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La cara B de la vida, según Ferran Torrent

El escritor novela a los expulsados del sistema en ‘Individus com nosaltres’

Carles Geli
Ferran Torrent, este martes.
Ferran Torrent, este martes.CARLES RIBAS

Ferran Torrent tiene desde hace un tiempo tres grandes confidentes: “Uno de Champions, otro de UEFA y otro de Segunda División”, los clasifica a tenor de los peces gordos sobre los que le informan durante sus periódicas comidas. Además, amén de natural taimado, jugaba mucho de pequeño en las calles (en realidad no ha dejado de pisarlas nunca) y de siempre ha sido, como dicen los valencianos, muy dotor (chafardero). El resultado es que, cuando quiera analizarse la Valencia de verdad (o sea, buena parte de España) desde finales de los 80 hasta la actualidad, será de obligatoria lectura su obra narrativa. La de antes de la crisis, a partir de la trilogía Societat limitada, Espècies protegides y Només socis. Luego, con Un dinar un dia qualsevol, fiel reflejo de la corrupción de Valencia a la mexicana, el novelista empezó hace dos años una nueva trilogía, de la que ahora Individus com nosaltres (Columna) sería la segunda entrega. El cristal desde el que mira aquí el bregado escritor es el de las víctimas de esa pinza moral (y mortal) entre crisis y corrupción, “la gente expulsada del sistema, los outsiders, con una particular justicia al margen de la ley; los que se dedican a actividades ilegales pero de las normales, vamos”, enmarca.

“Queda mucha corrupción por salir aún, especialmente de la Fira de Valencia, que será el bolo de la traca”, avanza Torrent a partir de sus confidentes; pero en la que ya es su 20ª novela (10.000 ejemplares de salida: alto lanzamiento para una obra en catalán, si bien lógica tras los 12.000 vendidos de su obra anterior) no hay tanta política y la indignación ha dado paso a un cierto cinismo, admite. “Un poco es para provocar, pero nací escéptico: sé que todo está perdido; la verdad es que estoy viendo cosas que creía que no contemplaría nunca; lo que ha pasado estos últimos 20 años en Valencia tiene una estructura mafiosa”, denuncia.

Cómo sobrevive la gente real por debajo de la política y las decisiones de las clases dirigentes extractoras y corruptas, y la esperanza o no de los desfavorecidos o simplemente la gente normal en un cambio que parece avecinarse ya (el libro queda a las puertas de derrota electoral del PP en Valencia hace dos años) es el sustrato del que se alimenta el libro, que gira a partir del ya conocido por el seguidor de Torrent Marc Sendra, periodista a la antigua usanza y por ello expulsado del vertiginoso sistema mediático actual, que quiere escribir una novela sobre un atraco histórico del que sospecha que hubo trastienda. Pero se le cruzan sus heterodoxos amigos Messié y el Llargo, delincuentes de moral particular, que le involucran en una operación millonaria de blanqueo de dinero, a la que no serán ajenos el ya retirado detective privado Toni Butxana y el también ya excomisario con amnesia galopante Tordera; y los hermanos Torres… y un sinfín de personajes que ya han asomado por las novelas de Torrent. “Sí, he llegado a pensar si no me estoy despidiendo sin querer de mis personajes porque Butxana, por ejemplo, ya tiene tantos años como yo de novelista, pero sigue siendo tan inconstitucional como cuando nació… Por si acaso, no los mato nunca”, medio bromea el escritor, nacido en Sedaví en 1951.

La aparición de tanto personaje flotando entre tramas y subtramas, secuestro y asesinato incluidos, le ha llevado, por vez primera en su carrera, a utilizar un organigrama para no perderse entre tanto secundario, todos con su función de relojería. “Si en algo soy especialista es en crear personajes y en construir diálogos; con ambas cosas busco ritmo: con sus entradas y salidas doy una cadencia y bien aportan algo al argumento general o ellos mismos empiezan y culminan una historia; con los diálogos, avanzan la trama y se describen a sí mismos: si no te los crees, no te crees la historia”, sostiene Torrent. Y para eso último es capital, dice, su forma de hablar: “Cada personaje ha de tener su lenguaje… siempre tengo una oreja en la calle: todo el mundo trabaja para mí”, bromea.

Menos bromas, en el fondo, gastan al final los expulsados del sistema que retrata Torrent, inmigrantes sin papeles, gente mayor que se ha descabalgado de los tiempos hipertecnológicos y con pensiones que no les alcanzan para fin de mes, talleres pequeños, mujeres que sufren maltratos y algún amigo de Sendra, inducido en parte por él, lo resuelven a su manera, un poco a lo Harry el Sucio de Clint Eastwood. “Ley y justicia no siempre coinciden, como hemos visto con el PP y la corrupción, y la justicia por tu mano no es la solución, claro… Tengo muchas dudas y contradicciones y eso se lo he traspasado al protagonista”, admite el autor.

Torrent ya fue tentado a escribir un reportaje sobre la corrupción. Avisó al editor del sello del grupo Planeta que se lo pidió que no se lo dejarían publicar. Hizo 50 folios: lo leyeron y, claro, le dijeron que no podía ser. Parte de ese material lo aprovechó para Un dinar un dia qualsevol. Encontrar pruebas o confesiones era misión imposible, ni en las tramas de espías de su admirado Olen Steinhauer, autor además de la televisiva Berlin Station. “Mis confidentes me dicen que esa gente, los Bárcenas, Fabra y compañía, ni hablan ni nunca hablarán, aunque amenacen siempre con hacerlo. ¿Por qué? Porque las prisiones son del Estado; y no quieren que nadie les clave un cuchillo en el pecho en plena noche”. Caramba con los confidentes, y las novelas, de Torrent.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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