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PESCA ILEGAL

La pesca ilegal cuesta 23.000 millones de dólares anuales, según Interpol

Pescadores descargan las primeras capturas de verdel, también denominado sarda o caballa, en el puerto de Santoña, tras iniciarse la temporada costera de esta especie, que afecta a toda la flota pesquera del Cántabrico que se tiene que atener a un cupo de capturas por tripulante y barco. EFE/Archivo
Pescadores descargan las primeras capturas de verdel, también denominado sarda o caballa, en el puerto de Santoña, tras iniciarse la temporada costera de esta especie, que afecta a toda la flota pesquera del Cántabrico que se tiene que atener a un cupo de capturas por tripulante y barco. EFE/ArchivoEFE

El daño económico mundial que causa la pesca ilegal, que se vincula también a otros delitos como el lavado de dinero, el fraude o incluso la trata de personas y el narcotráfico, supera ya los 20.000 millones de dólares, asegura la organización policial Interpol.

"La pesca ilegal cuesta a la economía global hasta 23.000 millones de dólares (17.600 millones de euros) si se calculan pérdidas de ingresos y daños a las comunidades locales", explicó en Viena Gunnar Stolvik, el responsable de Interpol en cuestiones de pesca ilegal.

Stolvik hizo estas declaraciones en un seminario sobre las consecuencias de las redes criminales en la pesca ilegal, organizado durante la Comisión para la Prevención del Delito y la Justicia Penal de la ONU, que se celebra esta semana en la capital austríaca.

Alrededor del 20 % de todas las capturas mundiales en mar abierto se producen de forma ilegal, y en muchos casos hay organizaciones criminales detrás atraídas por el alto valor de las capturas, dijo.

Interpol lanzó recientemente el proyecto SCALE para luchar contra esa actividad delictiva, desarticular rutas y aumentar la vigilancia en el sector, especialmente en países y regiones "vulnerables" como África Occidental, explicó.

Además de esquilmar caladeros y suponer un riesgo para la seguridad alimentaria, Stolvik aseguró que existe toda una serie de delitos asociados a la pesca ilegal, como lavado de dinero, fraude, y en ocasiones, trata de personas y tráfico de drogas.

El responsable policial destacó que está "bien documentado" que algunos de los barcos empleados en este negocio ilegal, especialmente "en países en desarrollo", utilizan a víctimas de trata de personas, forzadas a duras jornadas de trabajo.

Por su parte, la viceministra de Gobernación y Policía de Costa Rica, Marcela Chacón, que participó en el seminario, destacó el daño que produce esta práctica para las especies protegidas en sus aguas, como la tortuga y el tiburón.

Especialmente dañino es el denominado "aleteo" del tiburón, que consiste en pescar el escualo, cortarle las aletas y lanzar el cuerpo al mar, lo que supone su condena a muerte ya que es incapaz de nadar.

La responsable costarricense expuso el programa de su Gobierno de montar un sistema de radares para la vigilancia marítima, el primero de ellos se establecería en agosto ó septiembre en la isla del Coco, declarada patrimonio natural de la Humanidad.

"En este momento ya tenemos el dinero para la compra de los primeros cinco radares, el primero se instalará en agosto o septiembre en la isla del Coco", explicó Chacón a Efe.

Destacó que este sistema de radares servirá también para luchar contra el tráfico de drogas, porque las rutas de la pesca ilegal y del narcotráfico son "prácticamente las mismas".

Por parte de España participó en este seminario de especialistas Juan Sainz Herrero, subdirector de asuntos jurídicos de la Secretaría General de Pesca, que destacó la competencia desleal que supone la pesca ilegal para quienes faenan de forma legal.

Para evitar esta situación, España plantea que se refuercen los controles sobre el origen de las capturas que llegan a la Unión Europea de terceros países, que no están sometidos a inspecciones tan estrictas como las comunitarias.

"Lo que plantea España es que la Unión Europea tiene que hacer más porque muchos de esos estados" que certifican la procedencia de las capturas "no tienen los mismos medios de control que los Estados europeos, que tienen un seguimiento vía satélite y control en tiempo real de las capturas", explicó Sainz Herrero a Efe.

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