_
_
_
_
_

El Barcelona renueva un año con Qatar Airways

La compañía aérea seguirá siendo el patrocinador principal del club mientras negocia un sustituto

La fachada del Camp Nou, presidida por Qatar Airways.
La fachada del Camp Nou, presidida por Qatar Airways.Joan Sánchez

Tras un año de negociaciones, el Barcelona cerró la prorrogación del acuerdo del patrocinador de la camiseta por un año, hasta el 30 de junio de 2017, con la compañía aérea Qatar Airways. La entidad azulgrana acepta este acuerdo porque no le queda otra, toda vez que firma por la mitad de lo que pactó en su día el ex vicepresidente Javier Faus, justo antes del triplete de Berlín y de las elecciones presidenciales que convirtieron a Josep Maria Bartomeu en presidente. También antes de su órdago de hace un año en Doha, que finalmente le ha salido rana.

Más información
Qatar se planta y obliga a renegociar al Barcelona
El Barcelona venderá la camiseta limpia de publicidad

Aunque las cantidades no han trascendido, se sabe que el Barça percibirá poco más de 35 millones —más o menos lo que ganó en la temporada del triplete con los bonus— en un acuerdo que incluye la camiseta del primer equipo, la publicidad sobre la ropa de entrenamiento, la fachada del Camp Nou y diversas publicidades del estadio. Por comparación, Qatar le paga al Bayern 15 millones por la camiseta con la que se ejercita en la Sabener Strasse y AON, 28 al Manchester United por lo mismo.

Resulta que Bartomeu, que presumía de hacer valer la marca Barça, presionó a Qatar Airways al divulgar que tenía otras ofertas, alternativas que mejorarían la actual y que les situaría en la élite del fútbol mundial, incluso por encima del líder en esta materia, el Manchester United, que percibe 72,6 millones de la compañía automovilística Chevrolet solo por la zamarra con la que juega los partidos. “Nos hemos fijado como objetivo el contrato de patrocinio del Manchester. No descarto que haya más opciones a Qatar Airways”, resolvió el presidente en su día, consciente de que necesitaba una cifra astronómica para silenciar a los socios disconformes —como se vio en la última Asamblea— con la marca que mancharía la camiseta. “El socio no se muestra preocupado, tal y como demuestran nuestras rigurosas encuestas. No hay ningún rechazo; el socio se siente tranquilo”, rebatió ayer Manel Arroyo, vicepresidente de marketing y de comunicación, que habló en Barça TV pero que rehuyó una rueda de prensa global para atender, sin embargo, a ciertos medios; “No siguió Faus, nos devolvieron el contrato con modificaciones y eso dio pie a buscar nuevas soluciones. Les hicimos saber que íbamos al mercado asumiendo las consecuencias”.

El club azulgrana no cobrará más de 40 millones de euros, lejos de los 95 que pretendía el presidente  Bartomeu

Las consecuencias son un contrato menor en cuantía de lo que reivindicaron en los despachos de Doha, cuando Bartomeu reclamó más de 80 millones “por el lugar que ocupa el Barça en el mundo del fútbol” y por la presencia de Messi y Neymar en el equipo, además de por el triplete. Un gesto ambicioso que desde Qatar Airways entendieron como desleal, hasta el punto de que se levantaron de la mesa para no volver, por más que sí se comprometieron a dar una respuesta que al final no llegó. Tras cuatro días en un hotel del país, Bartomeu y Arroyo volvieron a casa sin propuesta ni contrato ni nada de nada. De lo que sucedió allí sabe Laurent Colette, que ejercía de director de mercadotecnia azulgrana, además de Akbar Al Baker, director ejecutivo del grupo Qatar Airways. Collette abandonó el club pocas semanas después.

Tras meses de silencio y vacío, el Barcelona se dio de bruces hace un par de semanas con la sentencia del tribunal de arbitraje, que dictaminó que el club debía pagar 47 millones por desidia en la gestión de los terrenos de Can Rigalt, en l’Hospitalet de Llobregat. “No precisamos la entrada urgente de un patrocinador para cerrar el ejercicio, pero ahora sí que sería conveniente tenerlo para la tesorería”, siseaban desde el club. Y se quedaban en el olvido las palabras de Arroyo, que en junio expresaba en La Vanguardia la voluntad de cerrar un contrato de “60 a 65 millones anuales, mínimo por tres años, porque el precio de nuestras estrellas y del equipo es elevado”.

Aunque el acuerdo anterior finalizó hace 20 días, el Barça mantuvo el gigantesco reclamo de la compañía en la fachada del estadio —no así el logo en las camisetas—, hecho que se entendió como la antesala de la extensión contractual confirmada ayer. “Qatar Airways nos ha ayudado a hacer más grande el Barça en los últimos años. Los éxitos de nuestro club son en parte obra suya, expuso Arroyo; “ellos se sienten bien tratados y por eso llega la prórroga”.

El Barcelona gana tiempo para tratar de llegar a un acuerdo con Amazon, empresa americana de comercio electrónico con sede en Seattle, que abrirá en El Prat un centro logístico en otoño de 2017 y que negocia vincular su nombre con la camiseta del Barcelona. “Seguimos trabajando de manera rigurosa y profesional, y sabemos el acuerdo que merece este club. Ahora, hemos decidido que esto es lo mejor a largo plazo y no a corto plazo”, convino Arroyo: “es una prórroga que nos permite trabajar sin angustias, presión ni prisas. Es lo que le viene mejor al club”. Pero hasta entonces, se conforma con la mitad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_