Los inmigrantes de hasta nueve años estudiarán “preferentemente” en euskera

Alumnos autóctonos y de origen extranjero. Escuela pública y concertada. Integración o guetos. Son dualidades reflejo de la guerra abierta entre dos bandos: la realidad del modelo educativo vasco, en uno; las asociaciones de madres y padres, sindicatos y organizaciones de inmigrantes, en otro. Más de un año de batalla que el Gobierno vasco intenta apaciguar con el II Plan de Atención al Alumnado Inmigrante.

Enmarcado en el plan quinquenal Escuela Inclusiva e Intercultural 2016-2020, el documento ha sido presentado por la consejera de Educación, Cristina Uriarte, tras dos meses abierto a debate. En este período se han recibido 121 propuestas de asociaciones y ciudadanos a título personal de las que cerca de la mitad se ha incluido total o parcialmente en el Plan. La máxima expresión del conflicto se vive en Vitoria-Gasteiz. Según los datos del último curso, el 85% de los alumnos extranjeros estudia en colegios públicos. Pese a que representan en torno al 10% del total, en la capital son 18 los centros con más de un 30% de niños extranjeros; de ellos, en cuatro la cifra incluso supera el 80%.

Una segregación por raza, país de origen o clase social, argumenta la Plataforma a Favor de la Escuela Pública, que debe ser erradicada. Con estos datos sobre la mesa y un objetivo claro, el ejecutivo vasco ha introducido ya cambios como la fusión de centros públicos de ESO con distinto perfil de alumnado –casos de Ermua, Lasarte o Eibar- o el empleo del sobre-ratio del 10% de los centros para ampliar la oferta educativa a las admisiones fuera de plazo. Y esta misma semana ha aprobado una nueva resolución que regula el trabajo de las comisiones de escolarización. Estos grupos de expertos son los encargados de gestionar los casos de aquellos alumnos que llegan a Euskadi fuera de los plazos ordinarios de matriculación. En definitiva, de decidir a qué colegio va cada niño.

Según Educación, las llamadas matrículas vivas rondan al año las 3.500, o lo que es lo mismo, uno de cada diez alumnos se incorpora al sistema con el curso ya empezado. En este sentido, lo que se pretende es que "los centros no puedan disponer de esas plazas para utilizarlas arbitrariamente", sino que sean las comisiones especializadas las que decidan. Es más, la nueva norma señala que "no se incorporarán a la misma aula más de dos alumnos" más allá de septiembre "siempre que haya otra opción en la misma zona".

Colegio euskaldun

En cuanto al modelo educativo, el director de centros escolares, Jesús Fernández, deja claro que el destino preferente para los más pequeños -hasta los nueve años y sin tener en cuenta su origen o lengua- será siempre un colegio euskaldun: “Si hablamos de niños de corta edad, hasta el primer ciclo de Primaria, no tiene sentido hacer un tratamiento lingüístico aparte, puesto que lo más conveniente pedagógicamente y donde mejores resultados van a obtener a todos los efectos es dentro del propio grupo. Por eso en estas edades van a tener preferencia los modelos euskaldunes”. Una directriz que puede chocar con el deseo de los padres, libres, a priori, de escoger un modelo en castellano o euskera.

A este respecto, Fernández señala que "la voluntad de las familias es muy importante, es un principio general y se respeta. Lo que ocurre es que hay muy poca oferta en modelos de Infantil y Primaria y eso, a la larga, nos reduce la posibilidad de respetar la decisión de los padres". Son las líneas maestras de un plan que el próximo trece de marzo llegará al Parlamento de Vitoria, pero que la citda plataforma ya ha tildado de "vacío de contenido".