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Tentaciones
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Ride: mirarse a los pies sin ira

La reunión del año es la de los pioneros del shoegaze, que hoy actúan en Primavera Sound.

Xavi Sancho

“My Bloody Valentine lo han hecho muy bien. Stone Roses lo han hecho también estupendamente. Slowdive, genial, me hace muy feliz su éxito. En cambio, Pixies, pues lo han hecho bastante mal. Fatal”. Mark Gardener, líder de Ride, una de las bandas británicas que definieron el shoegazing, una suerte de estilo musical que sirvió como puente entre el indie de la mítica cinta de cassette que editó el New Musical Express en 1986 y lo que más tarde llegaría en forma de britpop. Su sonido era ruidoso pero melancólico. Agresivo pero contemplativo. Pop pero rock. Y su visión de la vida… Bueno, su visión de la vida se reducía a las de sus zapatillas, pues su mirada no parecía apartarse de ellas en ningún momento. Jamás una hornada de bandas musicales ha sido capaz de encontrar tantas cosas en el suelo como esta. “Ves lo que han hecho otros y vas aprendiendo sobre cómo debes afrontar tú todo esto. El hecho de llegar algo tarde a la fiebre de las reuniones nos da cierta ventaja”, insiste Gardener a través de la línea telefónica. Y se ríe.

A Gardener le gustan sus bromas casi tanto como los discos que editó entre 1990 y 1996 al frente de este cuarteto de Oxford cuyos integrantes se conocieron en el colegio y cuya relación personal siempre ha estado un peldaño por encima de la profesional. “Ahora somos mejores porque somos mejores seres humanos. Nos entendemos mejor, nos escuchamos y nos reñimos más. Me preguntan mucho sobre la supuesta acritud que hubo entre nosotros cuando nos separamos, pero la verdad es que estuvimos sin hablarnos muy poco tiempo. Lo arreglamos rápido y desde entonces hemos mantenido el contacto. Al menos, una vez al año, cuando algún viejo manager nos llamaba para hablarnos de ofertas que nos llegaban para reunirnos de nuevo y decidíamos que no lo íbamos a hacer”.

"Ahora somos mejores porque somos mejores seres humanos"

Al final, claro, lo hicieron. Desde fuera, se pueden elaborar dos teorías al respecto de por qué Ride anunciaron en noviembre del pasado año que iban a volver a los escenarios, siendo su aparición en Cochella en abril el arranque oficial de una gira que les llevará por salas y festivales de EE UU y Europa durante los meses de mayo y junio. La primera es musical. Los británicos se han convertido en un referente ineludible dentro de la escena indie actual. Trazos de lo que hicieron y de lo que dejaron se escuchar en bandas como The Pains of being Pure at Heart, DIIV, Alvvays o Joanna Gruesome. No es que vivamos una época en la que al gente esté demasiado interesada en conocer la versión original de ninguno de los sucedáneos que consume, pero sí en una en la que los que vivieron el original tienen ganas de recordarlo y exhibirlo ante los sucedáneos que hoy se repiten y se celebran como novedad.

Gardener, como no podía ser de otra manera en una banda cuyo éxito comercial fue relativo y su relevancia actual va mucho más allá de lo que cualquiera podía haber imaginado hace más de dos décadas, se siente encantado con todo esto. “No me molesta escuchar cosas que recuerdan a nosotros. Es bonito. Es un orgullo. Pero eso tampoco tiene que ver con el motivo por el que hemos vuelto. Siempre ha habido interés en nuestra música, pero nosotros no estamos aquí para celebrar el pasado, sino que creo que podemos ayudar a recordarle al público que ya está bien de música blanda y domesticada, que hay otra forma de hacer la cosas. Eso sí, es un honor que te nombren como influencia. Cuando nosotros empezamos hablábamos todo el rato de los Beatles, los Byrds o los Beach Boys. Ahora hay gente que habla de nosotros. Es genial”, celebra.

La segunda versión que podría explicar su vuelta es la que tiene que ver con la disolución de Beady Eye, la banda formada por Liam Gallagher y de la que era parte también Andy Bell, bajista de Ride y más tarde de Oasis. En 1992, en el entramado Ride, Andy parecía ser Lennon y Mark, McCartney. Luego, avanzaron los 90 y llegaron los dosmiles y, bueno, Andy se amaestró, cayó en manos de lo que se llamó dadrock, Su disco preferido de los Beatles ya no era Revolver, sino Let it be. “Bueno, que Beady Eye no exista le da más tiempo libre”, comenta entre risas Gardener, quien acto seguido se niega a comentar nada más al respecto de la relación de su compañero de banda con los hermanos Gallagher. Mientras eso sucedía, Mark colaboraba con Brian Jonestown Massacre o Rinôçérôse y lanzaba discos de pop clásico, pero suficientemente personal como para no parecer un ejercicio de negación de la existencia del wifi.

Como es evidente en el manual de la entrevista al grupo que se reforma, hay que preguntar por el repertorio y por, claro, si piensan sacar disco. La noche de hoy viernes, en el Primavera Sound, probarán el set de 11 temas que tienen armado para sus actuaciones en festivales (cuentan con otro casi el doble de largo para su gira por salas). En cuanto a lo del nuevo material, pues Mark no cierra la puerta. Ni la abre. “Vamos a ver si nos reímos lo suficiente este año como para que nos apetezca seguir haciéndolo el año próximo. Si eso sucede, habrá música nueva”.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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