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ROCK / The Zombies

Historia venerable

Colin Blunstone y Rod Argent reivindican en But el lugar que merecen en la música británica de los años sesenta

Concierto de The Zombies en Madrid, ayer.
Concierto de The Zombies en Madrid, ayer.JORGE T. GÓMEZ

Sucedió a los 50 minutos de concierto, muy poco después de Time of the season, pieza tan inmensa que solo admite la devoción. Alguien del público empezó a aplaudir con ardor, le siguieron docenas más y de pronto cinco tipos veteranos y curtidos no podían parar de sonreír desde el escenario.

Ahora que acabamos de encontrarnos con una nueva edición de Sgt. Pepper’s, merece la pena cobrar conciencia de las dimensiones y vigencia de tan asombrosa generación. The Zombies serían patrimonio nacional en cualquier otro momento y lugar, pero les tocó compartir espacio con los Stones, Kinks, Who o, ejem, los chavales aquellos de Liverpool. Solo el tiempo ha agrandado al quinteto londinense, recibido el sábado en But primero con curiosidad y luego, ya ven, con irrefrenable veneración. Como el gran acontecimiento histórico que necesitaba el festival GetMad!

Los muchachos suman hoy más de tres centurias y miríadas de canas, pero el vigente imperio de la fotogenia ha de claudicar ante la evidencia de que los jóvenes guapos no monopolizan el talento. Bastó escuchar I want you back again, diamante ignoto hasta que lo rescatara Tom Petty. O la fascinante Going out of my head, con armonías a ¡cuatro voces! y laberintos solo al alcance de Burt Bacharach. Y sin los que Elvis Costello nunca habría sido quien es.

Quizá Colin Blunstone parezca un cantante algo envarado y enfático para los gustos actuales, pero fascina su solvencia ante piezas tan agudas y endiabladas. The Zombies merecerían la eternidad aunque fuera solo por Odessey & oracle, álbum con el que se hicieron mayores Paul Weller o Dave Grohl. Ahí estaba Time of the season, que el mítico teclista Rod Argent aprovechó para sacar pecho. Solo Steve Winwood podría igualarle. Jim Rodford, 18 años bajista de The Kinks, marcaba los acentos. A esos niveles nos movimos el sábado.

 

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