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27 años de cárcel por matar a su madre a puñaladas en Vinaròs

El fallo confirma que el joven asestó a la víctima más de 30 cuchilladas en su domicilio

En la imagen, un coche de la Policía Nacional
En la imagen, un coche de la Policía NacionalEFE

21 años de cárcel por un delito de asesinato y 6 por un delito de incendio. Es la pena que la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha impuesto al joven de 22 años juzgado hace una semana por un jurado popular que le declaró culpable por unanimidad de matar a su madre de más de treinta puñaladas en el domicilio familiar de la localidad castellonense de Vinaròs y quemar días después la vivienda para evitar que el cadáver, oculto en una de las habitaciones, fuese descubierto.

La fiscalía pedía para él 34 años de prisión: 25 por un delito de asesinato y 9 por un delito de incendio, frente a los 17 reclamados por éste último hecho inicialmente.

La sentencia hecha pública hoy condena además al joven a indemnizar a sus tres hermanos con un total de 260.000 euros. Deberá abonarles también 877,35 euros por los daños causados en la vivienda con motivo del fuego y pagar 1.073,45 euros al Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón que intervino para extinguir el incendio provocado en la casa.

Conforme al veredicto del jurado, la Sala considera probado que el 23 de junio de 2015 el ahora condenado “cogió un cuchillo” en el domicilio familiar en el que se encontraba acompañado de su madre y le asestó “más de treinta cuchilladas” en el cuello y el tórax “que le causaron la muerte”, seccionándole una de ellas la yugular. Las heridas sufridas le produjeron un shock hemorrágico. El fallo sostiene que el apuñalamiento se produjo “de forma súbita e inesperada para su madre, que no pudo defenderse del ataque” y que el joven “acuchilló” a la víctima “más veces de las necesarias para causarle la muerte, buscando así causarle un mayor e innecesario sufrimiento a la misma”.

También considera probado que el acusado ocultó el cadáver en una habitación de la vivienda en la que no dormía nadie. Días después, el 28 de junio, y después de que agentes de la Guardia Civil se personaran en el piso para reclamar a los moradores que lo limpiaran por el fuerte olor que salía del mismo, el joven prendió fuego a la habitación para evitar que el cuerpo sin vida de su madre fuese descubierto. “A sabiendas –dice el fallo- de que en ese momento en el interior del piso estaban tanto su hermano como la pareja sentimental de su madre, e igualmente que en el edificio habitaban otros moradores”. El incendio comportó de la necesaria intervención de los bomberos para ser sofocado, previa evacuación del edificio. La sentencia recoge que el fuego “supuso un peligro para la vida e integridad física de terceros”.

El acusado presentó antes del inicio de las sesiones del juicio oral un escrito firmado y redactado por él en el que confesaba haber matado a su madre, mostraba su arrepentimiento y pedía perdón a sus familiares. En el mismo afirmaba que donaba su parte de la vivienda a sus hermanos y manifestaba su intención de que le fuera retenido parte de su salario en prisión, donde se encuentra desde el momento de su arresto, para destinarlo “a resarcir el daño” a los perjudicados por el asesinato.

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