La crisis del PDeCAT de Barcelona se ahonda con la ruptura del grupo
El concejal Gerard Ardanuy, de Demòcrates, rompe con Trias
Rozando el ecuador del mandato, el principal grupo de la oposición de Barcelona, el grupo municipal Demòcrata (antigua CiU y ahora PDeCAT) sufre una escisión compleja de gestionar. El concejal Gerard Ardanuy, del partido Demòcrates (una escisión de Unió) comunicó este viernes que dejará el grupo municipal tras avalarlo la militancia en una consulta. Será regidor no adscrito. La reacción del presidente del grupo Demòcrata, Xavier Trias, fue contundente: recordó que Ardanuy es concejal porque se presentó en la lista de CiU y le pidió que abandone el Ayuntamiento. La situación debilita todavía más a un grupo que hasta ahora, con 10 concejales, ha sido incapaz de plantar cara a la alcaldesa Ada Colau y que sigue sin relevo para Trias.
Ardanuy compareció a mediodía para informar del resultado de la consulta entre los 571 “voluntarios” de Demòcrates en Barcelona: la participación fue del 45% y el 92% apostó por apartarse de grupo que preside Trias. Explicó que ha tomado la decisión de marcharse porque Demòcrates fue un partido que se escindió de Unió pasadas las elecciones municipales de mayo de 2015. Y que ya no tiene lugar en un grupo municipal donde hay electos de la antigua Convergència y de Unió.
“Durante un año y medio hemos estado incardinados en un grupo municipal del que no formábamos parte originariamente”, argumentó, tras recordar que mantiene también una pugna a propósito del nombre elegido por la antigua CiU.
Su marcha resta un concejal a los 10 del grupo Demòcrata. Un nuevo golpe a un espacio ideológico que ha pasado de gobernar la primera ciudad catalana bajo la tutela del alcalde Trias a quedar completamente desfigurado. Sí será fiel al grupo Sònia Recasens, de Unió. El veterano presidente del grupo, el ex alcalde Trias, asegura que agotará el mandato, pero no está nada claro quien liderará Demòcrates en el futuro.
Además, el reglamento de primarias del PDeCat abre por primera vez la puerta a que se presenten independientes. El actual segundo del grupo, Joaquim Forn —que intentó una fracasada moción de censura a Colau—, fue designado por Trias como su sucesor, pero podría tener como contrincantes al consejero Santi Vila, su compañero en el grupo Jaume Ciurana o, quien también se ha postulado, la ex vicepresidenta catalana, Joana Ortega.
En el grupo Demòcrata, Ardanuy llevaba la cartera de Educación y la representación en Gràcia. Habrá que buscarle sustituto. Además, con la marcha de Ardanuy, también se van los cinco consejeros de distrito que tiene Demòcrates de un total de 50 que hasta ahora tenía CiU. Ardanuy intentará ahora marcar perfil como concejal no adscrito. En un pleno con siete partidos y una aritmética diabólica su voto adquiere un gran valor.
En el futuro inmediato, está la pugna abierta entre Ardanuy y sus ya ex compañeros. El Reglamento Orgánico Municipal (que basa las reglas del juego en grupos) apenas dedica 12 líneas de texto a la figura del concejal no adscrito. Aclara que pueden participar en comisiones y debates y que tienen derecho a dietas.Y también que “actúan de forma aislada y sin recibir o beneficiarse de los recursos económicos de y materiales” que tienen los grupos. Y aquí vendrá el lío.
Ardanuy dijo: “Haremos lo posible para participar en todos los debates y tener recursos”. Trias respondió:“Si alguien se va, se tiene que ir con todas las consecuencias, no hacer de competencia desde dentro. Irse y mantener el acta es poco serio. Que se vaya a su casa”, espetó y dejando claro que no está dispuesto a cederle medios materiales (un despacho) o humanos (asesores del grupo).
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