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Sónar
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La otra cara del Sónar

La música contemporánea de compositores como David Lang y Nico Muhly cierran el festival

Concierto de clausura del Sónar en el Auditori de Barcelona.
Concierto de clausura del Sónar en el Auditori de Barcelona.

La parcela más electrónica, danzante y, por supuesto, multitudinaria del Sónar 2017 había concluido con los primeros rayos de sol dominicales. La mayoría de los sónaradictos estaban, sin duda, recuperando horas de sueño pero el festival todavía no había cerrado sus puertas. Faltaba el puente que cada año tiende el certamen con la música contemporánea y que, en esta ocasión, iba a servir de telón de clausura. Una clausura que, a tenor del público que en la noche de ayer domingo se reunió en el Auditori barcelonés, parecía tener poco que ver con el espíritu festivo reinante en los tres últimos días. Todo y que en alguna muñeca aún podía verse la pulsera de acceso al festival (tal vez no quitársela vaya a convertirse en tendencia este verano), el rictus predominante era más grave y formal, de estar a punto de asistir a algo verdaderamente trascendente.

Era la otra cara del Sónar y es una suerte que exista porque probablemente un buen número de los que llenaban la sala mediana del Auditori no hubiera estado allí sin el paraguas mediático proporcionado por el festival. Este año, en complicidad con las Sampler Sèries del Auditori, los protagonistas de la clausura eran el colectivo alemán Stargate y el pianista estadounidense Nico Muhly. Un programa ondulante que fue del minimalismo más riguroso a la tierra de nadie cargada de sensaciones agradables (a pesar del tema mortuorio) de David Lang. Se inició la velada con la tranquilidad pianística, rota con alguna disonancia, de Nico Muhly a la que siguió una nadería para violín solo incomprensible en un programa de gran calado como el propuesto. Aunque para restarle importancia la interprete la tocó sentada en el suelo al borde del escenario, la pieza aún quedó en menos al sonar inmediatamente después la inmensa Electric Counterpoint de Steve Reich. Una composición hipnótica para guitarra eléctrica y cinta que no ha perdido ni un ápice de fuerza en sus treinta años de vida. Aart Strootman la defendió con soltura aunque con un exceso de timidez y utilizando una Telecaster de sonoridad dudosa para esta partitura.

Nico Muhly & Stargaze

Obras de Nico Muhly, Richard Reed Parry, Steve Reich y David Lang.

Auditori, 18 de junio.

Siguió un agradable tema de Muhly para dos violines con fondo de teclado eléctrico apenas audible (más una sensación que un acompañamiento) y llegamos a la obra que se había publicitado como el plato fuerte y lo fue: Death Speaks de David Lang. Una pequeña cantata sobre la muerte que trascendió a estilos y modas con un clasicismo contemporáneo estremecedor. Fue una lástima no disponer de los textos cantados por Nora Fischer. El Sónar 2017 concluyó con récord de asistencia y con un verdadero regalo para todos los amantes de las músicas avanzadas que no se bailan ni se centran exclusivamente en la electrónica.

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