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La ofrenda a la ‘Lledonera’ allana el camino para despedir las fiestas de la Magdalena

Más de 5.000 personas homenajean a la patrona de Castellón en la penúltima jornada

Un momento de la 'Encesa de Gaiates', durante las fiestas de la Magdalena de Castellón.
Un momento de la 'Encesa de Gaiates', durante las fiestas de la Magdalena de Castellón. Domenech Castelló (EFE)

La ofrenda de flores a la Mare de Déu del Lledó, patrona de Castellón, marca desde esta mañana el ritmo de la penúltima jornada de las celebraciones fundacionales de la ciudad. La Magdalena, fiesta de interés turístico internacional desde 2010, apura sus últimas horas y pone ya la mirada en el Vítol que despedirá este domingo a medianoche nueve días de fiesta en la calle que dejan datos de récord. Entre ellos, las 130.000 personas que participaron el pasado domingo en la Romeria de les Canyes, recién declarada Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial, o el casi 100% de ocupación que han alcanzado estos días los 21 hoteles de la capital, según datos del Patronato Municipal de Turismo.

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También, y atendiendo al balance emitido desde el ayuntamiento correspondiente a la primera mitad de la semana grande, la edición de 2017 deja buenos datos en lo que al equilibrio entre fiesta y descanso vecinal se refiere. Así, las molestias causadas por las collas se han reducido este año un 30% y las llamadas a la Policía Local por peleas un 60%. A falta de las cifras que arrojen las últimas jornadas, la alcaldesa de Castellón, la socialista Amparo Marco, ya ha adelantado que la Magdalena 2017, la edición “con más garantías administrativas, con mayor ajuste a la legalidad y con mayor apoyo económico por parte de las administraciones” es ya “un éxito de participación y un éxito de convivencia”.

La ofrenda floral a la Lledonera, la más antigua de la Comunidad Valenciana, repite este año su estructura en dos sesiones, un nuevo modelo organizativo que la Junta de Festes impulsó el año pasado para dar fluidez a la comitiva. Desde esta mañana a las 10.30 horas y de nuevo bajo el clima primaveral y soleado que ha lucido durante toda la semana –a excepción de la lluvia que cayó durante apenas media hora ayer por la tarde- alrededor de 5.000 personas, según datos de la Junta de Festes, participarán en este homenaje. Con ramos de claveles amarillos, blancos, rojos y rosas irán tejiendo hasta casi entrada la noche el manto de la patrona sobre el tapiz instalado a las puertas de su basílica. El primer turno es para las collas, los colegios y las asociaciones culturales. Ya por la tarde desfilarán las cofradías y las 19 gaiatas, incluida la número 15, Sequiol, ganadora del premio al mejor monumento gaiatero, dotado con 5.000 euros. Las reinas de la Magdalena 2017, Estefanía Climent y Berta Montañés, junto a sus cortes de honor, cerrarán la ofrenda.

Por su parte, el acento internacional de las fiestas volverán a ponerlo las bandas que participan este año en el Festival de Animación y Música de Magdalena (FAMM!). Llegadas desde Ucrania, Japón, Eslovenia, Bélgica, Suiza, República Checa y Austria, volverán a lucir su cuidada puesta en escena en las calles de Castellón durante el fin de semana.

Más de 600 actos programados, una decena de mesones gastronómicos y de artesanía y casi una veintena de conciertos dentro de la programación oficial han vertebrado una Magdalena que dirá adiós este domingo a su edición 2017. Será, como marca la tradición, con el Magdalena Vítol!, que este año produce la compañía de teatro de calle de Vila-real La FAM, con la pirotecnia Peñarroja. Luz, música, danza, verde, romería, ofrenda. Palabras que evocan “lo más profundo de nuestro Castellón”, señalan desde la Junta de Festes, y que se fusionarán en este espectáculo de despedida que, a ritmo de música popular ofrecerá, en cuatro secciones, un viaje a los orígenes de la ciudad, a los hitos de sus fiestas y a los símbolos de la cultura local. Desde la romería como símbolo del traslado del Castell Vell a la llanura donde se asienta la capital desde hace 766 años a la gaiata como luz que guió el camino de bajada de los antiguos pobladores, la ofrenda, “símbolo de la tradición de un pueblo que hace homenaje a su protectora” o el folclore popular que rememora las fiestas del pueblo antiguo al llegar a la Plana.

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