_
_
_
_
_
Rock / Rufus T. Firefly

Reincidir y apasionarse

En las filas del rock alternativo, Rufus T. Firefly constituyen una anomalía deliciosa.

El grupo Rufus T. Firefly durante una actuación.
El grupo Rufus T. Firefly durante una actuación.Maite Moreno

En las cada vez más pobladas filas del rock alternativo, Rufus T. Firefly constituyen una anomalía deliciosa. Es inusual el aire naturalista de 'Tsukamori', que les sirvió el sábado para abrir boca en una casi llena Sala But y que puede hermanarlos con Nunatak, una banda más escorada al folk. Y la prevalencia de teclados muy etéreos los coloca con frecuencia a caballo de la psicodelia y el rock progresivo de los primeros años setenta. ¿Cómo no enamorarse de unos King Crimson líricos a orillas del Tajo?

Víctor Cabezuelo es un compositor inspirado, poco amigo de atajos ni estribillos mentirosos, y vocalista siempre más próximo del elemento aéreo que del terrestre. En su gusto por los acentos rítmicos inesperados y los compases con laberinto tiene mucha culpa Julia Martín-Maestro, su socia principal y batería excelente, en primera línea de escenario. Ambos han erigido un universo singular, complejo pero no inexpugnable, más excitante a la tercera escucha que a la segunda. Rock excelente y poco instantáneo: una anacronía, quizá un suicido maravilloso.

No queda claro aún si su flamante 'Magnolia', alegato melómano (¡esos guiños a Jeff Buckley, esa versión de 'Lucy in the sky with diamonds'!), cinéfilo y amoroso, supera a 'Nueve', su espléndido antecesor. Solo es evidente que apetece no solo escucharlos, sino reincidir. Y apasionarse, como el público de este fin de semana. ¿Qué más pedir?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_