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Nissan Barcelona se salva otra vez por los pelos

La fábrica de la Zona Franca fabricará un turismo a cambio de rebajar los salarios

Clara Blanchar
Cadena de montaje de la planta de Nissan de la Zona Franca de Barcelona
Cadena de montaje de la planta de Nissan de la Zona Franca de BarcelonaTEJEDERAS

La historia se ha repetido en la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. La matriz japonesa comienza poniendo sobre la mesa medidas para ganar competitividad —más horas y menos sueldo— sin concretar nada a cambio. Los sindicatos, divididos por crisis anteriores, exigen contrapartidas: garantías de producción y empleo. La empresa revela con cuentagotas sus planes. Las partes negocian. Rompen. Nissan amenaza con despidos y la “muerte lenta” de la fábrica... Al final firma un sindicato (esta vez SIGEN-USOC)... y casi en tiempo de descuento, de madrugada y con la presión de los propios trabajadores y la opinión pública, se suman los otros dos grandes (CC OO y UGT). Total, seis meses y, como las otras veces, final feliz.

Ocurrió en 2004, con el todoterreno Pathfinder. En 2011, con la camioneta pick-up One Tone. Ahora el acuerdo ha permitido la adjudicación de la fabricación de un turismo a partir de julio de 2014. Un coche en la línea del Invitation que Nissan presentó hace un año en el Salón del Automóvil de Ginebra —de la gama del Golf de Volkswagen— con ambición de superventas que supondrá la creación de 1.000 empleos directos, 3.000 indirectos y una inversión de 130 millones de euros.

Esta vez, la contrapartida es una rebaja salarial del 20% para los nuevos empleados (que se compensará con formación) y 40 horas más de trabajo al año. Además, los trabajadores han arrancado a la empresa el compromiso de que si hay que despedir, los primeros en salir sean los últimos que han entrado: nada de sustituir la actual plantilla por otra más barata.

La dirección ve la planta de Barcelona “idónea para recibir nuevos modelos”

Cuatro mil nuevos empleos son oro en barra en los tiempos que corren para la industria en España —el sector lleva perdido un 20% del empleo durante la crisis— y un largo suspiro de alivio de arriba abajo: desde los 3.600 empleados de la Zona Franca hasta la dirección de la fábrica, pasando por la patronal del sector, las autoridades de la Generalitat y el Gobierno central. Los responsables de Industria de las dos Administraciones han tenido un destacado papel en el tramo final de las negociaciones. Sobre todo cuando, roto el diálogo, las plantas francesas de Renault (aliada internacional de Nissan) se postularon para producir el coche.

Más allá de las inversiones y del empleo, la adjudicación de un turismo mejorará la posición de la planta de la Zona Franca, que hoy solo fabrica furgonetas (la X83, que se comercializa como Primastar, Traffic o Vivaro; la NV200 y su versión eléctrica a partir de 2014) y todoterrenos (Pathfinder o Navara y la pick-up One Tone en 2015). La planta se enfrenta a un bache de producción el primer semestre de 2014, cuando se dejen de fabricar las furgonetas, cuya nueva versión se hará en Francia; pero con el nuevo turismo, la NV200 y la One Tone se alcanzarán las 200.000 unidades anuales en 2015. “La planta será un referente de la alianza Nissan-Renault, lo que la convierte en idónea para recibir nuevos modelos”, celebró el lunes el consejero director general de Nissan Motor Ibérica, Frank Torres.

ANFAC recuerda que el sector suma inversiones por 2.000 millones

El socio de la consultora Europraxis José Antonio Bueno valora que la adjudicación “es un ejemplo más de que fabricar coches en España es competitivo. A veces lo barato sale caro, y la combinación de precio ajustado de la mano de obra, calidad, logística, proveedores, zona euro... fiabilidad en una palabra, han sido más interesantes que ahorrar el último céntimo en, por ejemplo, el norte de África, un entorno más convulso”, dice. “Por eso, aunque España no sea un low cost country, sí que, gracias a la crisis, se consolida como medium cost”.

Por su parte, el profesor del IESE Pedro Nueno subraya que el caso de Nissan demuestra “la competitividad del sector del automóvil en España, con grandes empresas, proveedores y logística”, y celebra un acuerdo “que tendrá un gran efecto multiplicador”, aunque reprocha “la actitud” de los sindicatos, que “han arriesgado demasiado”.

Desde la patronal ANFAC, su portavoz, David Barrientos, subraya la “apuesta por España” del sector del automóvil, que entre 2012 y lo que llevamos de este año ha anunciado inversiones por más de 2.000 millones de euros si se suman las buenas noticias de finales del año pasado en Volkswagen (Pamplona), Iveco (Valladolid), PSA (Madrid y Vigo), Renault (Palencia o Sevilla) o Ford (Almussafes). Barrientos habla de “inversiones industriales que no son pasajeras, sino con empleo cualificado, estable y que generan actividad en otros sectores como los componentes o la logística”. El portavoz añade además que el nuevo coche, del que comenzarán haciéndose 80.000 al año, contribuirá a alcanzar los tres millones de unidades anuales en el conjunto de España, la cifra récord que se alcanzó en 2000-2001.

Está previsto que 2013 finalice con 2,2 millones de vehículos fabricados, un 11% más que en 2012. Barrientos recuerda que España es el primer productor europeo de vehículos industriales, el segundo en conjunto (con un 85% a exportación), y que el sector emplea directamente a 60.000 personas.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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