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Vender sin miedo a que venga la Policía

Quince manteros forman una cooperativa con la que comercializarán artesanía en mercadillos de Barcelona

Presentación de DiomCoop, cooperativa de manteros de Barcelona.Vídeo: Ayuntamiento de Barcelona / Carles Ribas
Alfonso L. Congostrina
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Barcelona’s street vendors find way to live without fear of the police

Fatu Ndeye tiene 35 años. En 2010 viajó con un visado de turista desde Senegal, haciendo escalas, hasta Barcelona en busca de una vida mejor. “No iba a ser fácil” y, como tantos otros, no consiguió el sueño que perseguía. Comenzó vendiendo bisutería “mala” en las inmediaciones de la zona portuaria de Barcelona. Sus clientes: turistas ávidos de compras impulsivas. “Era una manera de empezar”, explica. La situación de Fatu se cronificó, como la de decenas de inmigrantes, sobre todo subsaharianos, que malviven con el llamado top manta en Barcelona. Un fenómeno que se ha disparado desde hace dos veranos y ha supuesto uno de los mayores problemas de seguridad para la alcaldesa Ada Colau.

Esta mañana, quince de esos manteros —doce hombres y tres mujeres— presentaron la primera cooperativa de venta, comercio y servicios creada, con ayuda del Ayuntamiento de Barcelona, para “sacar de la manta” a los vendedores ambulantes ilegales. Solo tres de los cooperativistas tienen su situación regularizada. El resto está a la espera de que la Delegación del Gobierno les conceda el permiso de trabajo.

Fatu, pese a no tener los papeles en regla, se ha convertido por elección de sus compañeros en la presidenta de la cooperativa. Una organización que han bautizado como Diomcoop. “Diom significa dignidad, hospitalidad y fortaleza”, remarca.

El pasado septiembre, 80 manteros respondieron al llamamiento del Consistorio barcelonés y se ofrecieron para formar parte de la cooperativa. Solo 15 fueron seleccionados. Durante estos meses se han sometido a un proceso de formación y han dividido su negocio en varios departamentos: “De comunicación, administración, logística y cohesión social”. Han sobrevivido gracias a una beca de 500 euros mensuales que les ha proporcionado el Consistorio. A cambio, no podían continuar con su actividad ambulante ilegal.

Diomcoop pretende vender en mercados y ferias utensilios de comercio justo además de piezas de ropa, bisutería y otras artesanías de procedencia legal. Las zonas donde comercializarán estos productos son los mercados ambulantes y ferias de la ciudad donde la cooperativa tiene previsto instalar paradas.

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El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, informó esta mañana de que hay previstos 234 puntos de venta al año en Barcelona en los que podrán ofrecer su mercancía. Espacios como el mercado Fleedonia, Flea Market, el Rastro de la Virgen, Mercat de Segona mà de Sants, el Traster de Can Ricart y otras tiendas de artesanos. Pisarello admitió que “el top manta no desaparecerá”, pero celebró que “esta iniciativa es un referente para toda Europa. Las personas que se dedican a la venta ambulante ilegal no lo buscaban y deben tener los mismos derechos que cualquier otro vecino”. El primer teniente de alcalde pretende que cada año se incorporen entre cinco y diez personas más a la cooperativa. 

Uno de los tres integrantes en la cooperativa que sí tiene los papeles en regla es Pape Diop. El senegalés aterrizó en Barcelona en 2009. “Desde el principio busco trabajo pero siempre he acabado vendiendo bolsos y pañuelos en la manta”, lamenta. Diop es un viejo conocido del Ayuntamiento. En concreto, de la Guardia Urbana. El senegalés era uno de los portavoces del autoproclamando sindicato mantero. Una entidad, inscrita en ningún lugar, integrada por decenas de vendedores ambulantes ilegales. Bajo el lema “sobrevivir no es delito” denunciaban todo tipo de actuación policial contra la venta ambulante ilegal.

El sindicato obtuvo fuerza gracias al apoyo de diversas entidades, sobre todo de la CUP. Diop se ha integrado en la cooperativa. No lo han conseguido otros dirigentes del sindicato mantero. Esta mañana, Diop y otros portavoces de la peculiar formación sindical aplaudían la iniciativa de Colau.

Los que no acudieron a la cita fueron los concejales de la CUP. Los mismos ediles que siempre apoyaban las manifestaciones contra las actuaciones policiales. Diop ahora lo tiene claro: “Estoy deseando empezar a trabajar”. Fatu tiene la misma ilusión: “Sera difícil pero es el principio de muchas buenas noticias. El domingo me caso”, sonríe.

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