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La “solución catalana” de Mas fracasa

El objetivo era integrar a CatalunyaCaixa y Unnim en entidades de la comunidad

Lluís Pellicer
Sucursal de CatalunyaCaixa, en Barcelona.
Sucursal de CatalunyaCaixa, en Barcelona.Andreu Dalmau (EFE)

Una de las primeras prioridades del Gobierno de CiU tras regresar al Palau de la Generalitat en 2010 fue buscar una “solución catalana”, en palabras del consejero Andreu Mas-Colell, para CatalunyaCaixa y Unnim, las dos cajas que fueron nacionalizadas. Tras haber visto cómo el mapa financiero se reducía de 11 a cuatro entidades y después de que la tercera caja, Caixa Penedès, pasara a la órbita de Bankia, el presidente Artur Mas se propuso que Cataluña no perdiera más “poder financiero”. Al final, esos planes no salieron, si bien las dos grandes entidades catalanas —CaixaBank y Banco Sabadell— han aumentado con creces su tamaño en este lustro.

La primera hoja de ruta del Ejecutivo de Artur Mas pasaba por que CatalunyaCaixa —que nació con la fusión de las cajas de Catalunya, Manresa y Tarragona— y Unnim —fruto de la unión de Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu— fueran saneadas y pudieran seguir operando de forma autónoma, siguiendo el modelo del Estado con Bankia. El deterioro de los balances de ambas entidades hizo ver que eso era imposible, de modo que la Generalitat sondeó una posible absorción de CatalunyaCaixa por parte de Banco Sabadell, a la que eventualmente podría añadirse Unnim.

Banco Sabadell sí exploró la posibilidad de quedarse con la que fue la segunda caja catalana, pero el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) acabó suspendiendo su subasta en dos ocasiones. En marzo de 2012, BBVA anunciaba la compra de Unnim por un euro y con unas ayudas de la banca de 953 millones, lo que le permitía pegar un bocado al mercado catalán y situarse como tercer banco en la comunidad, por detrás de La Caixa y CatalunyaCaixa.

CaixaBank lidera el mercado catalán, en el que BBVA se ha hecho con la segunda posición

Las dos grandes entidades catalanas no permanecían quietas. La Caixa, que mutaba en banco y alumbraba CaixaBank, crecía con la absorción de Caixa Girona, Bankpyme, Banca Cívica y Banco de Valencia, mientras que Banco Sabadell, que venía de integrar el Guipuzcoano, engullía Banco CAM, la red de Lloyds en España, Banco Gallego y recuperaba la red de Caixa Penedès al adquirirla a BMN. Esa operación hizo que CatalunyaCaixa perdiera atractivo para el Sabadell y que no acudiera a la tercera puja. En esta sí participó CaixaBank, aunque finalmente se impuso BBVA.

Antes de la crisis, el mercado catalán estaba controlado en un 72,2% por las 11 entidades catalanas, lideradas por La Caixa. Hoy la cuota de mercado de bancos con sede social en Barcelona es del 44,9%, correspondiente al 32,9% de CaixaBank, que sigue capitaneando la comunidad, y el 12% de Banco Sabadell, que ya es la tercera entidad.

En la segunda plaza se ha colado BBVA, que tiene el 23% del mercado catalán tras hacerse con Catalunya Banc, mientras que sin superar el 10% se sitúan en la cuarta y quinta plaza Banco Santander y Bankia, respectivamente. No obstante, CaixaBank considera que el proceso de concentración no ha acabado y podría aumentar su liderazgo si, como dan por seguro fuentes del mercado, acaba haciéndose con la red española de Barclays.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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