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“Carme Chacón era una guerrera y era todo corazón”

Unas mil personas han dado su último adiós a la ministra en el Ayuntamiento de Esplugues, su ciudad natal, donde se han expuesto sus cenizas

Dirigentes del PSC ante las cenizas de Chacón en el Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat.Vídeo: ANDREU DALMAU (EFE) / EPV

Con dos rosas rojas en la mano, Ana María Castillo esperaba paciente en una cola de un centenar de personas para dar su último adiós a Carme Chacón, fallecida el pasado domingo. El Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat, su ciudad natal y de la que fue concejal durante ocho años, ha acogido este mediodía las cenizas de la exministra. Ana María venía expresamente desde Sant Feliu de Guíxols (Girona) para rendir su homenaje a la que fue su compañera de partido y con la que trabajó en alguna campaña electoral. “Era muy humilde, muy cercana. Siempre sonreía y nunca hablaba mal de nadie”, explica emocionada.

La sala de plenos en la que Chacón se sentó durante ocho años ha permanecido abierta este mediodía durante dos horas, pero en esta ocasión presidía el espacio una urna plateada, rodeada de rosas rojas y a sus espaldas una gran foto de la exministra. El Ayuntamiento ha quedado colapsado con el millar de personas que durante estas dos horas han querido rendir homenaje a Chacón.

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Además de familiares, también había vecinos y amigos. Carlos, un amigo de los padres de la exministra, aseguraba que la vio nacer. “De pequeña era muy buena niña y estudiaba mucho. Y en su forma de hablar ya se le veía como una persona fuerte”. Montsita fue al mismo colegio de Chacón y trabaja en un bar al que asisten con asiduidad los políticos municipales. “Era una mujer luchadora, una guerrera. Y era todo corazón”, recuerda.

Bajo un sol de justicia, los asistentes esperaban para poder entrar. Algunos, como Carlos Giner, venía de la Seu d’Urgell (Lleida) expresamente para despedirse de la que fue su compañera de partido en Esplugues. Giner regentaba un bar y recuerda que Chacón, durante su etapa de ministra, siempre pasaba a saludar cuando visitaba la ciudad. “La gente se quedaba con la boca abierta, no se creía que por la puerta entraba una ministra. Era muy sencilla”, recuerda. Sus rivales políticos también se deshacían en elogios. “Era muy afable y buena compañera. Cuando nació mi hijo nos vino a ver y yo la visité cuando la operaron. Siempre llevaba el nombre de Esplugues por todas partes y eso es un orgullo”, subrayaba Agustín Parra, exconcejal del PP durante la etapa de Chacón en el Consistorio (1999-2007).

El mundo político también ha estado bien representado. Desde altos cargos del PSOE (Leire Pajín), de los socialistas catalanes (Miquel Iceta, José Montilla, José Zaragoza), alcaldes del PSC, varios consejeros de la Generalitat y representantes de diferentes partidos. Entre los ediles, Jordi Ballart de Terrassa agradecía el “apoyo” y “los consejos” que recibió de Chacón en un momento “difícil” cuando firmó un acuerdo de gobierno con CiU hace dos años. “Daba una imagen pública de persona fuerte y firme, pero después en privado era una persona dulce y amable. Creo que con ahora mucha gente está descubriendo esta faceta”, apuntaba Ballart.

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José María Barreda, expresidente de Castilla-La Mancha, recordaba haber estado al lado de Chacón “en los momentos más importantes de su vida: desde el ‘mande firmes’ hasta el nacimiento de su hijo”. Amigos desde hace muchos años, Barreda la definía como “un diamante”. “Era muy auténtica. Frágil, pero dura y brillante”.

Además de los políticos también destacaba alguna cara mediática, como la periodista Mercedes Milà, quien recordaba haber conocido a Chacón en un avión cuando viajaba con José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces la exministra se acercó a Milà. “¡Ya tenía ganas de conocerte, que las dos somos de Esplugues!”, rememoraba la periodista.

El Ayuntamiento decretó tres días de luto y puso un libro de condolencias para que los asistentes pudieran exponer su último recuerdo a su ilustre vecina.

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