Nada más horrible que morir de hambre
Carmena ofrece datos sobre desnutrición infantil que subrayan las desigualdades entre distritos
No hay cosa más horrible que morir de hambre, dijo esta mañana la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para denunciar la falta de sensibilidad en las sociedades occidentales ante el hecho de que cientos de millones de seres humanos pierdan su vida porque no tienen nada que llevarse a la boca. Lo subrayó interrogada por el periodista Javier del Pino, director del programa ‘A vivir que son dos días’, de la Cadena SER, moderador de uno de los debates convocados por la II Conferencia contra el Hambre que se celebra en el Auditorio Caja de Música del Palacio de Cibeles.
Del Pino introdujo el tema recordando la sorpresa o irritación que hace unos años causaron en España la publicación por el periódico New York Times de fotografías en las que varias personas rebuscaban en los contenedores de basura en Madrid en busca de comida. “Vamos a empezar por los niños”, afirmó la alcaldesa Carmena. “Una sociedad no puede permitirse que haya niños que no comen lo que necesitan. Convendría reflexionar sobre las hambrunas que ha habido y hay en el mundo.
Aquí, nosotros tomamos la decisión de pesar y medir a los niños, en un estudio del que obtuvimos estos datos: encontramos con que hay un 0,8% de niños desnutridos, pero un 40,9% de niños con obesidad y sobrepeso, muchos más en los distritos más pobres que en los distritos ricos. Es una línea de desigualdad terrible. Se conceden becas de comedor, pero resulta que muchos de esos niños comen mucho al mediodía, pero ni han desayunado ni van a cenar. Hay que buscar el medio de garantizarles las tres comidas: desayuno, comida y cena”
Esta II Conferencia contra el Hambre continua el trabajo iniciado hace dos años con la firma del Pacto contra el Hambre y ampliando su marco de intervención a la Comunidad de Madrid. El objetivo es desarrollar una Iniciativa Legislativa Municipal. Entre los participantes, ha habido representantes de los ayuntamientos de la comunidad, las universidades Juan Carlos I y Complutense (Facultad de Trabajo Social), la Carta contra el Hambre y la FAO. Juan Carlos García Cebolla, director del Equipo del Derecho a la Alimentación de la FAO, que se desplazó expresamente desde Roma, sede internacional de este organismo, pronunció la ponencia inaugural.
“La emergencia alimentaria en la comunidad de Madrid ha llegado a tal situación que se exigen respuestas urgentes por parte de la sociedad y de las autoridades”, proclamó Evaristo Villar, uno de los organizadores. Las respuestas son variadas, desde la constatación, esta mañana muy evidente, de que hay unas políticas sociales de derechas y otras de izquierdas, unos porque ponen el acento en la caridad y lo asistencial, y los otros en la solidaridad y la justicia.
Sobre la mesa de los expertos se alzan muchos estudios e informes, entre otros los que demuestran que las familias que en Madrid están en mayor riesgo de pobreza extrema (el 28% del total) viven al Sur de la capital del Reino. Otro informe, titulado ‘Insolvencia alimentaria en el distrito de Tetuán (Madrid’, ofrece datos para no dormirse en los laureles de una presunta salida de la crisis. “En total, reciben alimentos alrededor de 2.500 familias y 9.800 personas, lo que supone el 4% de los hogares de Tetuán”, dice el informe. Por tipos de ayuda, las más demandadas tienen que ver con la alimentación infantil, sea para becas de comedor escolar (70%), o para financiar la escuela infantil, que incluye la comida /17%). Siguen las demandas para personas mayores.
En el distrito de Tetuán hay 19 puntos de reparto de ayudas, de los que 13 están gestionados por entidades religiosas: cuatro protestantes (Iglesia de Cristo, Puerto Seguro, El Shaday y ADRD), y el resto católicas, entre estas últimas la Orden de Malta, que regenta un comedor social para personas adultas. Los otros puntos de ayuda los sostienen organizaciones de beneficencia con diverso origen, como Pan y Peces, la Fundación Alberto y Elena Cortina, la Fundación Madrid, la Asociación Dual y la Asociación La Koma.
