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Alonso y Ferrari negocian su ruptura

El español achaca que no le ofrecen un coche de garantías y Vettel se perfila como relevo

Oriol Puigdemont
Alonso y su agente, Luis García Abad, dialogan este viernes en Suzuka.
Alonso y su agente, Luis García Abad, dialogan este viernes en Suzuka.Shizuo Kambayashi (AP)

El Mundial de fórmula 1 está más al rojo vivo que nunca después del golpe de teatro que supuso el Gran Premio de Singapur de hace dos semanas, donde Nico Rosberg perdió la batuta del campeonato por culpa de un problema mecánico en su Mercedes que le despejó el camino a Lewis Hamilton, su compañero. Sin embargo, en Suzuka casi nadie se fija en la tensión que se respira en el taller de las flechas de plata. Ni en eso ni en el debut oficial de Max Verstappen, el chaval de 16 años que el año que viene se alineará en Toro Rosso. Todas las miradas y los corrillos que se forman en el paddock giran alrededor del mismo asunto: el futuro inmediato de Fernando Alonso, cada vez más alejado de Ferrari.

Dada la imposibilidad de recalar en Mercedes en 2015, todo lleva a pensar que la salida más lógica para el asturiano pasa por regresar a McLaren, equipo en el que ya formó en 2007 y del que salió por piernas, aunque también hay quien apunta a que incluso podría tomarse un año sabático. Su relevo en los bólidos rojos puede ser Sebastian Vettel, con quien según parece ya hay negociaciones en marcha a pesar del contrato que vincula al alemán con Red Bull hasta finales del curso que viene. "Si Sebastian se va tenemos alternativas, no estamos preocupados", aseguraba ayer Helmut Marko, uno de los responsables de la marca.

Al asturiano se le acaba el tiempo. A sus 33 años está en el mejor momento de su trayectoria

La composición del escenario actual es compleja porque ninguna de las dos partes, ni Alonso ni Ferrari, expresa claramente sus deseos. Estamos ante una partida de ajedrez en la que unos y otros están buscando encontrarse en un punto para poner fin a una relación que comenzó en 2010 con las mejores perspectivas, pero que no ha cumplido con las expectativas. Y, claro, nadie quiere correr con los gastos, esto es, los compromisos de penalización.

El español ya se ha hartado de esperar un coche competitivo que no ha llegado en cinco años, y todo apunta a que ya ha tomado la decisión de cambiar de aires. El problema es cómo vestirlo, y en este sentido su estrategia pasa por lograr que el equipo de Maranello quede retratado. ¿Cómo piensa hacerlo? Pues logrando que cale la idea de que Ferrari le niega lo único que ha pedido: la garantía de que el año que viene contará con un monoplaza competitivo.

Al asturiano se le acaba el tiempo. A sus 33 años está en el mejor momento de su trayectoria, pero es consciente de que no podrá mantenerse a este nivel más allá de tres o cuatro años. Ese es el margen que Marco Mattiacci, jefe de Il Cavallino, ha reconocido que deberá esperar el constructor italiano para poder volver a luchar por el título. Lógicamente, Alonso transmite los mensajes que más le interesan en cada momento, y ahora lo que toca es dar por descontado que por su ADN, Ferrari no puede aceptar permitirse ni un solo año de transición.

Desde París, Luca Cordero di Montezemolo, que a mediados de mes dejará la presidencia de la Scuderia, reconocía el jueves las negociaciones que se están llevando a cabo en unas declaraciones que desprendían aroma a despedida. "Mattiacci habla con Fernando sobre el futuro y estoy seguro de que vamos a hallar la mejor solución para todos sea cual sea. En cualquier caso, quiero darle las gracias a Alonso porque, se quede o no, ha hecho mucho por nosotros", dijo el ejecutivo.

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