_
_
_
_
_
Música clásica

Sacra adrenalina

El grupo Nereydas y María Espada interpretarán a Vivaldi en la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid

María Espada.
María Espada.

La Venecia de finales del siglo XVII y principios del XVIII era muy distinta a nuestra España. En la ciudad de los canales, la opulencia era el santo y seña de cada demostración artística pública. Del bullicioso y pecaminoso carnaval al interior de los templos flotantes de la laguna, todo era derroche. Si alguien representa a aquella Venecia palaciega y señorial en el campo de la música ese es Antonio Vivaldi.

Más información
¡Europa, Europa!
Hermano Gould

El cura rojo —llamado así por el color pelirrojo de sus cabellos— era puro fuego, y en cierto modo, pura provocación. Fue profesor del conservatorio del Ospedale della Pietá, integrado por niñas huérfanas a las que se les enseñaba el oficio de músico. Vivaldi creó allí una orquesta de niñas, menuda osadía para la época.

Vivaldi era el furor, la adrenalina y la fragancia de la Venecia festiva llevada al altar. Ese espíritu es el que quiere transmitirnos el concierto que podrá escucharse el jueves que viene a las 20.30 en la Iglesia de Santa Bárbara, en Madrid, dentro del Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid. El grupo Nereydas se encomienda a la voz dulce de María Espada para desatar la tempestad. Espada verá ante sí un reto de grandes proporciones, el de representar el furor de Vivaldi en un programa complejo en el que la cuerda se desvive en filigranas. Motetes y conciertos se cruzarán en el camino en una música sacra que suena más a palacio exuberante, un palacio santo y barroco, lleno de colores y columnas salomónicas.

En estas piezas están reflejadas las plegarias más apasionadas, pero también los envites de la naturaleza, las olas rompiendo furiosas contra la roca del tormento, la cólera divina cargada de efectismo a través de una cuerda explotada hasta el virtuosismo más ruborizante. “Primero venecianos, luego cristianos”, dice un antiguo proverbio. Y esa es la esencia de este concierto que, además, tiene entrada libre hasta completar aforo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_