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El Ballet Nacional de Cuba desembarca en el Tívoli

La compañía realiza un recorrido por las principales obras del repertorio clásico

El Ballet Nacional de Cuba durante 'Giselle'.
El Ballet Nacional de Cuba durante 'Giselle'.

El mágico aleteo caribeño del Ballet Nacional de Cuba (BNC) vuelve a planear sobre Barcelona. Para goce de los amantes del ballet en esta ciudad —siempre hambrientos de buenas compañías de clásico— y para los amantes de la buena danza, el Teatro Tívoli programa cada año a la famosa compañía cubana.

En esta ocasión, el grupo que lidera Alicia Alonso ofrecerá, del 8 al 18 de junio, el espectáculo La Magia de la Danza, una antología que recoge fragmentos de las principales obras del repertorio clásico. A lo largo de dos horas el espectador realizará un intenso viaje por Giselle, La bella durmiente, Cascanueces, Coppélia, Don Quijote, El lago de los cisnes y Sinfonía de Gottschalk.

El éxito de esta compañía reside en su hipnótico estilo, una combinación perfecta de técnica y de expresiva belleza, a la que se le suma el temperamento de su raza. El movimiento de brazos de la escuela cubana encierra el secreto del elegante aletear de los cisnes, el trabajo de puntas del elenco femenino es de una exactitud matemática mientras que los giros y saltos del elenco masculino son nítidos y espectaculares. En el cuerpo de los bailarines del BNC se funden la sabiduría y fuerza de la escuela rusa con la pasión y estilización de la escuela cubana. En su mítica sede de El Vadado, en La Habana, los profesores rusos y los cubanos trabajan juntos para unir esfuerzos para salvaguardar el virtuosismo, belleza y técnica de la escuela cubana.

De las piezas que se verán en el Tívoli la menos conocida en la Sinfonía de Gottschalk, que recrea coreográficamente los dos movimientos La Noche y Fiesta criolla de la Sinfonía Noche de los trópicos, obra creada entre 1858 y 1859 por el compositor y pianista norteamericano Louis Monreau Gottschalk.

En cuanto a la interpretación, el actual elenco del Ballet Nacional de Cuba es joven y su baile respira vida y dinamismo, además de una precisa y nítida ejecución. En cuanto a las parejas protagonistas, hay que destacar la formada por Viengsay Valdés y Patricio Revé y Anette Delgado y Dani Hernández. Sin embargo, Viengsay merece unas líneas especiales ya que se trata de una de las mejores bailarinas que ha dado la escuela cubana en los últimos años. Si en Giselle su interpretación se tiñe de majestuosidad y sentimiento en el Lago de los cisnes, en su doble papel Odette y Odile, merece los adjetivos de espléndida, sublime y perversa. Su hermoso y equilibrado movimiento de brazos, sólo es comparable al de Maya Plisétskaya.

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