Ambición, marinería y amanecer

El concierto que cierra el Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid es una declaración de intenciones. Tenemos grandes intérpretes, pero pueden comenzar a vibrar por lo que está por venir. La Camerata Infantil de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, un proyecto ambicioso de educación y talento, se acompaña de los ya más que reputados Pequeños Cantores para llenar de música de altura la imponencia decadente de San Jerónimo el Real el próximo viernes, dirigidos por Víctor Pablo Pérez.

Tres obras para subir a los cielos a través de la bóveda de este templo mandado levantar por los Reyes Católicos en un estilo gótico tardío. Abrirá el programa el peculiar ‘Concierto para violín y piano’ del a veces menospreciado Mendelssohn. Este concierto es un acto de soberbia consciente, un golpe de fuerza de un compositor que puso con esta obra su talento sobre la mesa con tan solo 14 años. Dicen que a Mendelssohn le pudo la ambición a la hora de elaborar esta obra, pero para un niño prodigio como él no hay límites a la hora de ser ambicioso. De la preciosa y emocionante partitura del violín de encargará el talento expresivo de Alejandro Bustamante, acompañado de la meticulosidad de la pianista Noelia Rodiles.

Para la segunda parte de este banquete musical, la ‘Misa de los Pescadores’ de Fauré y Messager. Ambos compositores franceses compusieron a medias esta obra sacra para su estreno en la pequeña localidad marítima de Villerville. Esta pieza de dulzura desmedida fue compuesta para cantores aficionados, pero en sus formas es un pequeño caramelo para paladares exquisitos. Para terminar la noche, la sinfonía ‘La mañana’ de Haydn. Una de sus sinfonías descriptivas que tiene la paz y el bullicio del inicio del día, con un hermoso romance entre violín y violonchelo. Un concierto completo y esperanzador, con la fuerza de la juventus vibrante, y además de entrada gratuita.