinarias y los están mandando a casa sin fecha de vuelta hasta que la máquina se repare y puedan someterse al tratamiento. Es el caso de José Moreno, de 67 años, que lleva desde el 9 de octubre, cuando fue sometido a una operación en la que le sacaron tres cálculos renales, con un drenaje puesto. “Me encuentro regular. Tengo problemas de próstata también y cuando orino, al hacer fuerza en la vejiga, hace un efecto rebote y me duele mucho el riñón”, explica el hombre, que tiene que someterse a la litotricia porque le encontraron otra piedra tras la intervención. Los médicos le aseguraron que no podrán quitarle el catéter hasta que la máquina no elimine el cálculo que le queda. José, “desesperado y cabreado”, ya ha solicitado que lo deriven a otro centro.

“No puede enquistarse tanto el problema cuando tienes pacientes que están padeciendo un problema como un cálculo de riñón y además, los que tienen drenajes, con más peligro de sufrir una infección”, critica De los Riscos. Por su parte, el presidente de la SCU, el doctor César Vargas, explica que, pese a que “no solventar el problema de forma inmediata puede conllevar sus riesgos”, la situación “no es dramática ni excesivamente peligrosa”.

El hospital, por su parte, asegura que la máquina estará reparada a principios de diciembre y achaca el retraso a que están esperando “una pieza que tenía que llegar de Francia”. Un portavoz del centro manifestó ayer que se prevé la derivación de algunos pacientes a otros centros, aunque no especificó cuántos enfermos serán trasladados ni el centro al que los enviarán.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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