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Vila exige un seguro de 150 millones ante el posible traslado de las pinturas a Sijena

La Generalitat reclama que la ejecución provisional de la sentencia quede sin efecto

Uno de los arcos de la sala capitular de Sijena, tal y como está en la actualidad.
Uno de los arcos de la sala capitular de Sijena, tal y como está en la actualidad.Massimiliano Minocri

La Generalitat parece haber intensificado su batalla para impedir la devolución de las pinturas murales que se conservan en el MNAC al monasterio de Sijena, tal y como le ha ordenado una juez de primera instancia de Huesca. El último disparo se produjo a finales de febrero cuando el Departamento de Santi Vila emitió un escrito a esta juez en el que alega un buen número de cuestiones que impiden la entrega de este polémico y mediático bien patrimonial. En el caso de que la ejecución provisional de la sentencia se materialice, los servicios jurídicos de Cultura piden que se suscriba un seguro que garantice los daños y perjuicios que se pudieran ocasionar en estas pinturas. Un seguro cuya cuantía ha fijado el MNAC, a partir de criterios técnicos, en nada menos que en 150 millones de euros y cuya póliza, en todo caso millonaria, tendría que suscribirla si la juez la acepta, el gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Sijena.

Cuando se prestan y mueven obras para una exposición se suscribe siempre un seguro con una cobertura que se denomina de "clavo a clavo" quedando la obra garantizada desde que sale de un museo hasta que regresa. En este caso sería un viaje solo de ida. Expertos habituados con este tipo de operaciones aseguran que tratándose de un conjunto de obras como el de Sijena, que además es único, esta cifra no es excesiva. También, que pese a que hay compañías de seguros especializadas en arte, será difícil que alguna suscriba una póliza en la que las obras corran tanto riesgo como en este caso.

El escrito de la Generalitat se ha presentado tras admitir la Audiencia Provincial primero al Ayuntamiento de Sijena y luego a la Generalitat en la ejecución provisional de las pinturas, pese a que el juzgado de primera instancia solo reconocía al Gobierno de Aragón para reclamar la ejecución y el MNAC como poseedor de las pinturas.

Sala capitular sin datos

La Generalitat se opone a la ejecución provisional de la sentencia insistiendo en los términos que ya expuso el MNAC, enumerando todos los informes que destacan la fragilidad de las obras tras haber sido alteradas en el incendio de 1936, algo que impiden su movimiento. El posible traslado supone someter las pinturas a "enormes riesgos tales como la desestabilización de los materiales de soporte, la desintegración y la pérdida de capa pictórica original, es decir, un riesgo de pérdida definitiva".

Los servicios jurídicos recuerdan que el gobierno de Aragón ha asegurado que la sala capitular, donde se han de instalar las pinturas tras su entrega, se encuentra preparada, pero "no se da ninguna información sustancial que permita contrastar esta afirmación, más allá de la firma del técnico"; y expone que no se aportan datos técnicos para evaluar la idoneidad de la sala, un diagnóstico preliminar, ni los estudios climáticos previos del comportamiento de este espacio. Tampoco hay información sobre los sistemas de humectación, de luz, los niveles de radiación ni se mencionan las instalaciones de seguridad que habrá en este espacio, así como el estudio climático que permita saber cuál será la respuesta del lugar antes de que ingresen obras de arte en ella.

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La Generalitat destaca también que se ha confirmado en la sala la presencia de elementos de cemento armado, un material totalmente incompatible, aseguran, con los materiales históricos, ya que crea una barrera para la circulación de la humedad y favorece las sales.

El escrito recoge informaciones periodísticas que evidencian que las condiciones del monasterio para acoger las obras y en especial las pinturas murales no son las óptimas, entre ellas la publicada por EL PAÍS el pasado 3 de febrero en la que el gobierno de Aragón reconocía que no se había licitado la climatización de la sala en espera de la llegada de las pinturas.

Por último, pide al gobierno de Aragón y a la orden religiosa que habita el monasterio que dejen entrar a los especialistas autorizados por la Generalitat y que tengan acceso a la documentación técnica sobre las intervenciones hechas hasta la fecha.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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