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‘Sanse’ rescinde el contrato del Parque de La Marina con Richard Rogers

El Ayuntamiento recupera el espacio para uso cultural y deportivo e indemniza al equipo del premio Pritzker con 31.500 euros

El proyecto ganador del concurso de ideas para el Parque de la Marina realizado por Rogers.
El proyecto ganador del concurso de ideas para el Parque de la Marina realizado por Rogers.

El Parque de la Marina de San Sebastián de los Reyes no albergará tiendas ni viviendas. El Ayuntamiento ha rescindido el contrato con Richard Rogers, que en 2009 se impuso a otros 32 diseños en un concurso internacional de ideas. Para desarrollar el proyecto, el ganador del premio Pritzker en 2007 (equivalente al Nobel de la arquitectura) contó con la colaboración de prestigiosos profesionales españoles como José María Ezquiaga o Luis Vidal, que recibirán una indemnización total de 31.500 euros según lo estipulado en la Ley de Contratos. La intención del Gobierno municipal es hacer un uso cultural y deportivo del terreno, como demandaron los vecinos en un proceso de participación realizado en 2016.

El proyecto de Rogers ya respondía a las demandas ciudadanas según el PP, que sometió al veredicto popular el uso del espacio que había comprado en 2008 al Ministerio de Defensa por más de nueve millones de euros. El objetivo que se fijó entonces fue recuperar el dinero de la compra con inversión privada. “El plan anterior era un macroproyecto urbanístico que albergaba zonas comerciales, empresariales y residenciales”, explica el socialista Andrés García-Calvo, concejal de Urbanismo. Y añade: “Esa concepción dificultaba el proyecto y el disfrute del parque”. Esa fue la demanda de los vecinos en el nuevo proceso de participación que se desarrolló entre febrero, cuando se abrió el parque, y mayo del año pasado. “Hasta entonces, muchos no lo conocían porque no habían podido entrar nunca”, matiza García-Calvo.

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Para resolver la vinculación con Rogers, el Consistorio de San Sebastián (83.500 habitantes) ha ejecutado un simple procedimiento administrativo. “Continuar con el contrato nos impedía iniciar la tramitación de un plan para el parque”, resalta el concejal de Urbanismo. En el Plan General de Ordenación Urbana, de 2003, la zona tiene una calificación de suelo rústico que hay que cambiar si se quiere utilizar el espacio. Para ello es necesario redactar un plan especial que lo modifique. Hay que presentar informes sectoriales a la Comunidad de Madrid y cuando esta dé luz verde a la operación, el documento deberá pasar por el pleno, donde el equipo de gobierno, formado por PSOE, Ganemos Sanse y una concejal no adscrita, está en minoría (nueve ediles de un total de 25).

El PP, en la oposición aunque fue el partido más votado en 2015, asegura que no tiene claro el plan del Gobierno municipal para el parque. “Dicen que se han gastado más de 300.000 euros en acondicionarlo, pero todo está como antes”, manifiesta Raúl Terrón, portavoz del PP. La Marina es un espacio de 115.000 metros cuadrados que sirvió como estación de transferencias del Ejército español, de ahí su nombre. El PP no solo critica el gasto, también se queja de que se haya rescindido el contrato con Rogers. “Puedes cambiar el proyecto, pero aún así lo podría realizar el mismo equipo que, al ser puntero, te puede dar renombre”, insiste Terrón.

La Conquista de La Marina

“Nos ponemos a disposición del Ayuntamiento por si desea adaptar el proyecto. No estamos empecinados en desarrollar a toda costa el diseño que ganó el concurso”, manifiesta José María Esquiaga. El arquitecto afirma que respeta la decisión, aunque siente “pena” por no culminar el proyecto: “Nos hacía verdadera ilusión”. El trabajo estaba iniciado e incluso se habían desarrollado varias fases. Sin embargo, hace unas semanas el Consistorio les comunicó la rescisión del contrato. “El proyecto se vio muy perjudicado por la crisis”. Esquiaga, premio Nacional de Urbanismo en 2005 y decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid desde 2015, relata que las bases del concurso ya recogían la necesidad de recuperar La Marina como parque, aunque también establecían la construcción de espacios lucrativos que ayudaran a financiar la propuesta.

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Esos espacios desaparecen ahora. El Gobierno municipal quiere que en el parque solo existan zonas verdes, instalaciones deportivas y culturales. Entre las demandas que hicieron los vecinos, las más votadas fueron las de recuperar el antiguo hangar, modificar los accesos y la de construir parques e instalaciones deportivas. “Participaron 2.000 personas que realizaron más de 3.000 sugerencias”, confirma Rubén Holguera, portavoz de Izquierda Independiente y concejal de Participación Ciudadana hasta el pasado febrero, cuando su grupo abandonó el Gobierno municipal. Solo 300 de los participantes usaron la plataforma web desarrollada específicamente para el proceso. A continuación, para recopilar todas las ideas, se contrató a un grupo de arquitectos (Vivero de Iniciativas Ciudadanas), que elaboró un plan de acción que se presentó en junio.

El proceso, que incluía la apertura del parque el 6 de febrero de 2016, contó con una partida inicial de 50.000 euros. Fue suficiente: se gastaron 44.990, la mayor parte, más de 12.000 euros, en contratar actuaciones musicales y de animación para celebrar ese día 6 de febrero La Conquista de La Marina. Con ese eslogan se daba por consumada una reivindicación histórica de más de cuatro décadas. Pero para Holguera no es suficiente: “Se han dado los primeros pasos, pero ya es hora de dar los siguientes. El documento final que conocimos el verano pasado debió dar lugar a un proyecto nuevo. Ya llevamos un retraso que empieza a ser preocupante”.

El humanista de la arquitectura

El británico Richard Rogers (Florencia, 1933) es considerado un humanista de la arquitectura y un profesional muy respetuoso con la sostenibilidad. Comenzó su carrera como socio de Norman Foster. Años más tarde, Gustavo Gili recogía sus ideas en el libro Ciudades para un pequeño planeta y el primer ministro británico, el laborista Tony Blair, lo convertía en su arquitecto de cabecera. Rogers ideó el nuevo Londres en la orilla sur del Támesis. Antes, en 1971, junto a su socio italiano Renzo Piano, construyó el centro Georges Pompidou de París, innovador en la época porque las estructuras discurrían por el exterior. Suyos son también los diseños del edificio Lloyd´s en Londres (1979); la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo (1984) o la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas (2005), entre otros.

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