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Dos jóvenes chinas, únicas fallecidas del accidente de avión de San Francisco

El Boeing 777 volaba bajo y chocó con el rompeolas del aeropuerto, según algunas investigaciones La compañía ha descartado cualquier "fallo técnico" del aparato

Tras el accidente del avión de la aerolínea Asiana Airlines, estrellado ayer cuando intentaba aterrizar en el aeropuerto Internacional de San Francisco, las autoridades y la compañía han ofrecido más datos en relación a las víctimas y las posibles causas del siniestro, en el que dos personas han muerto y decenas han resultado heridas.

Las autoridades han confirmado que las dos personas fallecidas son dos jóvenes chicas de nacionalidad china que iban sentadas en los asientos de cola del avión. Las autoridades chinas, citadas por la agencia oficial Xinhua, han informado que 70 de los 141 chinos que viajaban en el avión son estudiantes y profesores de las provincias orientales de Shanxi y Zhejiang que viajaban al país norteamericano para participar en un campamento de verano.

Según datos proporcionados por fuentes oficiales en la rueda de prensa que tuvo lugar en el aeropuerto de San Francisco, tras el accidente, 181 personas han sido trasladadas a hospitales de los alrededores de la bahía de la ciudad, y 49 padecen heridas graves. Seis continúan ingresadas en condiciones críticas en el Hospital General de San Francisco, entre ellos una niña. 190 pasajeros han salido por su propio pie de la nave siniestrada.

En total, 291 pasajeros y 16 tripulantes viajaban en el avión 214, que había despegado de Seúl, capital de Corea del Sur. En el avión viajaban 61 americanos, 77 surcoreanos, 141 chinos y un japonés. Es el primer accidente de esta aerolínea que se produce en suelo norteamericano. El fuego y el humo procedentes de la aeronave estrellada se vislumbraban en varios kilómetros a la redonda del aeropuerto de San Francisco, situado a 18 kilómetros a las afueras de la ciudad.

Las dos jóvenes chinas fallecidas en el accidente aéreo de San Francisco, de 16 años, viajaban para pasar el verano practicando inglés en un campamento de verano en San Francisco.

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Estudiantes, profesores, banqueros y trabajadores del sector tecnológico, componían mas de la mitad de los pasajeros del vuelo 214 procedente de Seúl que ayer se estrellaba en el aeropuerto de San Francisco.

Los primeros datos que se tienen del accidente indican que la cola del avión se ha desprendido del aparato en la maniobra del aterrizaje arrojando columnas de humo negro al aire, visibles desde la lejanía. Testigos que se encontraban cerca del lugar de los hechos escucharon un enorme estruendo y observaron una nube de humo ascendiendo al cielo.

Dave Johnson, agente del FBI, descartó en la rueda de prensa que "el accidente se deba a un acto de terrorismo". Mientras tanto, la compañía aseguró que no hubo "problemas técnicos". "Por ahora, estimamos que no hubo problemas por parte ni del avión ni de sus motores", declaró el presidente de la aerolínea Yoon Young Doo. El presidente se negó a comentar la posibilidad de un fallo humano pero indicó que los tres capitanes que viajaban a bordo del avión tenían más de 10.000 horas de experiencia de vuelo entre todos, pero algunas primeras investigaciones, citadas por la cadena BBC, indican que el aparato volaba muy bajo y chocó con el rompeolas del aeropuerto.

Los últimos datos facilitados por fuentes oficiales señalan que “el avión volaba muy bajo y muy despacio en el momento del aterrizaje, cuando el piloto realizó una maniobra que produjo que la cola chocase contra el rompeolas del aeropuerto y se desprendiese”. Se sabe también que el sistema de aterrizaje del aeropuerto no estaba operativo ayer cuando se produjo el accidente.

En estos momentos un equipo de investigación del Nacional Transportation Safety Board (NTBS), junto a un equipo de investigadores que se han desplazado desde Corea del Sur, están procediendo a inspeccionar los datos de las grabaciones del avión siniestrado.

El aeropuerto internacional de San Francisco ha vuelto prácticamente a la normalidad, aunque con demoras de hasta nueve horas en algunos vuelos y cancelaciones de otros.

El alcalde de San Francisco ha agradecido a los ciudadanos las muchas muestras de colaboración. Hasta el Hospital de San Francisco y el aeropuerto se han presentado muchos voluntarios ofreciendo su ayuda. El edil ha dicho: "Hemos tenido mucha suerte de que haya tantos supervivientes".

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