_
_
_
_
_
Premios Goya
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los Goya de Hollywood

Tres han sido las tendencias de la noche: el blanco, con flores y sin ellas; el negro ultra glamuroso y el vestido más o menos 'minimal' de un solo tono

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, a su llegada a la ceremonia de los Goya.
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, a su llegada a la ceremonia de los Goya.CLAUDIO ÁLVAREZ

Lejos quedan los años en los que a los actores españoles se les reprochaba su escaso interés por la moda. Tan lejos que la alfombra roja de los Goya ya es una de las pasarelas más importantes de nuestro país. Tres han sido las tendencias que dominaron la noche: el blanco, con flores y sin ellas; el negro ultra glamuroso, y el vestido más o menos minimal de un solo tono. Tres, por cierto, también fueron las llegadas más esperadas: la de Isabel Preysler, Penélope Cruz y Pablo Iglesias. Cada uno con una gran aparición.

Isabel Preysler no estuvo en el photocall durante la retransmisión de TVE, llegó justo en el directo del informativo, mientras el ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, hacía unas declaraciones. ¿Alguien se enteró de lo que dijo? El segundo plano acaparó toda nuestra atención. Con clutch de Jimmy Choo y un modelo de Naeem Khan ajustado como un guante, en paillettes de rayas en negro y plata, Preysler no se salió del guion de sus últimas y brillantes apariciones. Su única concesión: un poco más de escote. Un gran look para una gran noche.

Con Penélope Cruz, los Goya alcanzaron su momento más Hollywood. Con un Versace Atelier de gruesa falla negra, escote palabra de honor bordado de pedrería y corte impecable, la Penélope de los Goya estuvo en la línea de sus mejores noches en los Oscar. Por un estilo similar apostó la guapísima Juana Acosta, con vestido negro de Basaldúa y un conjunto de joyas de platino y diamantes de los años cincuenta de Bárcena. Elena Ballesteros y su vestido de un solo hombro en blanco y negro de Stella McCartney aportaron un toque de modernidad a la tendencia del Big Black Dress. Y para cerrar el capítulo, Bibiana Fernández, espectacular con un Juanjo Oliva de inspiración Hollywood goddess. Con menos escote habría podido lucirlo Katharine Hepburn más de medio siglo atrás.

Y del negro al blanco. Otra de las tendencias de la noche, sin duda, combinada con las flores de la próxima primavera, a la que se apuntaron Natalia de Molina, del diseñador libanés Georges Hobeika o Goya Toledo, en un clásico palabra de honor de Carolina Herrera NY que hubiera hecho las delicias de Escarlata O’Hara. De la misma casa, Marta Hazas, con un importante vestido en tono cáscara de huevo y apliques en oro viejo. Y de total white, Paz Vega, muy minimal y muy guapa, de Calvin Klein. Definitivamente, menos es más.

Penélope Cruz, en el 'photocall' de los Goya.
Penélope Cruz, en el 'photocall' de los Goya.CLAUDIO ÁLVAREZ

La tercera tendencia de la noche nos regaló una sinfonía de vestidos y colores. De un solo tono triunfaron Barbara Lennie, en rosa, de Jorge Acuña; Candela Serrat, de Vionnet en rojo coral; Clara Lago, en azul, de Georges Chakra, o Irene Escolar, de verde Sybilla.

Pero no nos olvidemos de los chicos. Si estos Goya nos dejaron la esperada foto de Pablo Iglesias con esmoquin y coleta, hubo otros que pasaron del dress code, como Pedro Sánchez, Tim Robbins u Óscar Jaenada, que llegó incluso con sombrero tipo Alastriste. El presentador, Dani Rovira, llevó un correctísimo Roberto Verino con un detalle de rojo en la cinta de la pajarita. Y Brooks Brothers vistió al premiado Javier Cámara.

Inevitablemente, hubo algún faux pas, pero esos los dejamos para las plumas que gustan de encontrar los descosidos en los dobladillos. La noche fue de lujo. Y si la elegancia consiste en que el traje no pueda contigo, a sus 93 años, la más veterana, Antonia Guzmán, nos dio una lección de estilo. Con un simple y bien cortado traje gris y sin gota de maquillaje, cuando la presentadora le preguntó quién había hecho su vestido, respondió: "Pues de quien va ser. [Lo hemos hecho) mi hija y yo; si toda mi vida ha sido la costura". A lo que su nieto, el director Daniel Guzmán, respondió: "Vas muy guapa, abuela". Elegante, ¿no?

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_