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CON NIÑOS

El ‘Glee’ de Paracuellos

Un grupo coral de Paracuellos del Jarama adapta el musical de Broadway 'Annie' en una representación donde solo actúan chavales y que llega al teatro Reina Victoria

El Glee Club de Paracuellos durante un ensayo de la adaptación del musical 'Annie'.
El Glee Club de Paracuellos durante un ensayo de la adaptación del musical 'Annie'.Santi Burgos
Javier A. Fernández

Existe un grupo de niños que, en vez de acompañar el bocadillo de nocilla con un balón de fútbol o el kimono, cantan y bailan durante horas al salir del colegio. Pertenecen a un círculo selecto: el Glee Club de Paracuellos del Jarama, un lugar en el que jóvenes entre 6 y 17 años, dan rienda suelta a su pasión por los musicales, con el apoyo de sus padres. Una afición que les ha permitido llevar sus montajes, en principio, amateur, a teatros profesionales como el San Pol de Príncipe Pío o a los platós de televisión. Ahora repiten en una sala mayor: desde ayer y hasta el 16 de abril representan Annie Jr. (12.30), en el teatro Reina Victoria (Carrera de San Jerónimo, 24), una versión adaptada del musical sobre la niña huérfana de Nueva York.

Los 45 alumnos de este particular club interpretan a todos los personajes, tanto adultos como infantiles, de esta versión del clásico de Broadway, inspirado en el personaje de las tiras cómicas de Harold Gray. El Glee Club nació dentro del colegio Antamira de Paracuellos como una actividad extraescolar y toma su nombre de los grupos de cantantes que se formaban en las universidades anglosajonas desde el siglo XIX, aunque la fama de la nomenclatura se debe a Glee, la serie estadounidense protagonizada por los integrantes, algo frikis, de un coro estudiantil. “Es el perfecto complemento para su educación: aprenden a memorizar, trabajan la expresión corporal, ganan soltura en público, aprenden inglés…”, afirma Marisol García, una de las madres que ha dado forma al club.

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La gran acogida entre los menores con ganas de cantar, bailar e interpretar de la localidad hizo que el Glee Club se transformara en Asociación Cultural y abandonara las dependencias escolares. Ahora cualquier niño puede entrar a formar parte de la compañía si supera las audiciones.

“Están muy motivados y se lo toman muy en serio”, dice García. “Cada padre aporta algo: uno ejerce de estilista, otra confecciona los vestidos, yo me encargo de los textos y la comunicación”, continúa. Dos madres, Sonsoles Rodríguez Villar y Lola Briceño, dirigen a los 45 jóvenes artistas que llevan meses ensayando Annie Jr., una versión familiar con los diálogos en castellano y las canciones en inglés, el idioma original del musical. “Siempre buscamos obras corales, en este montaje habrá muchos huérfanos en escena”, asegura García quien reconoce que ellos, los mayores, pasan más nervios que los pequeños: “Ellos están muy tranquilos, se han fogueado en el cole, en otros escenarios y en la tele”.

Miradas al cielo y huevos de chocolate

A. L.

Esta Semana Santa los niños tienen un problema. Farolín y Monclovita no pueden abrir el Libro mágico de Madrid, donde figuran todos los panoramas infantiles para el fin de semana. En la minifunción teatral De Madrid al cielo, en el faro de Moncloa, los personajes irán recordando junto al público los atractivos de la capital. Desde lo alto, los "guías" mostrarán a los pequeños (de 2 a 10 años) los monumentos madrileños (Avenida del Arco de la Victoria, 2, hasta el 16 de abril. Entradas: 3 euros para adultos y 1,50 euros para niños).

Aunque el faro suba a los menores al cielo de Madrid, la sede de Alcobendas del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología lo enseña: el museo acaba de estrenar un planetario que permite a los niños adentrarse en un viaje hiperrealista por el universo. No todo es ficción. Las sesiones del sábado y domingo en el Muncyt (Pintor Velázquez s/n) cuestan 3 euros y se reservan en las taquillas del museo.

En el Matadero también hay actividades para niños. Hasta el 23 de abril se presenta Siren, un espectáculo que mezcla luz, música y movimiento. La obra del artista y compositor inglés Ray Lee consiste en un bosque de trípodes metálicos con brazos rotativos que dan vueltas sobre sí mismos impulsados por motores eléctricos. Las obras de Lee exploran las fuerzas invisibles que nos rodean trasladando invitando al espectador a experimentar con los sentidos. Es gratis en el paseo de la Chopera, 14.
Pero no hay que olvidar los huevos de pascua. La cadena holandesa Hema ha preparado una gincana en sus cinco locales, donde habrá que encontrar coloridos huevos de chocolate (para niños de cuatro a 12 años).

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